Resultar ser que la famosa estrella aparece más veces en el mismo texto y asociada no precisamente al demonio. Un ejemplo:
"Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones” (Pedro 1:19).
El lucero de la mañana, representaba el despertar. La estrella matutina no ha sido nunca símbolo del mal, sino símbolo de Conciencia real, o estado iluminativo. Además, encontramos una poderosa asociación luciferina con Jesucristo en el libro más famoso del "Nuevo Testamento": "El Apocalipsis de San Juan".
En el texto convertido en referencia absoluta actual del “símbolo del demonio” por el famoso pasaje:
“...y que nadie pusiese comprar o vender sino el que tuviera la marca, el nombre de la bestia o el número de su nombre. Aquí está la sabiduría. El que tenga inteligencia calcule el número de la bestia, porque es número del hombre. Su número es seiscientos sesenta y seis” (Ap. 13, 17,18), existe una comparación “blasfemita”, si tomamos al lucero como símbolo del demonio, ante las supuestas palabras de Jesús en boca de Juan, en la que después del famoso “el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último” (Ap 22:13), una de las armas argumentativas en Teología para afirmar la divinidad de Jesucristo, se escriba posteriormente: “Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana ... Ciertamente vengo en breve” (Ap 22:16, 20). 
Todo esto nunca fue un problema, salvo para el estudioso en Teología, que veía poderosas contradicciones (el Pueblo tuvo prohibido leer "la Biblia" hasta la llegada del protestantismo, y la primera traducción en lenguaje vulgar, en alemán en este caso, en en septiembre de 1522). Es destacable señalar que los diccionarios y referencías de las jerarquías infernales son relativamente recientes, como "El diccionario de Robert Block", y creadas desde la imaginación de ilustres escritores, como Bocaccio, Don Francisco de Quevedo, Goethe y, por encima de todos, John Milton, que con su obra "El Paraíso Perdido" quedará plasmado en el inconsciente colectivo que el más bello de los ángeles, antes de la creación del mundo, encabezó una rebelión de ángeles contra Dios, por lo cual éste, y los suyos, fue expulsado.
Es increíble la influencia de este poema en nuestra concepción de Lucifer en nuestros días, terminado en el año 1667 (¡huy! casi, por un número...). Y, aún hoy día, muchos aún consideran que su hermosa epopeya está escrita en la propia Biblia.
"La Neo-Vulgata" es ahora oficialmente traducida en versiones canónicas de esta forma en inglés:
“How you have fallen from heaven, O morning star, son of the dawn! You have been cast down to the earth, you who once laid low the nations!, y en castellano:
“¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones.”
Lucifer Histórico
Veamos a quién está dedicada la famosa metáfora. ¿Se trata al menos del Satanás Bíblico?
Si uno acude a una autoridad rabínica, muy gustosamente explicará a qué personaje histórico se refiere este famoso pasaje; no es, para nada, Satán, quien para ellos no es más que otro ser angelical al servicio del creador, tentando a los hombres con la Ietzer HaRá, algo así como “la tendencia al mal”, que es el alma animal en el ser humano, nefesh behemit, tendencia de la búsqueda fácil de placeres, en su concepción más Ortodoxa, y donde se enarbola con el otro valor del alma humana, nefesh elokit, que es la tendencía “buena”, o “alma divina”.
Recordamos que cualquier texto en hebreo puede interpretarse tanto en sentido literal, Peshat, en sentido alégorico, Remetz, talmúdico, Derasha, y secreto o cabalístico, Sod, por lo que no me extenderé más.
En nuestro caso, nos interesa el supuesto significado Peshat del texto protagonista:
"¡Cómo caíste del cielo, Oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones. Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte. Sobre las alturas de las nubes subiré y seré semejante al Altísimo. Mas tú derribado eres hasta el Seol, a los lados del abismo. Se inclinarán hacia ti los que te vean, te contemplarán, diciendo: ¿Es éste aquel varón que hacía temblar la tierra, que trastornaba los reinos; que puso el mundo como un desierto, que asoló sus ciudades, que a sus presos nunca abrió la cárcel?" (Isaías 14:12-17).
Bien, encontramos un personaje que ha sido “cortado”, es decir, ha sido eliminado de su lugar de arraigamiento, posición privilegiada, sea la que sea, y que es derribado, eliminado, echado, por su arrogancia pasada, lo “humilla” diciendo que será tan baja su condición social que la gente se preguntará si ese era el varón que hacía temblar la tierra. Es evidente que se refiere a un hombre. A un varón. Ese varón posee una alta posición social, descubierta en ocho versos anteriores:
“Pronunciaras este proverbio contra el rey de Babilonia, y dirás”.. Isaias 14:4.
Ese Rey Poderoso, que llegó a lo más alto, y fue después derrotado, es Nabucodonosor II.
Famoso personaje bíblico e histórico, por ser el causante de la primera destrucción del templo más sagrado de la Tradición Hebrea. El Templo de Salomón.
Este Rey, reinó entre los años 605 adC - 562 adC, es probablemente el gobernante más conocido de la dinastía caldea de Babilonia, que eran semitas y, por tanto, emparentados fuertemente con la historia del pueblo Judío, y en concreto por haber conquistado Judá y Jerusalén. Por ello, en un principio, el Profeta Jeremías habla de este Rey como un elegido por el Dios de los Judíos, ya sea por los favores de éste a Jeremías, o quizás más, por que su mejor amigo, Godolías, era gobernador de Jerusalén gracias a él. De ahí que tenemos este resplandeciente Rey alabado en el libro de Jeremías, quien, por supuesto, es puesto en ese lugar por orden o mandato divino:
“:Y ahora yo (Yahveh) he puesto todas estas tierras en mano de Nabucodonosor mi siervo, y aun las bestias del campo le he puesto para que le sirvan...Y a la nación y al reino que no sirviere a Nabucodonosor rey de Babilonia, y que no pusiere su cuello bajo el rey de Babilonia, castigare a tal nación con espada y con hambre y con pestilencia, dice el Señor...Jeremías 27:6 7 8
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