En mayo pasado se cumplieron siete años del lanzamiento de "Zoetrope" por el amo Lustmord. Hoy todavía seguimos esperando que reediten esta producción, agotada desde hace mucho.
"Zoetrope" es un trabajo de Lustmord editado en Nextera (Ref: ERA 2014 2) en Mayo 2002. Interpretado por Lustmord como performer, compositor y productor desde Gran Bretaña y se centra en el estilo Dark Ambient y tiene una duración de 56,07 minutos. Enlaces Relacionados:Lustmord & Lustmord MySpace & Nextera Valoración: 9 sobre 10
Hay pocas cosas en la vida que pueden recrear fehacientemente la tortura y el dolor que sufre alguna persona. Famosas son las cintas del género ahora en boga al que llaman terror psicológico, donde vemos pesonajes inestables envueltos en relaciones enfermizas. Del cine clásico podríamos nombrar al menos dos películas de Kubrick donde el drama mental que padecen los personajes principales lleva la batuta de la trama y le da una vitalidad impresionante. En cuanto a la música, me parece que hay intentos rescatables de fantasear con la idea de la esquizofrenia, el desvarío y definitivamente el terror; los malviajes de grupos como Pink Floyd y algunos semejantes como disímiles han marcado la forma de cómo incorporar elementos moralmente inaceptables aunque, desde luego, esto es ya cosa del pasado.
Uno de los estilos que, desde mi perspectiva, abraza con mucha mejor aceptación esta parte enferma de la psique humana es de lejos el dark ambient. Podríamos hablar en varias reseñas sobre discos que amalgaman una pesadilla sonora y sería interesante hacerl y empezaremos con Zoetrope. Esta producción es la banda sonora del corto homónimo que hemos reseñado previamente aquí en Mentenebre. La idea de hacerla es la de ampliar el espectro pesadillezco que el filme dejó grabado en quienes tuvieron la oportunidad de mirarlo. La densísima capa oscura de los soundscapes industriales que Lustmord ha añadido propina al oyente atento una sensación de encierro forzado, de encarcelamiento donde no hay una sola luz que ilumine la habitación. Esta cámara de tortura horrísona muestra por momentos destellos de intensidad profunda, donde las explosiones sacan lo más patético de la aflicción y angustia del preso. Ahora que lo pienso, esta producción bien podría encuadrarse dentro de uno de los estilos de la música mítica como el Isolationism, esa corriente nefastamente introspectiva donde la desolación es la constante.
En Zoetrope no hay lugar a pequeñeces. Acepto de antemano que es sumamente difícil tratar de ser objetivo y de mostrar lo que el disco ofrece sin caer en la coba. Contextualizando, éste sería el lanzamiento número trece en la carrera artística de nuestro artista y, siendo cabalísticos, lo menos que podíamos hacer era esperar a que la edición se agotara casi ipso facto. El trabajo logrado en esta joya de la música electrónica en su variante maldita supera por mucho lo logrado por otros dentro y fuera de la escena subterránea. Nadie nunca ha puesto en tela de juicio el talento de Brian Williams (que por cierto, acaba de sacar nuevo disco este año), quien ha logrado traducir lo escrito por Kafka en una armonía llena de zozobra y desesperanza ante la inminente muerte. Como las buenas obras, los tracks se desarrollan conceptualmente, avanzando cronológicamente desde las primeras impresiones del encierro hasta el final fatídico. Agradecemos al artista la oportunidad de envolvernos dentro de la celda sonora que significa Zoetrope. La tortura, el terror psicológico y el aislamiento no nos han sentado mal, para nada mal.
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