El sábado 19 de abril de 2008 se dieron cita en la sala Ritmo y Compás de Madrid tres de las formaciones más carismáticas del sello sueco Cold Meat Industry, estas eran Ordo Rosarius Equilibrio, In Slaughter Natives y el nuevo proyecto de Axel Menz de Hekate, Cascadeur.
Humo e incienso invadían una sala cubierta por la oscuridad. Focos opacos mostraban un escenario adornado con banderas tibetanas y estandartes. Esa noche se iba a realizar un espectáculo único, los tres miembros responsables de cada formación ofrecerían un concierto conjunto dividido en tres actuaciones diferentes, una para cada proyecto. Bajo un fondo musical terriblemente ritualístico, el tiempo avanzaba en su espera. El público presente aumentaba progresivamente, y la expectación hacia el comienzo del evento crecía de la misma manera.
A las nueve en punto de la noche comenzaron las actuaciones. La primera de ellas correspondió a Cascadeur, el nuevo proyecto de Axel Menz, componente de Hekate. En esta actuación intervinieron Tomas Petersson de ORE y J. Havukainen de I.S.N. Axel ofreció un concierto de corte verdaderamente neofolk, en el que preponderó en más de una ocasión esa intensidad marcial que caracteriza en muchas facetas a Hekate. Timbales y loops de tambores guiaban unos temas cargados de fuerza y teatralidad, debido en cierta manera a la multifacética voz de Axel. Durante aproximadamente unos treinta minutos se presentó este personal proyecto del que se espera con impaciencia algún lanzamiento discográfico. Fue una actuación intensa y remarcable con la que se abrió el apetito a un público agradecido, impaciente por disfrutar de más espectáculo.
Aproximadamente diez minutos separaron la actuación de In Slaughter Natives de la de Cascadeur. J. Havukainen salió al escenario acompañado de su pareja, que le ayudaría con los efectos, y Tomas Petersson, que apoyaría con la percusión y los teclados en la mayoría de los temas. Como si del propio diablo se tratase, J. Havukainen se desenvolvía inquieto y serpenteante por el escenario, profiriendo gritos distorsionados que complementaban a la perfección con un simphonic industrialdark ambient de lo más apocalíptico y demoledor. Havukainen parecía la esencia del mal, unos audiovisuales que se proyectaban en una tela blanca colocada auxiliarmente sobre la pared del escenario acompañaban a los temas de I.S.N con imágenes de mujeres poseídas y juventudes hitlerianas tocando el tambor con ímpetu y decisión. Un espectáculo impresionante. De los tres proyectos, sin duda, este fue mi favorito. Se gestó una atmósfera viciada y maléfica que hubiese rozado el infinito, si no hubiese dado lugar una incidencia con la conexión del proyector que las emitía, que produjo la suspensión del espectáculo y la entrada de Ordo Rosarius Equilibrio en escena antes de lo estimado por la organización del concierto. Sin embargo Havukainen ya se había ganado al público, la gente aplaudía entusiasmada ignorando el fallo y alabando la originalidad y la intensidad que esta banda había conseguido alcanzar en más o menos tres cuartos de hora.
La oscuridad se hizo de nuevo. Había llegado el momento, Ordo Rosarius Equilibrio entraría en escena en breve, esta vez sin Rose-Maria Larsen, la pareja de Tomas Petersson, que debido al nacimiento y los cuidados de su hijo no ha podido participar en esta gira.
Finalmente, los tres componentes anteriormente citados mas un apoyo que se ocuparía de teclados y percusión electrónica se posicionaron en el escenario y dieron comienzo al espectáculo. Petersson ofreció un concierto dinámico y enérgico acompañado de una botella de whisky que iba disminuyendo de forma inversamente proporcional a los ánimos del público. Abundaron temas pertenecientes a “Cocktails, Carnage, Crucifixion And Pornography”, “Satyriasis - Somewhere Between Equilibrium And Nihilism” y “Apocalips”, sus tres últimos trabajos que demuestran la razón por la que Ordo Rosarius se mantiene en la cumbre del movimiento neofolk. En general, tanto la selección de canciones como el desarrollo de las mismas se realizaron correctamente. Petersson, que a mitad de concierto ya había comenzado a meditar en acabar con el contenido de la botella, cantó enérgicamente, disfrutando y haciendo disfrutar, o por lo menos esa fue la reacción del publico, que aplaudía y tarareaba la mayoría de los grandes hits de la banda.
Las guitarras se trajeron grabadas de casa, y preponderaron ante todo la percusión y los teclados. El espectáculo no fue vistosamente atractivo, pero sí muy profesional musicalmente hablando.
Petersson demostró su calidad como músico, 17 años han pasado ya desde la edición de su primer trabajo, cuando militaba en Archon Satani, una de las bandas más ritual que uno puede escuchar. Su estilo ha ido perfilándose con el paso del tiempo, y una vez más hemos podido comprobar que acudir a un evento de Ordo Rosarius siempre resulta un placer.
Sin duda, otra gran idea convertida en éxito de la organización Escalera sin Peldaños.