Desde Génova nos llegan nuevos aires en la corriente Neofolk. Aunque parecía que todo estaba ya dicho en este género todavía hay lugar para las sorpresas.
"Storia di una Rondine" es un trabajo de Egida Aurea editado en Wolf Age en Febrero de 2008. Interpretado por Diego Banchero como bajista, guitarrista, vocalista y programador & Carolina Cecchinato como vocalista y percusionista & N.H. Guglielmo Amore como vocalista y percusionista & Mirko Giorgini como guitarrista & Fernando Cherchi a la fisarmónica & Daniele Santagiuliana al harmonio desde Italia y se centra en el estilo Neofolk y tiene una duración de 17,12 minutos. Enlaces Relacionados:Egida Aurea Myspace & Wolf Age Myspace Valoración: 9 sobre 10
Por la pinta que tenía el CD cuando lo vi por vez primera ya me daba el tufillo: esto me huele a Neofolk. Y no iba desencaminado. Una especie de escudo medieval con una cruz, marco gris y letras capitales trajanas. Mucho peso de tradición. En el reverso los títulos de las canciones nos dan el dato de que se trata de un EP, tan solo 4. Hecho que lamentaría un poco más adelante, al escuchar sus magníficas pistas.
Antes de desgranar el contenido musical del CD hemos de ponernos en antecedentes: situación en el espacio y en el tiempo. Lugar: Génova. Antecedentes: Egida Aurea es un proyecto nuevo, incubado en 2006, aunque sus miembros provienen fundamentalmente de Recondita Stirpe, aparte de otros proyectos como Malombra, Il Segno del Comando y Zess. En el sustrato de Egida Aurea están las diversas y ricas tradiciones europeas, fundamentalmente las mediterráneas, que muestran tanto en sus letras como en su instrumentación, a las que dan un énfasis con una particular forma de vocalización siguiendo la tradición del canto italiano. Para dejarlo claro desde un principio, su ideario no tiene trasfondo político alguno, basando por lo tanto su compromiso en la recuperación cultural como seña de identidad.
Como ya apuntaba en la introducción, la sorpresa que me ha causado Egida Aurea ha sido mayúscula, una bocanada de aire fresco en un género donde es ya difícil decir algo nuevo, desde el lanzamiento de Rome ninguna nueva banda del género me había dejado tan buen sabor de boca. Y no es que Egida Aurea estén inventando la pólvora, pero si que tienen una frescura y un buen hacer compositivo que es difícil de encontrar incluso en las bandas consolidadas. Yo creo que la clave está en la voz. Corre a cargo de Carolina Cecchinato y curiosamente no es lo que podíamos denominar una voz heavenly voices precisamente. Es una voz que tiene mucha fuerza y sólo un poquito de dulzura, pero sabe llevarla por distintos terrenos, tanto en los modos de cantar como en las líneas melódicas. El ornato para la voz se compone de guitarra acústica, teclados y diversas percusiones, que si fueran un poco más rotundas ya sería el no va más.
'Storia di una Rondine', que da título al CD, es una canción magistral. Es larga y se divide en varias partes perfectamente diferenciables donde, como decimos, la voz es la que manda, y sus variaciones de entonación, de ritmo y de registro hacen que te cale muy hondo. Es un tema riquísimo en matices, una verdadera delicia.
Otro temazo es 'Il Giorno delle Chimiche Brume', el más percusivo, casi diría que apto para ser pinchado en esas escasas sesiones que a los que nos gusta pinchar Neofolk nos dejan de vez en cuando en alguna fiesta que otra. De nuevo la voz hace diabluras. Este tema fue el primero que lanzó Egida Aurea en el recopilatorio online "Donec ad Metam" de 2007.
La más ceremonial es 'L'Ottobre Nero di Mosca', con esa cadencia lenta de corte ritual en la que esta vez la voz femenina desaparece al principio y es sustituida por unos coros masculinos que parecen realizar alguna invocación u oración, pero al final y casi gritando irrumpe la voz de Carolina. La pena es que es un tema muy cortito y te quedas con ganas de más.
Cierra el cuarteto 'Theos Aniketos', como la anterior de corte ritual y con coral masculina, ornato de nuevo para la voz femenina que repite su magistral intervención. Junto con la percusión, el teclado tiene esta vez una cierta preeminencia y podría recordar al uso que hacen de él Ataraxia, pero sólo en su línea más medievalista.
Me escucho los cuatro temas una y otra vez y me digo: se me hace demasiado corto, quiero más. No obstante dicen que lo bueno si breve dos veces bueno. Un espléndido debut para estos italianos. En espera de que den al salto al larga duración os recomiendo encarecidamente este trabajo a todos aquellos que améis el Neofolk. No os arrepentiréis.