Moloch 11811 ve más allá de los gustos y de las modas. Moloch 11811 sólo hace lo que quiere y utiliza el sonido a su antojo sin pararse a pensar en gustos ajenos, porque es el verdadero dios-máquina. Moloch 11811 es el pasado futuro con el que otros soñaron y por el que muchos murieron.
"Blut für Baal Zebub" es un trabajo de Moloch 11811 editado en Deadknife Records (Ref: DK01) en Mayo de 2007. Interpretado por Juan Miguel como compositor desde España y navega entre los estilos Industrial & Experimental y tiene una duración de 19,24 minutos. Enlaces Relacionados:Moloch 11811 & Deadknife Records Valoración: 7.5 sobre 10
Moloch 11811 es una onda de choque directa a los sentidos, sin concesiones y sin miedos estéticos. Moloch 11811 ve más allá de los gustos y de las modas. Moloch 11811 sólo hace lo que quiere y utiliza el sonido a su antojo sin pararse a pensar en gustos ajenos, porque es el verdadero dios-máquina. Moloch 11811 es el pasado futuro con el que otros soñaron y por el que muchos murieron. Es la esencia misma de la música amusical. Moloch 11811 es la voz de las máquinas sin ser máquina. Es el alma de las máquinas sin ser máquina, porque es el dios-máquina. Moloch 11811 sólo responde ante los amos de Metrópolis y aquellos que los sucedieron y suceden, porque ellos han sido y siguen siendo los verdaderos creyentes del dios-máquina. Bajad al submundo, porque empieza el cambio de turno...
El Dios Moloch nace como resultado de una catástrofe ocurrida en el despertar de los tiempos, el espíritu de Moloch se había transformado a sí mismo en oscuridad al convertirse en materia. De acuerdo con las antiguas creencias, el hombre era la encarnación de esa misma tragedia, y para redimirse de ese pecado era necesario ofrecer sacrificios a Moloch. Partiendo de esta simbología, el propio Frizt Lang integra en su Metrópolis al dios Moloch devorando trabajadores encargados de mover las máquinas (encargados de dar vida a una sociedad decadente). Maquinaria en movimiento para dotar de inercia a una sociedad cosificada, en un mundo movido por deseos materiales, con valores con fecha de caducidad, encerrado en su propia espiral....
A partir de estas premisas podríamos interpretar parte de la filosofía de los grupos industriales, enlazando con ciertos movimientos como el Neoismo, movimiento subcultural de funcionamiento artístico como medios de comunicación experimentales y, más generalmente, con una filosofía práctica underground que servía de base para sus explicaciones teóricas.
Teniendo en cuenta todo esto, podemos introducirnos en el trabajo de Moloch 11811, un trabajo experimental, desde las Islas Canarias, basado en la investigación de sonidos que recoge el testigo de sus antecesores de los años 60 y 70, maquinaria descarnada, secuencias ruidosas, 6 cortes apabullantes que harán las delicias de los seguidores de la muerte de la música. Comienza el viaje con 'The voice of Moloch', el mismísimo dios pide sacrificios a sus insaciables fauces, con corte inquietante donde se aprecian una voz mecánica e inhumana. Sigue 'They came', con apenas un minuto; Moloch recita tras un ambiente decididamente industrial y frío. El tercer corte es 'Klamsidemoff', Dark Ambient, oscuridad y descenso a la profundidades del máquina. 'Supra nostra capita' recuerda a grupos como Throbbing Gristle, con un inicio enloquecedor para acabar con silencios reflexivos, con unos efectos especiales para producir un trasfondo ruidista y altamente distorsionado, al igual que 'Inside', en la firme tradicion de Whitehouse, Maurizio Bianchi, Esplendor Geométrico, Einstürzende Neubauten, S.P.K., etc. El dios máquina sigue pidiendo sangre y almas en 'Blut für Baal Zebub', donde el ruidismo y los ritmos metálicos crean una atmósfera sobrecogedora. Terminado aquí este trabajo experimental de difícil escucha para los legos en la materia pero recomendable para los que se aventuren en formatos más arriesgados de experimentación sonora, imposible que deje indiferente a nadie.