Aunque la calidad discográfica ha ido bajando con los años, en directo Depeche Mode sigue cumpliendo las expectativas con creces. Conciertos épicos y sentimentales, dignos de la gran banda que es, siguen manteniendo a Depeche Mode como referente de la música electrónica a nivel mundial
Desde que llevo viendo a Depeche Mode en directo siempre se repite el mismo discurso por parte de los amigos y conocidos: “¿Vas a ir a verlos con lo malo que es el último disco?”, “ya no son lo que eran”, “si fuera hace unos años vale, pero ahora…”. Y lo dicen como si los conciertos de Depeche Mode consistieran en un repertorio exclusivo del disco más reciente, cosa que gracias a Dios no es así (si lo fuera, "Exciter" me habría matado). No se dan cuenta de que en estos conciertos se juntan los temas modernos con los temas que han convertido a esta banda en el grupo de culto que es hoy. Bien es cierto que se han olvidado de los primerísimos álbumes, del 85 hacia atrás, nada de nada, aunque eso tiene la ventaja de evitarnos el oír por enésima vez ‘Just Can’t Get Enough’. Pero siempre habrá un ‘Never Let Me Down Again’ o un ‘Enjoy The Silence’ que nos devuelva la fe.
El concierto llegaba tras pasar por otras tres ciudades españolas: Valladolid (donde también les pude ver) y Bilbao en verano, y Valencia cuatro días antes. El paso por España lo completaban con otra noche en Madrid y dos más en Barcelona.
La puesta en escena, como siempre, sobresaliente. Una pantalla gigante tras el escenario con la parte superior en forma semiesférica donde las siempre logradas y geniales proyecciones de Anton Corbijn iban a ir complementando de manera brillante los temas que iban sonando. Tras más deveinte años de colaboración ya no se puede concebir un concierto de Depeche Mode sin el trabajo del fotógrafo británico.
El concierto empezaba como lo llevaba haciendo durante toda la gira, no podía ser de otra manera; ‘In Chains’ comenzaba a sonar ante la locura generalizada. El espectáculo empezaba con el trío de temas del último disco que vienen abriendo todos los conciertos de la gira. El primer single del disco, ‘Wrong’, sonaba como segundo tema mientras que la terna se iba acabando con ‘Hole To Feed’. Tras este comienzo basadoen elúltimo disco, llegaba ‘Walking In My Shoes’ acompañada de unas grandísimas proyecciones con el ojo de un cuervo avistando el concierto. ‘A Question Of Time’ nos llevaba a la época pre-"101" y‘Precious’ nos recordaba el penúltimo disco de la banda con la proyección de fondo de un poema del siglo XIV del persa Hafiz sobre religión.
Por ahora, el concierto prácticamente calcaba el de Valladolid, y en ese momento llegó la sorpresa. “Violator” entraba en escena con toda la clase que supone ‘World In My Eyes’, tema por el que siento gran debilidad y que abre el disco de 1990. Y después el tema rescatado para esta gira: ‘Fly On The Windscreen’, que sin ser uno de mis favoritos me gustó bastante.
El momento Martin llegaba esta vez con ‘Sister Of Night’ y ‘Home’ (ésta no falla nunca). Aunque Martin sigue flojeando cantando en directo, ésta es posiblemente la vez que mejor interpretación hizo de las que le he visto, sobre todo con el segundo tema.
La transición otra vez a la voz de Gahan vino con ‘Miles Away – The Truth Is’ con la mejor proyección de la noche. La esfera se convertía en el globo terráqueo que giraba delante de una lluvia de estrellas que salían de la pantalla. La proyección genial pero el tema no acompañaba. En Valladolid el tema elegido para esta proyección fue ‘Come Back’, muy superior al elegido para Madrid.
Con ese tema se despedía el último disco, sólocuatro temas, pero más que suficientes. La parte final empezaba con ‘Policy Of Truth’, seguía con ‘It’s No Good’, las “devotional” ‘In Your Room’ y ‘I Feel You’ y acababa a lo grande con ‘Enjoy The Silence’ y ‘Never Let Me Down Again’. Grandísimo final sí, pero con una pega. El emblemático ‘Never Let Me Down Again’ sonó más flojo de lo normal. El momento álgido en el que los tímpanos revientan y los corazones vibran fue muy muy flojo, cosa que no entendí.
El concierto había sido la leche, buen repertorio, poco del último disco, y ‘World In My Eyes’. Y aún quedaba el bis, bis que empezaba muy tranquilo con ‘One Caress’ con Martin cantando otra vez, tenía la transición de ‘Stripped’, tema con el que sucedió exactamente lo mismo que con ‘Never Let Me Down Again’, cuando nos tuvo que matar nos dejó vivos, y llegó al súmmum con ‘Behind The Wheel’ y conla imprescindible ‘Personal Jesus’, tema con el que me pasa algo muy curioso, en disco no la oigo, no me llama excesivamente la atención, pero en directo no puede faltar. Y aquí sí, ‘Never Let Me Down Again’y ‘Stripped’ no nos mataron, pero ‘Personal Jesus’ remató, dando por finalizado uno de los mejores conciertos, si no el mejor, que he visto de esta banda.
Y ahora a esperar al siguiente, y a la siguiente ráfaga de cuestiones repetidas que se resumen en “¿vas a ir a verles otra vez?”. La respuesta que daré la tengo muy clara: Sí, siempre.
