Con una premisa bastante interesante, y un trailer que casi te deja sin aliento, Anthony Hopkins se mete de nuevo en el papel de un asesino con una mente privilegiada que tanto nos recuerda a la fantástica El silencio de los corderos.
Willy es un joven abogado inteligente y muy ambicioso que trabaja para la fiscalÃa pero que recibe una oferta para trabajar en un gran buffet de abogados. Es tan obstinado como ambicioso, lo cual le llevara a tratar de cerrar y aclarar el caso de Ted incluso a riesgo de perder la oportunidad de su vida. Ted es muy inteligente, más de lo que al principio muestra, incluso decide rechazar su derecho a un abogado sugiriendo realizar su propia defensa. En este momento todo comienza a torcerse. El arma que Ted portaba en el momento de la detención jamás fue disparada. En medio del juicio, Ted pone al descubierto la relación entre su mujer y el agente de las fuerzas de seguridad que le detuvo, asà como argumenta que la declaración en la que se declara culpable fue realizada mediante coacción. Willy se enfrenta a un nuevo caso. Debe encontrar el arma homicida y asà poder juzgar y condenar a Ted, pero el arma no aparece. Esto es en lÃneas generales el argumento de Fracture.
Si quitáramos la aparición de Anthony Hopkins, Fracture no serÃa más que el tÃpico telefilme de abogados con poca gracia y con algo más de presupuesto. Fracture no llega a aburrir, pero si a decepcionar. No llega a ser mala, pero tampoco tan buena como las expectativas a priori auguraban.