Primera obra maestra de la novela gótica, publicada en 1796 y que tendría una influencia decisiva en toda la literatura fantástica del XIX y del XX, dejando su estela en escritores tan clave como H.P. Lovecraft.
"El Monje" escrito por Matthew G. Lewis en la editorial de Valdemar (ISBN: 84-7702-097-3) con 624 páginas. Desde Gran Bretaña y presentado en 2006 se encuadra en el género Gótico Enlace Relacionado:Valdemar Valoración: 10 sobre 10
Los cimientos de la literatura gótica habían sido dados en la década de los ’60 del siglo XVIII con la novela de Horace Walpole "El Castillo de Otranto" y seguido por novelas como "Los misterios de Udolfo" de Ann Radcliff. Pero la primera obra maestra del género la da a conocer Matthew G. Lewis con la novela que ahora comentamos, "El Monje".
Toda esta literatura se va a caracterizar por su temática y sus enclaves de componente siniestro: criptas, castillos embrujados, abadías en ruinas, hechicerías, fantasmas y demonios. Esta literatura supondrá una reacción ante el ferviente racionalismo que había germinado en la Ilustración donde la todopoderosa razón lo iluminaba todo. En la literatura gótica la fantasía y lo sobrenatural van a contrastar con los elementos que dicta el raciocinio.
Entrando ya a diseccionar la obra en si, nos encontramos con un hecho curioso como es el de la ubicación del desarrollo de la novela en Madrid. No obstante no hay referencias a los hitos de la ciudad y las calles y conventos que cita son ficticios. No obstante el hecho de que sea Madrid el escenario no puede por menos que agradarme y hacerme sentir la novela más próxima.
Por el título de la novela vamos a saber que toda la obra bascula en torno a la figura del monje, Ambrosio, Abad de un convento de capuchinos y que goza de una altísima reputación en la ciudad por su aureola casi de santidad. Esta pureza de espíritu aparentemente incólume va a ser la elegida por las fuerzas del mal para poner a prueba esa virtud monástica a prueba de fuego del monje, a quien, pese a la sorpresa, la tentación le va a poseer demasiado pronto.
La trama de la novela me parece magnífica, Lewis es un genio a la hora de ir presentándonos personajes que van desarrollando acciones paralelas y que finalmente llegan a converger. Además no es nada previsible, cuando parece que algo está a punto de suceder es capaz de darle un giro a la narración que te hace mantenerte en vilo a todo lo largo de la novela. De este modo el final te acomete como una gran sacudida en un toque maestro de Lewis dejando al lector boquiabierto.
Los elementos góticos van apareciendo a lo largo del libro. Hay almas en pena, brujería, tratos con el demonio, lugares oscuros como criptas repletas de calaveras u oscuras mazmorras, personajes intrigantes, fantásticos, que no se sabe si son de este mundo o de otro. Es un velo muy fino el que separa realidad de fantasía.
Además hay una manifiesta crítica al clero. La novela muestra una serie de abusos eclesiales para con sus propios miembros: condenas inmisericordes, severos castigos, incluso el asesinato, que nos dejan entrever una impresión bastante negativa acerca de la iglesia por parte de Lewis, ya a finales del XVIII, momentos en los que todavía el peso y la influencia del cristianismo en la sociedad era muy elevado. No quiero decir con esto que Lewis mantenga una postura atea, sino crítica con las entidades eclesiales, ya que el elogio de la virtud y la creencia en la salvación del alma y la misericordia de Dios planean por toda la obra.
Todos estos elementos hacen de ésta una novela realmente genial, además, como digo, se trata de una literatura nada previsible y que engancha al lector haciéndole devorar más y más aprisa las páginas del libro. Se trata por tanto de una obra capital que recomiendo entusiastamente. Creo que a ninguno de los lectores de Mentenebre le va a defraudar. Leedlo, lo vais a disfrutar.