www.mentenebre.com: El Libro Negro

Paul Verhoeven (Amsterdam, 1938) ha sido un improbable heredero de los Fritz Lang o Alfred Hitchcock, directores europeos emigrados a Estados Unidos donde impusieron su sello propio a cada uno de los proyectos que acometían. En el caso del holandés su versatilidad a la hora de enfrentarse al cine de género le hace triunfar en Hollywood en la década de los 90 sin renunciar a su fuerte personalidad como autor.

"El libro negro" (2006) cuenta mediante un flash-back la historia de Rachel, una judía holandesa que decide unirse a la resistencia contra la ocupación nazi durante la 2ª Guerra Mundial con el objeto de vengarse de la muerte de su familia. El director disfraza de film clásico de aventuras todas las constantes temáticas tanto de su etapa americana como de su primera etapa holandesa. Sociedad e historia. La clase de sociedad determina fatalmente el destino de sus personajes además de unir sus conflictos al proceso histórico que viven. El mundo es una lucha de clases, poderes, sexos o una guerra como en esta película.

Verhoeven es a su manera un feminista encubierto. Ellas son el sexo fuerte y poseen un gran magnetismo sexual. Rachel tiene el buen corazón y la ingenuidad de "Katy Tippel" (1975) o la Nomi de "Showgirls" (1995). Al vivir en una situación peligrosa tendrá que dar lo mejor de sí misma jugando con ambos bandos. Conforme avanza la cinta la separación buenos-malos se vuelve cada vez más fina y la protagonista adoptará un radical individualismo cuyo objeto es la supervivencia. El héroe o heroína verhoveniana poseen una característica que los marca de por vida ya sea de nacimiento (ser judía en este caso) o a posteriori (el hombre máquina de "Robocop" (1987)) lo que hace que nunca sean El Libro Negro

aceptados totalmente por el grupo. Todo está corrupto. Como las grandes corporaciones en "Robocop", el gobierno marciano de "Desafío total" (1990) o los espectáculos de bailarinas en "Showgirls". Todos los bandos son malos. La heroína se da cuenta de que combate a los malos (los nazis) desde el bando menos malo (la resistencia holandesa). La violencia es consustancial al hombre. Como ya mostrara el final de "Starship Troopers" (1997), la guerra no tiene fin pues siempre existirá un enemigo. La secuencia final en el kibbutz da buena fe de ello, además de entroncar con un problema político actual muy difícil de resolver.

Capítulo aparte merece el mayor descubrimiento del film: su actriz protagonista Carice van Houten. Instintiva y espontánea, dota a su personaje de una gran frescura con el mínimo de recursos. La película hace una detallada revisión histórica pero sin renunciar al entretenimiento puro y duro. Un hábil guión donde casi todo encaja y el solvente pulso narrativo del director desemboca probablemente en la película que le gustaría haber visto a Verhoeven siendo un niño.

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