Juan Carlos Fresnadillo se encarga de la secuela de una de las mejores películas de terror de los últimos años: "28 Días Después". Más acción, sangre y mensaje político en una cinta que no hará olvidar a su precedente.
"28 Semanas Después" dirigida por Juan Carlos Fresnadillo con la distribución de Hispano FoxFilm y presentada 2007. Interpretada por Robert Carlyle como Dom & Rose Byrne como Scarlet & Jeremy Renner como Doyle & Harold Perrineau como Flynn desde Gran Bretaña y transcurre entre los géneros Acción & Terror & Ciencia Ficcion , tiene una duración de 97 minutos. Enlace Relacionado:28 Semanas Después Valoración: 5 sobre 10
El punto de partida de “28 Semanas Después” se sitúa en el Londres acordonado de una zona supuestamente segura al mando del ejército estadounidense. El brote del virus de la ira ha sido controlado y unos cuantos miles de civiles rehacen sus vidas. Don (Robert Carlyle) nombrado responsable de uno de los edificios oculta a su familia un duro secreto que condicionará el destino de toda esa población. Ese acto de cobardía ( o pragmatismo ) y su posterior arrepentimiento serán los detonantes de la trama.
La película se revela demasiado fácil para un director del que se puede esperar mucho más tras su ópera prima “Intacto” . Juan Carlos Fresnadillo se pone al frente como si fuera un clon de un Danny Boyle falto de ideas o de tiempo (aquí sólo es el productor) y le apaña una digna continuación pero yasin la frescura original. Visualmente lleva la marca del británico, tanto de “28 Días Después” como de “Sunshine” , pero es en el guión donde hay diferencias. La mirada de Fresnadillo es mucho más oscura y violenta, apostando por instalarse cómodamente en terrenos de política ficción, rozando películas similares rodadas durante la guerra fría. El filme funciona como una oportunista parábola de terror sobre el clima social actual en Gran Bretaña influido por la amenaza terrorista islamista y la sumisión de la política exterior de Tony Blair respecto los EEUU. También las intervenciones militares ocupándose de campos de refugiados son una clara cita en la llamada zona segura. Por muy británicos y aliados que sean son ciudadanos de segunda y nunca están exentos de sospecha para el ejército americano.
Los esbozos de temas como el control, la familia o la supervivencia no están lo suficientemente desarrollados. Fresnadillo confía más en su puesta en escena, decididamente gore en algunos momentos, que en un guión más elaborado como ocurría en su precedente. El resultado está muy conseguido en algunos momentos como la secuencia en el sótano o el Londres desierto tomado claramente del original. La cámara en constante movimiento cuando los zombies atacan y planos cortos y concisos en cuanto al control de la población civil por parte del ejército. Nos encontramos pues ante una película menosinnovadora, menos transgresora con el género al que se enfrenta. El nihilismo y pesimismo vital de Fresnadillo chocan con los desenlaces luminosos de las últimas películas de Danny Boyle. El final del filme es descorazonador: son tan cuestionables las decisiones tomadas tanto con el corazón como con la cabeza. Los héroes en el siglo XXI ya no existen y la película lo remarca una y otra vez a lo largo de su metraje.