Sí, habéis leído bien el título. Este libro se compone de cinco relatos de marcado componente gótico y tenebroso, escritos por uno de los mas geniales escritores españoles del primer tercio del siglo XX, hoy injustamente olvidado.
"La Casa de la Cruz, y otras historias góticas" escrito por Emilio Carrere en la editorial de Valdemar (ISBN: 84-7702-341-7) con 352 páginas. Desde España y presentado en 2001 se encuadra entre los géneros Terror & Gótico & Fantasía Enlace Relacionado:Valdemar Valoración: 8.5 sobre 10
El madrileño Emilio Carrere (1881-1947) fue uno de los principales animadores de esa corriente bohemia y genial que recorrió los ambientes culturales del Madrid de los locos años veinte. En su día Emilio Carrere gozó de gran fama y reconocimiento ( aunque hoy sea prácticamente un desconocido ) sobre todo a causa de su obra poética y también por ser uno de los escritores más prolíficos de lo que hoy conocemos como literatura popular o literatura "pulp". Los numerosos relatos que publicó en colecciones como La Novela Semanal, La Novela Corta o La Novela de Hoy, en los que abarcaba una gran variedad de temas, le hicieron granjearse ese favor del público del que antes hablaba.
Los relatos que la editorial Valdemar presenta en este volumen están extraídos de las mencionadas revistas y corresponden a la parte más gótica, oscura y tenebrosa de la obra de Emilio Carrere; una parte tenebrosa que, sin embargo, no está exenta de un fino sentido del humor que la hace especialmente refrescante y deliciosa. A la particular viveza y lozanía de estas historias contribuye enormemente el perfecto conocimiento que Emilio Carrere poseía del Madrid más mágico y oscuro, un Madrid poblado por adivinadores, magos, espiritistas y servidores del diablo y del que han quedado muy pocos rastros que se puedan investigar en nuestros días.
El libro empieza con "La Leyenda de San Plácido", un delicioso relato que nos transporta al Madrid del siglo XVII y que nos describe los trabajos del rey Felipe IV para citarse con una de las novicias del convento de San Plácido. Para que las visitas del rey pasasen desapercibidas para las monjas del convento y para los vecinos del barrio, entre el monarca y un amigo montan toda una farsa en la que una flauta suena misteriosamente, como tocada por el Diablo. La patraña funciona perfectamente merced a la credulidad supersticiosa de las gentes del barrio, pero esa misma credulidad provocará un desenlace que no es exactamente el esperado. A destacar en este relato la maravillosa recreación del ambiente de la época que hace el autor, rescatando el lenguaje y el vocabulario de entonces de manera certera y precisa.
"La Conversión de Florestán" es la siguiente historia, esta vez situada en el Madrid contemporáneo del autor. El relato nos presenta a Florestán, un joven notoriamente interesado por las ciencias ocultas, que se encapricha locamente de Miss Angélica, una muchacha misteriosa y virginal que, entre otros, mantiene relaciones con la mismísima Helena Petrovna Blavatsky, escritora y fundadora de la Teosofía. Por conseguir el amor de la joven, Florestán asistirá a la celebración de una espeluznante misa negra; conseguirá su objetivo, pero no de la manera en la que él hubiera deseado... Este relato alterna momentos terroríficos, como la misa negra, con descripciones de personajes altamente desternillantes, como los expertos ocultistas a los que acude Florestán en busca de consejo. Otra delicia...
El tercer relato es "Un Crimen Inverosímil", el cual serviría como germen de la novela más popular de Emilio Carrere, "La Torre de los Siete Jorobados", llevada al cine en 1944 por Edgar Neville. El fantasma de un médico jorobado se presenta ante el protagonista del cuento para pedirle que desenmascare al autor de su asesinato, un hombre, jorobado también, que no le perdonó que no fuera capaz de salvar la vida de su hija gravemente enferma. Tras unas investigaciones un tanto caóticas ( el protagonista está más interesado en el juego y en las mujeres que en otra cosa ) acaba descubriendo que el crimen se llevó a cabo usando unos muñecos muy parecidos a los utilizados por la magia vudú. Por su combinación de intriga, terror y humor "Un Crimen Inverosímil" merece la más alta consideración.
El más terrorífico, sin duda, de todos los cuentos es "La Casa de la Cruz". En esta historia no hay rastro alguno de humor; sólo encontramos angustia, dolor y muerte. Volvemos al Madrid del siglo XVII, esta vez a la época del reinado de Carlos II, conocido como "el hechizado", un rey que manifestaba tanto en su físico como en su mente las consecuencias de generaciones y generaciones de matrimonios entre parientes próximos. En esta historia el autor se convierte en personaje y se encuentra con un sacerdote que le acabará confesando que tiene más de doscientos años y que se encuentra penando por la Tierra por haber sido testigo y cómplice de unos hechos horribles acaecidos en la casa donde están, a finales del siglo XVII. En aquella época decenas de niños del barrio desaparecieron sin dejar rastro, ante la alarma de los padres y la frialdad de las autoridades. La frialdad se comprende cuando nos enteramos que los niños eran decapitados ante el mismísimo Carlos II y ante su madre, Mariana de Austria, en un sangriento ritual para alejar del cuerpo del monarca los "demonios" que le asolaban y que le convertían en prácticamente un deficiente mental.
Para finalizar tenemos "Las inquietudes de Blanca María", una historia magníficamente ambientada en una ciudad de provincias, oprimida por una religiosidad salvajemente hipócrita y asolada por un aburrimiento feroz que forzaba a sus habitantes a dedicarse con vampírica fruición a la crítica y a la maledicencia más malintencionada posible. A tan prometedor ambiente va a parar un sacerdote sin vocación religiosa, que se enamorará perdidamente de la hija de una aristócrata rancia y furibundamente católica. Lo mejor de este relato es la descripción de la casa donde vive esta mujer con su hija, un palacio sobrecogedor y terrorífico, capaz de helar la sangre y el espíritu de cualquiera.
El libro, prologado por Jesús Palacios, y en el que se han incluido los dibujos que ilustraron tres de los cinco relatos en su publicación, se lee con gran placer y con un enorme interés. Tras haber disfrutado de estas cinco historias se me ha despertado el deseo de conocer el resto de la obra de este autor y también me he planteado una pregunta que me está quemando la mente ¿ Por qué nunca me han hablado de la existencia de Emilio Carrere durante mi época de estudiante, y me obligaron a empaparme de la vida y la obra de escritores increíblemente aburridos y estúpidos ?