¿Pueden los libros hacer enloquecer a un hombre? Miguel de Cervantes y Joel Schumacher responderían afirmativamente. Eso sí, que después de ver esta película nadie intente sumar los números de su fecha de nacimiento ni los de su carnet de identidad para ver si el resultado es 23. La explicación en esta reseña.
"El Número 23" dirigida por Joel Schumacher con la distribución de Tripictures y presentada 2007. Interpretada por Jim Carrey como Walter Sparrow/Detective Fingerling & Virginia Madsen como Agatha Sparrow/Fabrizia & Danny Houston como Dr. Isaac French/Dr. Miles Phoenix desde Estados Unidos y pertenece al género Thriller , tiene una duración de 95 minutos. Enlace Relacionado:El Número 23 Valoración: 3 sobre 10
Todo está en los libros. Cuando Walter Sparrow empieza a leer a regañadientes un libro que le regala su esposa ve como su percepción de las cosas cambia. Cree que la historia que ahí se cuenta guarda muchas similitudes con su propia vida. El hilo conductor consiste en que el número 23 puede explicar los hechos pasados. La suma de fechas claves en la existencia del protagonista del libro ( y de la suya propia) suman el número en cuestión. Poco a poco se convierte en un ser paranoico y peligroso. El 23 aparece en todas partes y no puede escapar de la tela de araña que él mismo se ha tejido.
Ficción versus realidad. “El número 23” (2007) no es la primera película que trata de un libro y su interacción con la persona que lo lee. La imaginación del lector vuela y se cree dentro de situaciones poco corrientes. En “La historia interminable” (1984) un niño con problemas de adaptación huía del mundo real refugiándose en las páginas de una historia fantástica. “Posesión infernal” (1982) era una variación más siniestra. El libro en cuestión estaba fabricado con carne y sangre humana y su lectura abría la puerta a un mundo terrorífico. “El número 23” es una novela negra de baja calidad cuya atención solo puede ser captada por las coincidencias anteriormente citadas. El director opta por alternar secuencias de ambas realidades saliendo peor parada la parte literaria. Rodada al estilo de un thriller subido de tono roza en muchos momentos el ridículo. Ahí queda patente el gusto por el sexo duro de Schumacher: sólo hace falta recordar el vestuario de “Batman Forever” (1995) plagado de latex y cuero negro. Esta característica quizá sea lo más llamativo de unfilm que quedaa años luz de sus planteamientos iniciales, muy en la línea de directores como Luis Buñuel o David Lynch. Los celos o la locura en el hombre moderno ya fueron tratadas con superiores resultados por estos maestros de las imágenes simbólicas.
A sueldo de Hollywood. Joel Schumacher puede ser considerado un comodín dentro del sistema de grandes estudios. Un saltimbanqui a destajo que cambia de un género a otro sin menoscabo de sus cualidades de hábil artesano. Sin pretensiones de autor su prolífica carrera ha generado mucha más cantidad que calidad. Aunque para el aficionado al fantástico siempre será recordado por “Jóvenes ocultos” (1987) y “Líneamortal” (1990), donde ha cosechado mejores resultados ha sido en el thriller con ribetes sociales: “Un día defuria” (1992) y “Ultima llamada” (2002) son buenos ejemplos de la disección del americano medio ante situaciones límite que le hacen replantearse sus principios vitales.
El mejor actor (cómico) del mundo. Probablemente Jim Carrey sea el mejor actor de comedia que haya dado el cine en los últimos 15 años. Su posterior cambio al cine “serio” ha servido para pulir su histriónico modo de actuar y acercarle a temas más “adultos”. El lado oscuro no le es extraño. En la reivindicable “Un locoa domicilio” (1996) interpretaba a un desequilibrado “chico del cable” que quería a toda costa la amistad del personaje interpretado por Mathew Broderick. De los dos papeles que interpreta en “El número 23” convence más como padre de familia que en el de detective duro con guardapolvo negro. De todas formas se trata de una de sus actuaciones menos memorables.