La imprescindible banda británica regresa a la actualidad con una nueva obra maestra, continuando la senda abierta en el anterior "Words that Go Unspoken..." para llegar a nuevas cotas de perfección musical y conceptual.
"Antichrist" es un trabajo de Akercocke editado en Earache & GOI Music (Ref: MOSH347) en Mayo de 2007. Interpretado por Jason Mendonça en la voz y guitarras & David gray en la batería & Matt Wilcock en las guitarras & Peter Benjamin en el bajo desde Gran Bretaña y navega entre los estilos Black Metal & Death Metal y tiene una duración de 41,47 minutos. Enlaces Relacionados:Akercocke & Earache & GOI Music Valoración: 8.5 sobre 10
Era otro de los discos más esperados de 2007 y, como está siendo habitual hasta el momento, no solo ha cumplido sino que ha superado las expectativas. Ya pasó en "Words That Go Spoken, Deeds That Go Undone" y ha vuelto a pasar con "Antichrist". Y al igual que entonces, con el añadido de la inquietud que generó la salida de uno de los miembros de la banda, en este caso la del bajistaPeter Theobalds, sustituído por Peter Benjamin. En aquel momento la llegada de Matt Wilcock parecía indicar un giro hacia sonidos más radicales, y sin embargo "Words... " desveló influencias progresivas, partes a medio tiempo y hasta voces limpias, y ahora "Antichrist" supone un paso más en esa evolución, aunque las partes extremas suenen casi más extremas que nunca antes en la carrera de Akercocke.
Más ambicioso todavía, porque el disco funciona como un solo tema de 40 minutos dividido en 10 cortes, en los que van pasando por diferentes ambientes y atmósferas, siempre negrísimas y en las que incluso las partes a medio tiempo no hacen si no profundizar más en esa oscuridad: olvidémonos de la intro casi industrial 'Black Messiah' y la primera andanada black/death es 'Summon Of The Antichrist', con riffs y voces de ultratumba y David Gray demostrando por qué es uno de los baterías más veloces y técnicos del mundo, aunque pronto aparece el primer interludio melódico-progresivo, breve antes de volver a explotar otra parte brutal aderezada por los solos de Wilcock. Seguimos con 'Axiom', donde se invierten los términos: inicio a base de guitarras y voces limpias que derivan en puro dark metal con guitarras discordantes y Mendonça desgañitándose, hasta que llega el misticismo de 'The Promise', un mantra recitado sobre otro espectacular trabajo de Gray en la batería que supone la parte casi ritual de "Antichrist" junto a 'Distant Fire Reflects The Eye Of Satan', a base de tambores y flauta, bastante similar al "Witches' Sabbath" de Psychonaut.
Y tras esas dos partes más "calmadas" retomamos las esencias black/death hasta el final del disco, aunque sin perderlos interludios melódicos: soberbias las voces limpias de 'ManWithout Faith Or Trust', épicas y oscuras, y un soprendente momento casi "pop" (pues sí, pop...) en 'The Dark Inside' antes de volver a explotar en un final tremendo de black a medio tiempo de ritmos sincopados y con las guitarras machacando riffs y solos discordantes en uno de los momentos más siniestros de "Antichrist". Y tras otro trallazo como 'Footsteps Resound...', sin apenas descansos, llegamos al final de la plegaria al Señor del Abismo en 'Epode', un corte que podría figurar en el "Damnation" de Opeth, solo con voz y guitarras limpias y esos aires progresivos que tan bien domina la banda de Mikael Akerfeldt, aunque resulta de lo más curioso escuchar una invocación al Maligno en un tono tan aparentemente "angelical"...
En definitiva, que Akercocke han llevado un paso más allá la propuesta de "Words That Go..." para hacer un disco mucho más dinámico y completo, en el que la pesadez casi doom de entonces deja paso a temas igual de elaborados pero mucho más directos, y que incluso en sus momentos más calmados transmiten sensaciones de oscuridad y maldad absolutas. Y es que ya lo decía Akerfeldt en "Lamentations": no hace falta ser agresivo para ser malvado. Y "Antichrist" es la mustra perfecta como se puede ser igual de siniestro con riffs de ultratumba y batería a toda velocidad que con melodías a medio tiempo, y que además se pueden combinar a la perfección ambas cosas para conseguir otro de los discos del año en el metal extremo.
Qué más? Pues que hay una edición limitada con dos versiones de 'Chapel Of Ghouls' de Morbid Angel y 'Leprosy' de Death (correctas ambas, aunque mejor la segunda), que para el artwork hemos recuperdao lo de las "tetas y cabras", y que "Antichrist" es otra obra maestra en la carrera de estos ingleses que siguen sin saber lo que es grabar un mal disco. Ni siquiera uno pasable, o bueno a secas. Y que sigan así por muchos años.
