Después de Drácula llego Blade, y después Underworld. Ahora le toca el turno a Sadie Blake: una mujer vampiro inteligente y con muy mala leche que quiere acabar con la vida del que la transformo.
"Rise" dirigida por Sebastian Gutierrez con la distribución de Aurum y presentada Febrero de 2008. Interpretada por Lucy Liu como Sadie Blake & Robert Forster como Lloyd & Cameron Richardson como Collette & Allan Rich como Harrison & Kevin Wheatley como Ethan Mills desde Estados Unidos & Nueva Zelanda y transcurre entre los géneros Acción & Policiaca , tiene una duración de 94,00 minutos. Enlaces Relacionados:Rise & Aurum Valoración: 6.75 sobre 10
No sabría como calificar esta extraña o novedosa visión cinematográfica del vampiro, lo que sí que tengo claro es que cada vez se trata de dar una vuelta de tuerca más a esta recurrida imagen en busca de un ligero punto de originalidad que en ocasiones lo único que consigue es hacerte salir del cine bastante enojado o disconforme. Desde el Drácula de Bram Stocker, la figura de este ser maldito, condenado y oscuro, no ha hecho más que evolucionar buscando una y mil versiones diferentes de una misma irrealidad, pero creo que a todo el mundo le subyace de una manera innata un único estandarte que se relaciona con aquella estética mas romántica, clásica y por supuesto gótica. Por mucho que las nuevas eras disfracen la figura del vampiro, que le vistan de cuero, le armen con las últimas tecnologías, traten de socializarlos, vestirles sexy o buscar teorías rebuscadas sobre sus orígenes, por mucho que todas o algunas de estas ideas nos gusten o nos disgusten, siempre prevalecerán, por encima de todo y para todos, los mismos valores que aterraron a nuestros ancestros y que el cine y literatura tan efectivamente han realzado.
Con todo esto te puedes imaginar que Rise abarca el género vampírico, pero desde alguna perspectiva poco clásica o convencional, tratando de buscar de esta manera ser un poco especial. Pero la forma de hacerlo consiste no tanto en la figura de este personaje, sino todo lo contrario: no entrar prácticamente en ningún detalle y que su aparición no sea más que una excusa para desarrollar un guión. Tanto es así que me atrevería a decir que Rise es una película cuyo ingrediente vampírico no es más que una especie de envolvente ambiental, donde la trama principal radica en el mundo de los vampiros, pero su desarrollo poco tiene que ver con ellos. Su origen, naturaleza, costumbres, o vivencias no son datos importantes. Es una película en la que perfectamente se podría sustituir este icono, teniendo en cuenta algunas variables, y prácticamente tendríamos la misma película: una joven que busca venganza por algo que le hicieron, y va matando uno a uno a todo aquel que esté detrás y protegiendo al responsable directo. Ésta es la trama de la película, muy en la línea de Kill Bill (sin tanta violencia), sólo que en esta ocasión el motivo de la venganza que mueve a Lucy Liu es acabar con aquel que la transformó en vampiro. Y aquí es donde empiezan y terminan todas las connotaciones extraordinarias. Poco más se ahonda y, como digo, todo lo relacionado con los seres chupadores de sangre pasa a un segundo plano. Se puede ver en algunas ocasiones algún que otro acercamiento a los vampiros, como su alimentación, su reflexión en espejos, y cosas así, pero todo muy sutilmente y sin llegar a ser parte principal de la trama.
Si contar que una película normal con un entorno vampírico no fuera suficiente puesta en escena de originalidad, Rise guarda aún un as en la manga para incrementar el interés del espectador, y es el montaje de la película. Sin ser éste algo que jamás hayamos visto antes, la película se nos va narrando a cachos, al más puro estilo Pulp Fiction. Empieza con una escena cercana al final, donde no comprendemos nada y, poco a poco, se van intercalando trozos desordenados de la película que nos irá aclarando cualquier duda hasta que, finalmente, veamos la concepción completa de la historia. Del resto de la película, nada más digno de resaltar. Típico del cine de actualidad con buena fotografía enfocada a un cine oscuro (que no gótico o de terror), típico del cine policiaco y una banda sonora no muy llamativa. En el fondo, yo lo que veo es una película bastante simplona (pero efectiva), a todos los efectos técnicos, camuflada por la sombra del vampiro y la interpretación de actores reconocidos, como Lucy Liu (Los Ángeles de Charlie, Kill Bill, Cypher), James D´Arcy (El Exorcista: el comienzo), Michael Chiklis (The Shield, Los 4 fantásticos), Carla Gugino (Sin City, Noche en el museo) y la aparición del mismísimo cantante Marilyn Manson (si eres capaz de reconocerlo).
La trama ordenada, cronológicamente ordenada, vendría a contarnos la vida de Sadie Blake, una reportera que investigando la extraña desaparición de una joven dentro del mundo gótico (sí, yo también pensé que quizá se viera algún gótico, pero olvida la idea...) consigue introducirse de lleno en la boca del lobo, de hecho, en la boca del vampiro. Tras la muerte de esta joven, descubre que una especie de secta vampírica liderada por Bishop que se alimenta desde las sombras de estas chicas dentro de sus juegos sexuales y necesidades alimenticias. Sadie Blake termina siendo transformada en uno de ellos. Lejos de asimilar, como aparentemente el resto lo hacen, la nueva situación, Sadie, una vez recuperada, decide llegar hasta el final del asunto subiendo escalafones y matando a todo aquel que se interponga en su camino. Su objetivo final: Bishop, el mismo que la destrozo la vida y la transformó en un ser no-vivo.
Como conclusión, es una película entretenida, recomendada, pero sin dejar secuelas en tu subconsciente. La ambientación, entorno, desarrollo, no es lo que cabría esperar de una película de vampiros, pero como digo, no hay que tratarla como tal y de esta manera no te llevaras sorpresas. Esta nueva revisión de los vampiros en el cine está lejos del romanticismo del Drácula de Bram Stoker, del misterio de Nosferatu, de los efectos especiales de Blade o de la acción de Underworld.
