La sala Copérnico vuelve a ser la sede oficial del NSK.Laibach presentó su último trabajo, "Volk" dejando satisfechos a todos cerrando con sus temas más bailables
Tomaž Hostnik, primer cantante de Laibach exhortaba al público, como si fuese la viva imagen del Duce, allá por Diciembre del 82 su ya famoso "Cari amici soldati, i tempi della pace sono passati !" Y tanto ayer como hoy, querido amigo soldado, el tiempo de la paz ha pasado. Y aquí estuvieron Laibach para recordárnoslo, tomando temporalmente bajo la jurisdicción del NSK la sala Copérnico para desgranar uno a uno los temas de su último disco, "Volk". Menos solemnes que en su anterior visita a Madrid y más desenvueltos y con una puesta en escena que parecía que estábamos asistiendo a una obra de teatro, dos pantallas de vídeo nos iban guiando con proyecciones que acompañaban perfectamente a las canciones.
El discurso político comenzó con 'Germania', demostrando el buen sonido que consigue siempre Laibach en sus directos. Continuaron con 'America' y seguidamente con la increíble 'Anglia' que si ya de por sí es cojonuda en el disco, en directo fue sobrecogedora. Y tal canción no se quedó sin su repercusión, y la gente empezó a darse cuenta que estaban ante la organización más poderosa del mundo y comenzaron a despertar de su letargo para empezar a echarse los primeros bailoteos serios. Llegó 'Rossiya' para serenar un poco el ambiente con melodías corales, pero no por mucho tiempo, pues le seguiría 'Francia' y el piano que viene en esta canción, en el directo hizo temblar la sede del NSK.
'Italia', canción que ya de por sí es muy buena, quedó impecable con la proyección de la película de Pier Paolo Pasolini "Salo e lo 40 giornale di Sodoma". Y por fín le llegó el turno a 'España', haciendo que nuestro pecho se hinchara de orgullo patrio al recordar nuestro pasado glorioso mientras la letra de José María Pemán se adueñaba de nuestro himno nacional. Lentamente el piano de 'Yisra´el' se fue colando para dejar una de las canciones más oscuras del disco mientras en las proyecciones la V del logo del disco "Volk" se acoplaba sobre la estrella de David para dejar la bandera de Israel invadida por Laibach. Le siguió 'Turkiye' haciéndose una de las más atronadoras mientras se repetía "Ata, Ataturk" en las pantallas. Como nota curiosa decir que una voz femenina cortó en dos la sala al grito de "Turquía no es Europa". El ambiente ya estaba caldeado.
Y para bajar los humos se colaron la tranquila pero inquietante 'Zhonghua' y la majestuosa 'Nippon'. "Volk" terminaría con la impresionante 'Slovania' dejando la carne de gallina a más de uno en la parte del estribillo "Let stones crack, Let the earth quake, Let freedom rise!". Con el himno del NSK se concluiría esta primera parte para dar paso a una segunda que más de uno y de una estaban esperando. Por fin sonó la canción que casi todos estaban pidiendo a gritos, 'Tanz mit', una versión mucho más rápida y bailable que la del disco "WAT".Y cual es mi sorpresa cuando la empalman con otra versión aún más rápida de 'Alle Gegen Alle'.Aquello ya se hizo insostenible y el pogo comenzó.
'Hell simmetry' nos recondujo por laberintos oscuros no para saciar nuestra sed, sino para darnos todo un festín final con 'Achtung!' y 'Das spiel is aus' donde todo el mundo se quedó satisfecho. Laibach terminó el discurso político despidiéndose a la antigua usanza de los artistas de teatro mientras en las pantallas salían los créditos de las canciones tocadas en el concierto como si de una película se tratase. A su retirada, pudo oírse de fondo un Remix con 'Life is Life', 'Final Contdown' y 'Barbarians'.
No quisiera terminar este artículo sin dar las gracias a Alfonso y a todo el equipo de "La escalera sin peldaños" por haber hecho posible la ocupación del NSK tanto en la sala Copérnico de Madrid como en la sala Apolo de Barcelona.
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