Adjetivos como aceptable, regular, apacible, nostálgico, melódico e incluso melancólico, son los que se me vienen en este momento a la cabeza al escuchar "God is not dead for the Birds", el cual, de entrada, posee un título con un significado poético muy profundo. ¿Habrá algún pero que le podamos poner a este álbum? Pues yo lamentablemente digo que sí aunque, para poder sustentar el argumento habrá que echar un vistazo a las canciones que lo conforman.
La especie de overtura que encontramos desde los primeros segundos del disco es excelsa. La interpretación y el tacto musical del proyecto me sorprendieron la primera vez que lo escuché, por lo cual yo esperaba algo muy orquestado, lleno de variantes y de ritmos complejos. 'Lacuna' es bellísimo, es una muy delicada bienvenida a "God is not for the Birds". Con 'Into Nothing (Blackwatersong)' lamentablemente se corta de tajo la esencia clásica y viramos la atención hacia un folk, por momentos, algo gris, otras veces algo morado e incluso algo rosa (cariz característico del proyecto poco fácil de lograr), que a primer oído envuelve los sentidos. Apenas estamos en 'West Of Eden' y ya he perdido las esperanzas de encontrar algo parecido al primer track. Cabría aclarar que este tercer track no es malo en sí, sino que, al escucharlo, se han abandonado por completo los elementos clásicos y, en cambio, se ha integrado el folklorismo al que estamos acostumbrados y que no sorprende a nadie. 'Blossoms' es una balada, algo que me parece muy raro para un grupo de Neofolk, aunque en la letra sea rescatable, resulta por momentos tediosa y melosa. Afortunadamente, y evitando la decepción, nos encontramos con 'Lacuna II', ahora embelezada por el sonido de las cuerdas de una guitarra acústica... breve pero subilme. Viene ahora 'Fallen'. ¡Ja! Me da mucha risa este momento, porque parece que volvimos al inicio del álbum, es decir, que 'Lacuna' e 'Into Nothing (Blackwatersong)' son homólogas a 'Lacuna II' y 'Fallen', porque ambas despiertan el interés mío a sobremanera, haciéndome sentir por un momento algo que no logro definir ahora, pero que podría ser esperanza, alivio o un sentimiento semejante. Como sea, es una sensación positiva. Esta situación se vuelve a repetir con 'Lacuna III' y 'Aporia Waltz', un vals acústico delicioso. Creo que no hay momento más íntimo en este recorrido y el de mejor calidad interpretativa, que queda demostrado con la estrofa "It’s a silence that will not bloom Sewn by the seeds of our voice It’s a word that has been lost Lost to us now In these desert time".
Los motivos que mencioné al pincipio siguen vigentes en mi mente, aun cuando repasamos el momento más brillante del disco. Por desgracia no encuentro detalles sobresalientes, sobre los cuales extenderles la invitación a que adquieran el disco. Podría hablar de la instrumentación, de la variedad y de la armonía que emana de los auriculares, pero me parece poco relevante, puesto que hay otros proyectos que también lo saben hacer. La cuestión de la lírica es algo que sí es rescatable: las canciones poseen un sentimiento profundo, cercano al de un poeta al escribir sus mejores versos.
Podría decir, finalmente, que Lux Interna ha logrado hacer de "God is not dead for the Birds" un disco aceptable, con buenas letras, buena música, pero incapaz de trascender y condenado a convertirse, probablemente, en un recuerdo fácil de olvidar. Lo dejo a su consideración.