Sumérgete en el desembarco japonés en el mundo occidental a mediados del XIX. Pintura, arquitectura, literatura y artes menores recogieron claramente el espíritu nipón.
"Japonisme. Cultural crossings between Japan and the West" escrito por Lionel Lambourne en la editorial de Phaidon (ISBN: 978 0 7148 4797 9) con 240 páginas. Desde Gran Bretaña y presentado en Mayo de 2007 se encuadra en el género Arte Enlace Relacionado:Phaidon Valoración: 9 sobre 10
La apertura de las puertas comerciales de Japón a mediados del siglo XIX desencadenó un aluvión cultural que vino a parar a occidente. Si observamos desde el prisma de las artes, todas ellas se vieron de alguna u otra manera penetradas por la influencia nipona.
En un brillante trabajo Lionel Lambourne nos introduce al fascinante mundo de la absorción de lo japonés por parte de nuestro mundo, haciendo un recorrido milimétrico por las diversas manifestaciones artísticas. Como no podía ser de otra manera en la pintura el japonismo va a estar tremendamente presente, desde un Edouard Manet que en la planitud de sus colores va a traslucir la esencia de la estampa japonesa, hasta el núcleo impresionista y luego postimpresionista, en figuras como Degas o Vincent Van Gogh.
Una figura decisiva que encarna los elogios europeos es el artista japonés Katsushika Hokusai, creador del término Manga hoy tan popular, de cuyas series podemos destacar las "36 vistas del Monte Fuji" y cuyo nombre significa la punta de lanza de la pintura japonesa que aterriza en occidente.
También en lo concerniente a pintura quiero resaltar el capítulo dedicado a la influencia del arte japonés en el Simbolismo, estilo tan querido por nosotros. Y es que no se salvarán de esta influencia clásicos como Gustave Moreau, Felicien Rops o Aubrey Beardsley en quien encontrámos nítidamente el japonismo en la serie de ilustraciones para "Salomé" de Oscar Wilde, donde las tintas planas y los pavos reales nos traen el recuerdo oriental.
Pero el libro no se va a parar sólo en lo tocante a este arte mayor, va también a las menores: el poster y el grabado, donde tenemos a Bonnard y al celebrado Toulouse-Lautrec, va a hacer también un recorrido por las artes decorativas, con sus espléndidos jarrones, también los muebles de influencia japonesa y la decoración de interiores. También toca temas curiosos como la llegada de los quimonos, parasoles y abanicos japoneses que van a dar postín a las clases altas.
La arquitectura también recogió el fruto japonés en autores tan clave como Frank Lloyd-Wright, en la horizontalidad y en las trazas a dos aguas de sus tejados con grandes voladizos. En combinación con la arquitectura se presenta una clara herencia con la tradición milenaria oriental: el jardín japonés.
Como no, también hay hueco para la influencia del teatro y de la literatura. El kabuki, teatro japonés, será ampliamente celebrado en occidente. En literatura, y por hacer referencia a un decadente por antonomasia mencionaremos a Huysmans cuyo personaje de "A Rebours", Des Esseintes, entre sus múltiples extravagancias cultiva el gusto por lo japonés.
Siempre me ha llamado mucho la atención el encuentro de culturas occidental y japonesa, es una combinación que no termino de comprender, sobre todo la revolución tecnológica que ha vivido Japón en el siglo XX y que es totalmente contrapuesta a su cultura tan tradicional. Sin duda "Japonisme" me ha ayudado a tener nuevas claves acerca de esta cuestión, aunque sea observada esta influencia desde el punto de vista de occidente.
Si quieres impregnarte de una aureola japonesa y ver como hemos asumido su llegada en occidente sin duda este libro, por sus bellísimas y múltiples imágenes y por su documentadísimo texto, te va a resultar tremendamente interesante.