Conceptos olvidados como la oscuridad, la delicadeza y la pasión se funden en el trabajo de este desconocido pero extraordinario artista.
"Music of the Night" es un trabajo de James D. Stark editado en Autoproducido en 2006. Interpretado por James D. Stark como compositor y cantante desde Estados Unidos y se centra en el estilo Synthpop y tiene una duración de 50,36 minutos. Enlaces Relacionados:James D. Stark & James D. Stark Myspace Valoración: 8.25 sobre 10
Un destacable inicio con "Transcendence" y "Fortress of Solitude" más un superior, sobresaliente y soberbio maxi llamado “Dying Beauty”, nos hacían presagiar que este artista tenía mucho que decir en el mundo de la música y, efectivamente, así ha sido. Si disfrutaste con el fantástico e inolvidable tema que dió nombre a su primer maxi, no debes perderte su fantástico segundo álbum “Music of the Night”. Este disco ha supuesto, sin lugar a dudas, la confirmación de que James D. Stark es un valor seguro y en continua alza.
El estilo musical donde pondríamos situar la música de este artista es, evidentemente, dentro del género Synthpop; eso sí, haciendo una clara y fundamental referencia a sus influencias de evidente ambiente gótico y darkwave. Las sombras y la melancolía se solapan continuamente con su suave electrónica, haciendo de su música una excelente fusión que sabrá disfrutar cualquier amante de las melodías oscuras.
Cortes como 'Ready' o 'Realize', incluidos en su último cd, son dos claros ejemplos de lo que este proyecto musical nos ofrece: penumbra, evocación, amor, tristeza o pasión son sólo algunos de sus múltiples calificativos que adornan su cd.
Otro de los detalles que marcan claramente la creatividad de este artista es su clara unión al lado más oscuro de Synthpop, dato que es de un gran interés y merito, denotándose de esta forma la compleja personalidad que hay tras su música. Normalmente, los grupos del género electrónica pop rechazan o se alejan en gran parte del lado más siniestro de estilo, introduciendo simples guiños o incluyendo algunas notas tristes dentro de su repertorio. El caso de James D. Stark es todo lo contrario. El va mucho más lejos y hace de este concepto un referente ensamblado e inseparable de su idea musical. La oscuridad y su música son uno solo.Y es precisamente este carácter lo que diferencia su arte del resto.
No comprendo cómo, con la evidente calidad de las creaciones de James D. Stark, aún continúa editando sus propios discos. Quizá las discográficas estén ciegas, pero el concepto musical accesible y bello de este proyecto engancha desde la primera oída, por lo que es evidente que el público y ventas estarían de su lado. A pesar de ello, la edición de sus álbumes sigue teniendo la connotación de auto producido. Pero, a pesar de ello, no hay que mirar este último punto como una indicación negativa sino todo lo contrario. Sus discos tienen una buena calidad en cuanto al complejo proceso de grabación y, de hecho, incluso se ha contado, como ingeniero, con el trabajo de Brian Hazard, conocido sobradamente por sus innumerables trabajos con el sello líder en SynthpopA Different Drum.
Para terminar, simplemente decirte que con este segundo álbum James D. Stark nos invita a dejarnos llevar por su genial y oscuro espectro musical. ¿Qué más te hace falta? Déjate seducir y disfruta.