El Beso de Medusa fue intenso. Durante más de medio año y a miles de kilómetros de distancia, El Acto y Gorgonas, organizamos poco a poco la gira que nos llevaría por distintas ciudades de la vieja Europa. Ser objetiva, tratándose de una experiencia en la que compartes trabajo y placer con unos seres tan queridos como Gorgonas, será difícil, así que ruego me disculpéis si en algún momento de esta crónica me dejo llevar por el corazón.
 La banda mexicana de death rock se presentaba por primera vez fuera de su país, en el comienzo de este tour. Roma, y más en concreto, Linux Club a cargo de Meta-Morfosi, fue el escenario donde lo hicieron. La noche del 14 de julio la abrió Avant Garde; una banda que mezcla el postpunk con la new wave, resultando de ello un sonido duro a la vez que elegante y que recuerda a grupos de la vieja ola italiana con un sonido, a la vez, actual.
En este concierto no pude estar presente por motivos personales, así que me remito a contaros lo que Gorgonas me narraron en primera persona. La asistencia al evento fue buena, y lo mejor fueron los pogos y los coros del público que parecían ya conocer la música de los mexicanos. Buen sonido y la sesión posterior de dos dj´s clásicos de las fiestas de Meta-Morfosi; Grainking y Severance, que pincharon como solemos hacer en algunas sesiones siniestras de este continente, tanto clásicos del underground más selecto de nuestros países, a grupos conocidos por todos sin llegar a ser evidentes.
Tras varios días en la capital italiana, en los que me hubiera encantado ver pasear a Gorgonas por El Vaticano, es evidente porqué, llegaron a España, más en concreto a Valencia, donde les esperábamos en el aeropuerto, y donde establecimos nuestro centro de operaciones y de recuperación.
 El jueves 19 de julio, nos levantamos temprano, cogimos carretera y, bajo un sol abrasador y un calor infernal, llegamos a Alicante. Rumbo al puerto, donde está ubicada la sala Coyote Ugly. Allí nos reunimos con Psychodark (Colectivo Omen), un personaje indispensable en las noches de esta ciudad, y con la banda que había de compartir escenario con Gorgonas: Los alicantinos The Eternal Fall, con su sonido darkwave-gótico y muchos años ya a sus espaldas, iniciaron los conciertos tras la sesión postpunk de Mandrágora.
Aunque apenas se llenó la mitad de la sala, el excelente sonido y la energía del público presente fueron más que suficientes para que la gente bailara y coreara algunos temas, ávidos del sonido nuevo que les traían Gorgonas desde Ciudad de México. Sol, de Eternal Fall, coreó algunos temas desde el público. Acabé la noche pinchando y terminamos a altas horas de la madrugada en el muelle mismo del puerto. Grabamos en video una entrevista realizada por Psychodark para un canal de TV dedicado al Terror, de la que os informaremos, porque “vale más una imagen que mil palabras”.
 Partíamos a la mañana siguiente a Valencia, y llegamos justo a la prueba de sonido en la sala Flow, última residencia en la ciudad del club siniestro El Acto. The Eternal Fall viajaron también desde Alicante y abrieron la noche, de nuevo con su sonido impecable, envolvente y, definitivamente, bien hecho. Seguía el grupo valenciano, Mierda Enferma; segundo concierto en vivo de estos KK de Luxe, con su sonido elektro, bizarro y postpunk, un punk de letras antimateria, antihumanos, con los geniales coros y micro manifiestos de sus tres integrantes. Cuando la noche ya estaba más que preparada, subieron al escenario Gorgonas, y el público valenciano parecía haberlos estado esperando por una eternidad. Fue inmediata la respuesta y muy salvaje desde el primer al último segundo. La sala estaba llena totalmente, y temas del nuevo álbum Teatro Macabro se intercalaron con canciones de los primeros materiales de Gorgonas, coreados por gran parte del público: 'Fucking USA', 'Terror Nuclear', 'Invitación a Un Funeral'. Gran momento el de:- “Hambre, Miedo, Muerte, Sumisión...!”. Pero fue con las versiones de Parálisis cuando presencié un fenómeno que hacía tiempo no veía: Que fuera el público el que, desde la primera a la última estrofa, cantara las versiones, que habían preparado Gorgonas, del grupo siniestro por excelencia Parálisis Permanente... Omar, definitivamente, dejó el micro en el aire... Con los pelos como escarpias y con demasiada energía acumulada, seguimos con la noche; pinchaba Sombra, un clásico del gótico en Valencia, y terminó una servidora: Tarántula. El público muy agradecido... y otro nuevo amanecer.
 Unas horas de sueño y, de nuevo, carretera. Rumbo a Madrid donde, en el centro, se haya la sala Ya'sta, que los sábados por la noche hasta las 2:00 es De Profundis. La Hora Muerta, organizó este evento, en el que, junto a El Acto, se presentaban Gorgonas y la banda postpunk Los Carniceros del Norte, con los que, al fin, nos reuníamos. Txarly Usher (La Casa Usher) junto a Nando Fausto (Ex Paralítikos) y H. Zombie (Naughty Zombies), compartieron escenario con los mexicanos, meses después de aquella gira que realizamos con La Casa Usher por México durante el 2006.
 Tras la sesión de De Profundis, comenzaron a sonar los primeros acordes de Carniceros del Norte que, una vez más, ponían de manifiesto esa potencia y contundencia a la que ya nos tienen acostumbrados en sus directos. Un peligro en el escenario, una gamberrada, un grito postpunk que, homenajeando a las películas de culto, tanto en imágenes como en su música, prendió a las primeras filas del público. Un público apático en su mayoría y demasiado contemplativo, pero que, no sabemos si por el calor, el mal sonido o por las vacaciones, estaban más zombies que nunca. A pesar de ello, tanto Carniceros como, posteriormente, Gorgonas, acabaron encendiendo esa llama necesaria para disfrutar de los conciertos. Además, en la capital española nos reunimos, como en toda la gira, con personas y músicos de otras ciudades del país que no perdieron la oportunidad de ver a ambas bandas reunidas en un evento tan especial, al que llamamos “El Circo de Los Monstruos”, como homenaje a aquella gira mexicana en la que conocimos a Gorgonas, entre muchos otros artistas/personas. La noche terminó con una sesión en la que pinché por casi tres horas y en la que, podréis imaginar; repasé muchísima discografía, desde Gun Club a Santa Sabina.
Elegimos una película de culto para ambientar, con sus imágenes únicas, los momentos entre conciertos. Si había de representar alguna toda esta aventura, era la inimitable obra maestra de Alejandro Jodorowsky, de 1989, Santa Sangre.
 Perdidos o no, por la Gran Vía madrileña, vimos de nuevo otro más de los amaneceres del Beso de Medusa. Paseamos por Madrid y, a los pocos días, partimos al aeropuerto, rumbo a Oporto; nuestra primera parada en Portugal. Llegamos y fuimos recibidos por parte fundamental del equipo de Elegy Ibérica Magazine, con los que El Acto organizó este evento. Oporto fue un bálsamo en el que respiramos su belleza, su maravillosa decadencia, y descansamos. Una ciudad mágica con un pasado precioso, vino verde, buena comida, el frío océano Atlántico, y la hospitalidad de sus gentes. Una ciudad con más de 12 cementerios, callejuelas imposibles y con multitud de bares en los que suena, invariablemente, música de los años 80. El 28 de julio llegamos, tras cenar con el equipo completo de la revista, al espacio multicultural Maus Hàbitos, donde nos trataron fenomenal. Comenzó la noche con la proyección de Santa Sangre, mientras Winter Death Jockey, Carlos Matos y Tarántula (yo misma), alternamos la sesión en cabina. Desde rock a punk, a electrónica, pasando por todas sus variantes más oscuras. Fue curioso el darnos cuenta de que todo el público, en casi total silencio, veía cada uno de los fotogramas de la película, como si de un cine se tratara, y... es que no es para menos.
Un concierto de nuevo, súper potente, y un público entregado a la vez que tranquilo, nada indiferente, y totalmente expectante. Muy buena calidad de audio y largas horas de sesión que acabaron -¿en que creéis?- en una intoxicación (pero esto ya es otra historia) y en otro más de nuestros amaneceres.
 A la mañana siguiente partíamos en tren rumbo a Lisboa. Nos recibe en la estación la gente de Graveyard Sessions; un calor increíble, una ciudad amplia, blanca. Comimos por el centro y llegamos a la prueba de sonido en la antigua escuela de veterinaria, hoy convertida en espacio cultural, llamado Espaco Karnant. Conservando su distribución y algunos de sus útiles y mobiliario, mesas de morgue con agujerito para la caída de la sangre, y más... Cuando llegamos, de noche, la sala estaba comenzando a llenarse, y con el volumen de la música bajo, como para dar la bienvenida al público, llegaba la hora, tras la sesión de Alcino, del concierto de Gorgonas. Para cuando la banda empezó a tocar, la sala estaba llena, y si hubo otro concierto salvaje, ése fue el de Lisboa. Corearon los temas, gritaron, cantaron, y hubo momentos de verdadero éxtasis entre el público, en cabina y sobre el escenario. Un concierto perfecto. Tras Gorgonas, vimos la actuación de Naughty Zombies, en la que Hugo Zombie, nos hizo ver y escuchar una vez más, la psicosis en la guitarra recargada de pura energía junto a sus compañeros en este grupo madrileño . Entre grupos, estuve pinchando junto a Serotonine, Miguel y Alcino, sobre todo, temas del underground español que, para mi sorpresa, fueron bailados y coreados por parte del público, y se entremezclaron con las canciones que estos pinchadiscos programaron.
 De una a otra ciudad, hubo personas que siguieron los pasos de la gira para ver más de un concierto, mucha gente se trasladó, y a ellos queremos agradecer su apoyo e interés.
Así fue como Gorgonas, desde Distrito Funeral, llegaba por primera vez a Europa, y después de esta experiencia, me aventuro a decir que no será la última, pero sí la que plantó el germen. El carisma de sus tres integrantes y la seguridad que proyectan desde el escenario, así como su propuesta que, aunque se llame Death rock, para algunos es única, hizo que gracias a todos los seres que nos han ayudado en esta gira, ésta se convirtiera en una experiencia, sin duda, inolvidable.
Llegamos casi 24 horas después, tras nuestro último amanecer en Lisboa, a nuestro centro de operaciones, Valencia; donde descansamos, pusimos en orden todo lo vivido, y vimos y vivimos, otros muchos amaneceres, ahora desde el mediterráneo.
Un abrazo enorme y un eterno agradecimiento a todos aquellos/as que hicisteis posible, junto a nosotros, este Beso de Medusa; grupos, productores, pinchadiscos, salas y por supuesto, público. |
