Uno de los grandes responsables del acercamiento entre las escenas gótica y metaleta, el sueco Johan Endlund, saca a la luz un nuevo disco de Tiamat, su principal proyecto musical.
"Amanethes" es un trabajo de Tiamat editado en Nuclear Blast (Ref: NB 2013-2) en Mayo de 2008. Interpretado por Johan Endlund como cantante y guitarrista & Thomas Wyreson en la guitarra & Anders Iwers al bajo & Lars Sköld como batería desde Suecia y se centra en el estilo Gothic Metal y tiene una duración de 62,03 minutos. Enlaces Relacionados:Tiamat & Nuclear Blast Valoración: 6.5 sobre 10
A punto de cumplir veinte años, la banda sueca de gothic metalTiamat saca un nuevo disco. El hecho de aguantar tantos años en este difícil negocio de la música merece de entrada una valoración positiva, tanto si te gusta lo que hacen como si no. Pero, además del innegable mérito de haber alcanzado tamaña longevidad, resulta que Tiamat es una de las bandas que ha contribuido a crear el subgénero gothic metal, tan prostituido y tan mal utilizado hoy en día. Sus comienzos como banda de death metal y su pronto acercamiento a sonoridades góticas ( teclados, coros, voces cavernosas y profundas, guitarras “limpias”… ) así lo atestiguan. Por tales méritos, cualquier referencia de esta banda sueca debería merecer nuestra atención.
Estamos ante un disco que recoge elementos de todas las fases por las que ha pasado la música de Tiamat a lo largo de su dilatada carrera; tenemos canciones potentes y rockeras, tenemos algún que otro arreglo poco habitual en este tipo de grupos, tenemos baladas donde la voz adquiere tonalidades oscuramente góticas y tenemos abundantes detalles de denso y pesado metal, sobre todo por las muy variadas melodías de guitarra metalera que podemos escuchar. El eclecticismo del que “Amanethes” hace gala se ve empañado, sin embargo, por un importantísimo lastre, al menos a mi juicio; la sobreabundancia de temas lentos, que lo hacen convertirse en un disco a veces muy aburrido según en que momentos.
Y la verdad es que es una pena, porque con temazos como el genial cruce de gothic rock con voces metaleras que es ‘The Temple of the Crescent Moon’ o el potentísimo ‘Equinox of the Gods’, con su brutal descarga de adrenalina, hacen pensar que nos vamos a encontrar con un disco contundente, enérgico y electrizante, capaz de hechizarnos y embrujarnos con su rutilante fuerza. Sin embargo, tras estas dos perlas vienen ¡¡cinco!! baladas seguidas ( unas más intensas que otras, eso es cierto, incluso una de ellas tiene un estribillo bastante animado ) que a mí, por lo menos, me hunden el ánimo y me provocan una honda frustración al darme cuenta que las expectativas que los dos primeros cortes me habían creado no se cumplen.
A pesar de esto, que no deja de ser algo completamente subjetivo, no puedo negar el hecho que “Amanethes” es un disco más que interesante. La impresionante variedad vocal del incombustible Johan Endlund, que navega con facilidad entre tonos desgarrados propios del death metal y tonos profundos y solemnes, emparentados con el gothic rock, no deja indiferente a nadie. En este sentido no puedo dejar de recomendar la sobrecogedora exhibición que el cantante hace en ‘Raining dead angels’, con una vocalización aterradora que contribuye a crear un ambiente sofocante y angustioso, ideal para una de las mejores canciones del trabajo ( después de esta vendrán otras seis baladas seguidas...) . En el otro extremo tenemos ‘Until the Hellhounds sleep again’, con una voz homenaje a los más grandes clásicos del gothic rock, o ‘Misantropolis’, con un tono vocal algo más suave pero igualmente fascinante.
Tampoco puede dejarte frío la gran variedad y riqueza de arreglos del disco, ni la fascinación que provocan muchas de sus melodías, hondamente trabajadas. Muestras de lo que digo las tenéis a lo largo de todo “Amanethes”, en todas las canciones, incluso en aquellas que me aburren. Lo cierto es que si las escucho aisladamente me gustan ( ‘Circles’, por ejemplo, es realmente una canción muy hermosa ), lo que no me hace ninguna gracia es encontrarme con once baladas ( unas más intensas que otras, como ya he dicho ) en un disco de catorce temas. Yo ( recalco el singular ) espero otra cosa en un disco de una banda de rock. Quizá si no caes en la trampa que caí yo con las dos primeras canciones es posible que puedas disfrutar este disco en la medida que se merece.
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