Después de tres años en la sombra, la bestia de Adrian Hates vuelve a la carga con más fuerzas y ganas que nunca. Mucha es la historia de este compositor, tanto dentro como fuera de Diary of Dreams (recordemos su pasado como bajista de la banda Garden of Delight) y son muchos los discos editados, y mucha la imaginación y creatividad invertida. Con el tiempo es difícil que las bandas mantengan el nivel de lo que sus fans esperan pues los recursos se acaban, la fama hace trabajar con cierta presión, y las expectativas cada vez son mayores. Y es que son 10 ya los álbumes de DoD y aun así, sigue manteniendo su posición en las cotas más altas y sigue siendo uno de los proyectos más importantes de la música underground. DoD es una de las pocas bandas que puede presumir de ofrecer de todo, de hecho es una de las pocas bandas que tanto gustan a amantes del gothic rock, como de la música electrónica, y de la música gótica oscura en general. Ofrece melodía, música bien compuesta, estribillos pegadizos, voz grave y oscura, voz aguda y apaciguadora, voz cristalina y voz tratada con efectos, electrónica agresiva, electrónica popera, guitarras eléctricas, pianos, teclados, coros, efectos sonoros, distorsión, un juego de percusión prácticamente único, todo conectado con una estética oscura (que creo que es lo que nos gusta a la mayoría) y un estilo único y personal, imitado pero no alcanzado. Todos y cada uno de sus anteriores discos han guardado entre sus minutos musicales joyas que se recordarán en la posteridad. También ha habido algún que otro fiasco, pero no para tenerlo en cuenta. Personalmente "Nigredo", su anterior disco, me pareció de los peores y aun así, estaba repleto de buena música.
Después de una periodicidad sacando discos, han pasado 3 años y ya podemos disfrutar definitivamente de este ansiado regreso que, a juicio personal, me ha encantado. Un breve recorrido por la vida de su principal alma mater nos lleva a descubrir que Adrian comenzó con la música a muy corta edad, tocando la guitarra y posteriormente el piano, escribiendo sus propias letras y componiendo allá donde podía. Sus primeras inspiraciones fueron músicos como Beethoven, Mozart y Vivaldi. Comenzó tocando con grupos en su adolescencia, pero quizá es más conocido su paso por Garden of Delight. Finalmente abandono la banda para dedicarse completamente a su proyecto personal Diary of Dreams. Mucha gente piensa que Adrian Hates es el único componente del proyecto, y esto no es del todo cierto, aunque tampoco es mentira. Adrian es el principal compositor, productor e instigador de su música, aunque tiene compañeros músicos que en ocasiones realizan algún que otro arreglo y principalmente le acompañan en sus directos. Adrian Hates también termino abriendo su propio sello Accession Records, donde publica todos sus discos además de producir a otras bandas, como Diorama, painbastard y [:SITD:].
"Nekrolog 43" se distribuye en dos ediciones: la normal y otra limitada. El artwork es el típico de todos los discos ya publicados: parte superior e inferior en negro, con el estampado de una cabeza cadavérica y descompuesta en el medio, todo empaquetado en una cajita similar a la de "Nigredo". El interior contiene un libreto de 16 páginas, con las letras y las fotografías típicas.
"Nekrolog 43" sigue fácilmente la estela de sus predecesores, sobre todo los últimos discos desde "Freak Perfume" y un poco de "One Of 18 Angels", esto es: música predominamente electrónica con abundancia de pasajes ambientales, ritmos bailables, guitarras eléctricas de distorsión muy suave que no siempre se nota que están, mucho piano bien tocado, y la indiscutible poderosa voz de Adrian Hates dando un repaso a todos sus registros vocales. Como en todos los discos, están las canciones más cañeras, plagadas de electrónica, guitarras y ritmos acelerados, y otras canciones más lentas, ambientales, relajadas y normalmente más oscuras y sentimentales.
Una primera escucha me dejó la sensación de que en "Nekrolog 43" primaban más los tracks relajados, y de ser un disco más tecno-pop (manteniendo siempre con la esencia de DoD, por supuesto), pero posteriores escuchas me hicieron ver que estaba ligeramente equivocado y que este nuevo álbum no era muy distinto a lo publicado en otras ocasiones. En esencia, para bien o para mal, "Nekrolog 43" es puramente DoD, suena a DoD de principio a final, y esto puede satisfacer al oyente, o defraudarle si espera algo distinto. Como dije, 10 discos son muchos discos para conseguir sorprender, pero creo que con no decaer, es más que suficiente, y DoD lo consigue.
En todos y cada uno de los tracks podremos descubrir que Adrian mantiene ese toque especial a la hora de componer tanto en el apartado puramente melódico (teclados, pianos, instrumentación clásica) como especialmente en el apartado electrónico. A día de hoy muchos grupos, incluso de los más importantes del panorama actual (por ejemplo, me viene a la cabeza el decepcionante "Judgement" de VNV Nation), olvidan lo que es experimentar con sus sintetizadores, tirando de presets y de arpegios que suenan de principio a fin de la canción consiguiendo un sonido frío y banal. Adrian aún mantiene esa magia que le permite conseguir sonidos asombrosos, jugar con ellos y las baterías y crear un amplio repertorio de interesantes ambientes donde todo encaja a la perfección.
No podría desechar, en esta ocasión, ninguno de los tracks, aunque, a nivel personal, prefiero los temas más cañeros, también me gustan los más relajados pero los disfruto menos. Quizá me llamen menos la atención, 'Son of a thief', 'Matching lives' , 'Congratulations' , y 'The Valley' (aunque reconozco que es una preciosa pieza musical). El resto son increíbles. La apertura del CD con 'Nekrolog 43' es impactante, con el típico comienzo de ruidos ambientales y otros sonidos que dan paso a la electrónica. 'The Plague', que además era la canción principal del mini CD previo al lanzamiento de "Nekrolog 43", es impactante también, aunque la repetición de la palabra The Plague recuerda mucho a la técnica empleada en 'The Curse'. 'Tears of Joy' es una de esas canciones más relajadas que no puedes por menos que estremecerte por su música... la letra y la melodía de la voz de Adrian, siempre tan sentida, tan transmisora de dolor y tristeza, consiguen llegar realmente hondo. 'Remedy Child' es una vuelta a la música más cañera de DoD y tan característica, que me recuerda a los mejores temas del "Panik Manifesto" (álbum increíble). Y 'Malice' me encanta sobre todo por el estribillo, tal cual lo hace también 'Hypocryptickal'. Por último, mi preferida, quizá por la oscuridad que desprende, es 'Allone' con un juego de voces de lo más inquietante y siniestro en el estribillo.
Esplendido disco totalmente recomendado, muy trabajado y con un sonido, una producción, una claridad auditiva asombrosa. Tan sólo esperar que Adrian Hates y el resto de miembros del proyecto nos den muchos años más de buena música, de la cuál algunos nunca nos cansaremos. |
