Excelente recreación de un perfecto mundo vampírico en el que reina no el miedo y la angustia sino la risa y la parodia.
"El baile de los vampiros" dirigida por Roman Polanski con la distribución de Warner Home Video Española y presentada 1967. Interpretada por Jack McGowan como profesor Abronsius & Roman Polanski como Alfred & Alfie Bass como Heini Shagall & Sharon Tate como Sara Shagall & Ferdy Maine como conde Von Krolock & Jessie Robbins como Rebecca Shagall & Iain Quarrier como Herbert Von Krolock & Terry Downes como Koukol & Fiona Lewis como Doncella desde Estados Unidos y transcurre entre los géneros Terror & Comedia , tiene una duración de 107 minutos. Enlace Relacionado:Warner Home Video Española Valoración: 8 sobre 10
Nacido como Rajmund Roman Liebling, el director polaco Roman Polanski ( Paris, 1933 ) no ha tenido una vida fácil. Su familia, de religión judia, huyó de Francia hacia Croacia poco antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial, en un intento de escapar del cada vez más extendido poder alemán. Pero fue en Croacia donde la familia sufrió en sus carnes la implacable persecución de los nazis, desapareciendo finalmente la madre en un campo de concentración y siendo enviado el pequeño Roman a Polonia, con unos parientes. Allí pronto empieza a interesarse por el mundo del cine, estudiando cinematografía y dirigiendo cortometrajes. Nuestro Roman rodaría su primera película, El cuchillo en el agua, en 1962, lo que le valdría un reconocimiento internacional ( nominación al Oscar incluida ) que cristalizó en 1965, con el rodaje en Gran Bretaña de Repulsión, con Catherine Deneuve, se consolidó en 1967 con El baile de los vampiros y explotó definitivamente en 1968, con La semilla del Diablo, ambas rodadas en Estados Unidos. Estos tres pilares le han servido a Roman Polanski para labrarse una extensa carrera como director, en la que se combinan fracasos y éxitos más o menos a partes iguales.
Como puede verse estudiando buena parte de su filmografía, sobre todo la de sus primeros años, Polanski tiene una fuerte tendencia a deslizarse por el lado oscuro del cine. Ahí están El cuchillo en el agua, una tensa y claustrofóbica historia de tres personas navegando en un pequeño barco; también tenemos Repulsión, un oscuro thriller psicológico, o la conocidísima La semilla del Diablo. A este gusto por lo tenebroso se une un particular sentido del humor, particular sobre todo teniendo en cuenta que su azarosa vida no le ha dado al director muchas oportunidades para sonreir. Ambas tendencias se encuentran y se acoplan en El baile de los vampiros, título español para The Fearless Vampire Killers, algo así como "Los valientes matavampiros" o "Los matavampiros sin miedo".
La película nos presenta al estrambótico profesor Abronsius ( genial Jack McGowan ) quien, acompañado de su ayudante Alfred, llega en una fría noche invernal a una posada regida por Heini Shagall ( también genial Alfie Bass ). El profesor se considera a sí mismo un experto en vampirismo y repara inmediatamente en los ajos que cuelgan por todas partes en la posada, decidiendo permanecer allí para enfrentarse al vampiro que ha provocado en las gentes del lugar el ostensible terror que estas manifiestan. Durante la estancia en la posada Alfred conocerá y se enamorará de Sarah, la bellísima hija de Shagall, a quien este mantiene encerrada por miedo a que caiga en manos del vampiro. A pesar de todas las precauciones de su padre, la joven será raptada una noche por el conde Von Krolock, el temido no-muerto que aterroriza a las gentes de la zona, en una de las muy escasas escenas auténticamente terroríficas de la película.
Desolado ( pero aún así irresistiblemente cómico ) el padre de Sarah corre hacia el castillo en busca de su hija. El cadáver del hombre, congelado y con señales de colmillos en el cuello, aparecerá poco después ante la puerta de la posada. El profesor Abronsius y Alfred deciden entonces ir al castillo a destruir al vampiro y a rescatar a la joven. Al llegar son recibidos por el propio Von Krolock quien, mucho más inteligente que sus pretendidos cazadores, les enreda y les tiende continuas trampas dialécticas en una conversión antológica. Cuando se hace de día el conde se retira a descansar y Alfred y el profesor aprovechan para explorar el lugar. Acabarán descubriendo la cripta donde descansan el conde y su hijo, un byroniano vampiro de ostensible y exagerada homosexualidad.
Los dos personajes, debido a su atroz inutilidad, son incapaces de acabar con los dos vampiros, teniendo que regresar al interior del castillo. Pronto se hace de noche y Alfred tendrá un encuentro desternillante con el hijo del conde, quien desea tanto la sangre como los besos del muchacho. Tras escapar del divertido acoso del vampiro gay los dos matavampiros mantendrán con una conversación con Von Krolock en la que finalmente las cartas se pondrán boca arriba y se les anunciará a los dos patanes que en el baile de esa noche pasarán a engrosar las filas de los no-muertos. Mientras esta conversación tiene lugar, las tumbas del cementerio del castillo se abren y los vampiros allí enterrados, vestidos con suntuosos vestidos de todas las épocas, se dirigen al salón de baile para dar comienzo a su reunión.
El profesor y Alfred consiguen escapar del lugar donde Von Krolock les encierra. Tras golpear a dos vampiros viejos, medio ciegos y sordos, y quitarles sus ropas, se meten en medio de la fiesta, mezclándose en los bailes que tienen lugar en el salón. En medio del baile Alfred se encuentra con Sarah y entre él y el profesor acuerdan un plan de escape, plan que se va al garete cuando, tras pasar el cortejo de baile por delante de un inoportuno espejo, las decenas de vampiros allí reunidos descubren que hay tres figuras que se reflejan en el espejo ( Alfred, el profesor y Sarah ) cuando en realidad la única que debería reflejarse es la figura de la joven. Se desata entonces una persecución frenética por el castillo que, afortunadamente, tendrá un final feliz; los tres humanos consiguen escapar de la enfurecida turba de vampiros que les persigue... Un momento... ¿ he dicho final feliz ?... mmm, parece que la película no ha terminado todavía... a ver...ah, pues no, resulta que esto que acabo de contar no es realmente el final...je, je, je.
Lo primero que destaca en esta película es su impresionante atmósfera terrorífica, a pesar de ser una comedia. Según se cuenta, El baile de los vampiros pretendía ser una parodia de las películas de la productora británica Hammer, utilizando como máxima expresión de esa burla un generoso presupuesto que permitiera recrear a todo lujo esos ambientes que la Hammer intentaba conseguir con un dinero infinitamente más reducido. Más de un director y más de un guionista de la productora británica debió sentir una envidia y una impotencia bastante amargas cuando, al ver la película, tuvo ante sus ojos la atmósfera que siempre trató de recrear con sus obras, utilizada encima para burlarse del género cinematográfico que él tanto amaba. Y es que realmente el ambiente es perfecto; el castillo de Von Krolock es el más sensacional castillo vampírico que yo haya podido ver en una película, la posada también es la ideal para estos casos, el vestuario y el maquillaje de los vampiros que acuden al baile es impresionante... Si alguno de vosotros tiene o ha jugado a un juego para PC llamado Drácula Resurreción ( o su secuela, Drácula El Último Santuario ) encontrará en él numerosísimas referencias a esta película, tanto en la recreación del castillo y la posada como en la caracterización de la posadera ( la del juego es igualita a la esposa de Shagall ).
El humor está presente en toda la película. El peso cómico lo llevan fundamentalmente dos personajes, el profesor Abronsius y Shagall, que tienen su contrapunto serio en el conde Von Krolock, el único personaje que no tiene escenas cómicas y que se constituye, gracias a la espléndida interpretación y apostura de Ferdy Maine, en uno de los mejores vampiros de la historia del cine. Algunas situaciones son un poco burdas pero el nivel general es excelente. Tampoco se desdeña el terror, presente siempre en un segundo o un tercer plano pero que a veces salta al primero con una fuerza brutal, como en la escena del rapto de Sarah. Tampoco quiero dejar de hacer una calurosa mención a favor de la extraordinaria banda sonora, una innovadora mezcla de música tenebrosa con el famoso "dabadabadaba" de las películas de la época, plagada de coros espectrales y de melodías sorprendentes.
Los extras que lleva esta edición en dvd no son demasiados; tened en cuenta que en 1967 ni se imaginaba la existencia del dvd y tanto los directores como los estudios no se planteaban la posibilidad de rodar documentales paralelamente al metraje principal para ofrecerlos más tarde en una edición a todo lujo. Aún así podemos disfrutar de un trailer y de un corto de unos diez minutos, rodado por el mismo equipo técnico de la película, en el que un científico con el mismo nivel de idiotez y petulancia que el profesor Abronsius nos ofrece una instructiva charla sobre el tema vampírico, ilustrándola con la presentación de un auténtico vampiro al que tiene secuestrado y que finalmente tomará cumplida ( y cómica, claro ) venganza sobre su imbécil captor. La película se puede escuchar en castellano, inglés y alemán y viene subtitulada en los mismos idiomas, y además también en sueco, hebreo, polaco, griego y húngaro. Incluso hay codificación para sordos en inglés y alemán. Por cierto, la zona regional es la 2, por lo que, si no estoy equivocado, este dvd en principio no podrá visualizarse correctamente más que en Europa. Aún así merece la pena que intentéis haceros con él, sea cual sea el lugar en que vivís.
La película nos presenta al estrambótico profesor 
Lo primero que destaca en esta película es su impresionante atmósfera terrorífica, a pesar de ser una comedia. Según se cuenta, 
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