Bryan Erickson se redescubre a sí mismo y traza todo un compendio imperecedero de lo que a estas alturas significa Velvet Acid Christ. Sin ser su mejor factura, lo más increíble y honesto que ha hecho en los últimos quince años.
"Maldire" es un trabajo de Velvet Acid Christ editado en Dependent Records (Ref: mind 198) en Septiembre de 2012. Interpretado por Bryan Erickson como programación, secuencias y voz desde Alemania y navega entre los estilos Electro & Ebm y tiene una duración de 53,16 minutos. Enlaces Relacionados:Velvet Acid Christ & Dependent Records Valoración: 9 sobre 10
Tengo una muñeca nueva; la he colgado de las articulaciones, he practicado ciertas incisiones, también le he comprado un vestido, de flores estampadas negras y violetas. Creo que ha quedado preciosa. Me sonríe eternamente, eternamente hermosa (solo queda un punto por añadir… sssshish, ya no tomo drogas).
Mi preciosa muñeca cuelga en mi habitación roja (redrum) como un cristo feminizado de formas voluptuosas. No se puede negar el encanto oscuro y renegrido de todo ello. Puedo pasarme días enteros mirándola extasiado, practicando juegos privados, descarnando y secando su piel (repito, para los escépticos, que ya no tomo, no, ya no tomo drogas).
Sé que nada dura para siempre. Algún día estará hecha un asco, demasiada pasión por ella, su sonrisa de gato, su abdomen evacuado, alguna caricia de bisturí algo desatinada... Pero así es la vida. Otra muñeca vendrá. Mientras tanto, sueño en horas de duermevela y de sudor frío con el infierno que el Libro de las Mentiras describe. Entonces me encuentro no ya entre sábanas húmedas, sino en el interior de una caverna de carne putrefacta, gris y macilenta, nauseabunda, solitaria. Mi infierno es el día a día, cuando no me olvido de mí mismo, cuando no la tengo a ella.
¿Quién podría jamás comprender cuánto amor hay dentro de mí? (e, insisto, no, ya no tomo drogas, pero perdono a quien recurre a su reconfortante abrazo).
Maldigo. Maldigo a los reproductores con casa en el campo y coche y perro labrador dorado. Maldigo a los votantes de la derecha cristiana que por las noches se acuestan calentitos con pijamas de bombas de napalm. Maldigo a quienes llenan sus oraciones de prohibiciones y odio a lo diferente. Maldigo a quienes maldicen. Maldita sea su estampa. Y no, ya no tomo drogas, aunque algunos de mis fans me pidan a gritos que lo haga.
Carta anónima enviada a este redactor.
Nota de redacción anexa: Tras granjearse cierto reconocimiento a nivel estatal con cintas domésticas, Velvet Acid Christ editó su primer gran éxito en 1996 bajo el amparo del sello Off Beat en forma de recopilatorio de sus mejores temas remasterizados. Su nombre "Church Of Acid". Todo un pildorazo de punzantes gates, intensos parones, mefíticas melodías. Las personas que estaban detrás de aquel pandemónium se llamaban Bryan Erickson y Chris Workman. Poco después, Bryan se quedó la franquicia del Cristo Ácido en solitario, y su música lo acusó… "Church Of Acid" se ha convertido con el tiempo en uno de los discos de su década. Pese a quien le pese.
2012. Bryan Erickson edita "Maldire". ¿Han pasado ya dieciséis años? ¿Cuántos góticos habrán nacido desde aquel distante 96 y ahora imitan con sus crestas imposibles a Disease Factory? El caso es que, tras naufragar durante años en su inverosímil balsa hecha de sintes, guitarras comprimidas y “ya no tomo drogas” lema, este disco sí que engancha. Y cómo lo hace. ¿Le ha dedicado tiempo Mr. Bryan a escuchar sus primeras maquetas y recuperar lo perdido? A mí no me cabe duda. Nada más sonar los bajos saturados y la base de hip hop de su primer tema, uno sabe que el “limpio” Bryandesea ensuciarse por otros caminos, y así se suceden las canciones en donde conviven los arpegios de luminosidad candente y amorosa, los beats rotundos de EBMoscura y pegajosa (ahora mismo suena en mi equipo 'Christ Whore'… Impresionante Dark Body), las armonías desquiciadas, los susurros oscuros…
"Maldire" es un disco de largo recorrido, con canciones más que satisfactorias y, por encima de todo lo demás, oh sí, muy por encima de cualquier fastidiosa valoración que un crítico de tres al cuarto pueda hacer, con el sello inconfundible y rencoroso de Velvet Acid Christ. Lo cual ya es decir bastante más que del resto.
