Un ejercicio de estilo, frío y hueco, que ni siquiera entretiene, pero al que hay que acercarse, más que para conocer el pasado, para entender muchas de las expresiones artísticas de nuestro tiempo, en apariencia arriesgadas pero en realidad mojigatas y bastante conservadoras.
"María Antonieta" dirigida por Sofía Coppola con la distribución de Sony Pictures y presentada 2006. Interpretada por Kirsten Dunst como María Antonieta & Marianne Faithfull como María Teresa & Steve Coogan como Embajador Mercy & Judy Davis como Condesa de Noallies & Jason Schwartzman como Luis XVI & Rip Torn como Luis XV & Rose Byrne como Duquesa de Polignac desde Estados Unidos & Francia & Japon y pertenece al género Comedia , tiene una duración de 123 minutos. Enlaces Relacionados:María Antonieta & Sony Pictures Valoración: 6 sobre 10
¿Quién es Maria Antonieta?, y a quien le importa. Eso parece que es lo que piensa Sofia Coppola, en este intento, muy a mi pesar fallido, de almibarado retrato cinematográfico. Ni es decadente, ni especialmente vistoso, precisamente en su intento de alejarse de las convenciones del cine histórico al uso, porque si algo no es esta película es precisamente eso. ¿Pero, qué es entonces?, pues me temo que ni la propia Sofía nos podría responder de forma clara a ésta pregunta. Yo la calificaría como un truco, una suerte de espejismo vistoso y terriblemente caro. Una historia, bastante aburrida por cierto, de adolescentes terriblemente ricas que se aburren tremendamente, ajenas a todo lo que no sea su pequeña burbuja de lujo y ostentación, pobres victimas de las circunstancias sin duda, pero que, como en el caso del personaje encarnado por la exvampírica Kirsten Dunst, esconden una tierna sensibilidad no preparada para los tortuosos caminos de la supervivencia en un lugar tan poco abastecido como el Versalles de finales del XVIII.
A la pobre princesa la encasquetan un novio bobo de solemnidad, pero con un puesto asegurado dentro de una buena empresa, digo de la monarquía. Es una historia increíblemente contemporánea, pero con el aliciente visual de que la magia Coppola ha conseguido abrir el palacio de Versalles al rodaje, aderezando esta historia tan modernilla con costosos y vistosos planos que a ratos me recordaban los mejores anuncios del pijerío perfumil internacional.
Los personajes en si, al espectador que no este imbuido por las musas de la cultura del jersey de rombos y gafas de pasta, le importaran un pito, porque a ver, es difícil abstraerse, aunque para un mejor disfrute de la cinta debiera hacerse, de la época histórica a la que hace referencia el título de la película. Esta cinta pasará a la historia por ser un reflejo no tanto de la Francia prerrevolucionaria, que no lo es en absoluto, como de nuestra propia época, hueca y profundamente frívola en la que no podemos ser más que victimas del horror pastel que nos invade. Pero ni eso consigue del todo, cámara al hombro y rebuscados planos incluidos, porque si es reflejo de algo es de cierta modernidad cartón piedra que no consigue escandalizar, y ni siquiera divertir. Me encanta lo frívolo, lo puramente superficial, descubrir los suaves hilos de la melancolía que se esconden detrás de las carcajadas alcohólicas, pero Sofia me aburres, así como me aburren todos esos jóvenes a los que tu retratas, y ni siquiera me rescata el vestuario, ni las imágenes de época. Eso si, que si la banda sonora tal y cual, y la fotografía muy bonita.¡Qué menos!
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