Un pequeño sello francés ha tenido la genial ocurrencia de reeditar aquel disco de los franceses Corpus Delicti que en 1993 dejó con la boca abierta y las entrañas petrificadas a todo el panorama gothic europeo. Ese lejano Twilight, rebautizado para la ocasión como From Dusk to Twilight, está destinado a ser disco de cabecera para todos los amantes del Deathrock y la Batcave más genuinos, si es que no lo era ya. Si lo tenías grabado malamente en una casette no pierdas la ocasión de hacerte con este clásico indiscutible del gothic de todos los tiempos, que viene con sorpresa en forma de siete temas de sus primeras maquetas. Y si no lo tenías, no dudes en hacerte con él; es un consejo de amigo.
"From Dawn To Twilight" es un trabajo de Corpus Delicti editado en d-monic (Ref: d-m001) en Mayo de 2006. Interpretado por Sebastien como cantante y teclista & Roma en la bateria & Jerome a la guitarra y teclados & Chrys como bajista & Frank en la guitarra & Manu como vocalista en las maquetas desde Francia y navega entre los estilos Death Rock & After Punk y tiene una duración de 73,02 minutos. Enlaces Relacionados:Corpus Delicti & d-monic Valoración: 8.75 sobre 10
Noche de niebla y bruma… Ráfagas de viento gélido que encoge las almas… Impenetrable oscuridad que atenaza los corazones… Un búho rompe la quietud del cementerio con su siniestro canto… Los ángeles que guardan las tumbas son esta noche amenazantes figuras que esperan un descuido por tu parte para abalanzarse sobre tu cuello…
¡¡No puede ser!! Has visto pasar una oscura ráfaga entre dos sepulcros justo a tu izquierda. No, debes haberlo soñado. Un sudor frío te corre por el rostro mientras el búho vuelve a reirse de tí. ¡¡Otra vez!!. Una nueva figura ha pasado, ahora muy cerca de tí. Quieres tragar saliva, pero no puedes. ¿Por qué aceptaste aquella invitación de ese chico tan raro, tan pálido, siempre vestido de negro, que apenas conoces del barrio, para ir al cementerio aquella noche?. Deberías estar en tu discoteca, oyendo tu ración semanal de máquina y putarroneo latinoide.
Esta vez ya no dudas; no una, sino dos oscuras siluetas, han pasado junto a tí casi rozándote. Sacando valor de donde no creías tenerlo, decides seguirlas. Pronto llegas hasta una rotonda del cementerio, rodeada de altos panteones y espigados cipreses. Allí hay por lo menos veinte personas, pálidas, enlutadas, solemnes como estatuas de catedral. Una música surge desde uno de los panteones. Tú no lo sabes pero lo que oyes es Corpus Delicti, el más conocido grupo gótico francés de todos los tiempos.
Aunque lo ignoras, el sello francés d-Monic ha reeditado el CD que convirtió a Corpus Delicti en un clásico de la cultura gothic de todos los tiempos. A las once canciones de la edición de 1993, publicada por el desaparecido sello alemán Glasnost, se han añadido siete temas de las dos maquetas de Corpus Delicti, mucho más crudas y afterpunk que el disco en sí, haciendo todo ello que esta reedición se convierta en adquisición obligada tanto para los fans veteranos como para los nuevos.
Los sonidos que oyes hacen que las extrañas figuras que tienes delante abandonen su señorial estatismo y bailen frenéticamente, conjurando arcanos hechizos con las manos y retorciendo el cuerpo como si agonizaran. Tal es el efecto que les provocan canciones como ‘Haunting Picture’, ‘Sharing’, ‘Lorelei’ y, sobre todo, ‘Mirror Wall’ y ‘Absent Friend’; magníficas composiciones que rezuman oscuridad, una voz como las que sólo se escuchaban en los noventa, malvada hasta lo más profundo, una batería que se desenvuelve con magistral pericia en todos los temas, una guitarra y un bajo que crean al alimón siniestras estructuras, coronadas por unos terroríficos teclados que proporcionan al conjunto un ambiente sofocante, denso, aplastantemente oscuro.
¡¡Oscuridad!! Bonita palabra, muy difícil de definir. Nunca te has planteado semejante tarea pero si alguna vez lo haces quizá canciones como ‘This Side of the Moon’, ‘Poisoned Dead Flowers’ o el comienzo de ‘Firelight’ te ayuden a sacar alguna conclusión. Muchos grupos que reividincan en estos días esa bandera harían bien en mirar un poco atrás e inspirarse en los clásicos, que por algo son clásicos.
En el cementerio, el búho ríe de nuevo mientras, sin darte cuenta, avanzas hacia el centro del círculo que forman los seres espectrales. La música de Corpus Delicti aún suena, inundando el aire con ecos de siniestra maldad. Las figuras se acercan a tí, te sonríen con una expresión aterradoramente gélida. Recuperas la conciencia, quieres huir, intentas ponerte en movimiento pero, cuando unos dientes se clavan en tu cuello, ya no puedes hacer nada más que morir.