Stephen Hopkins, tras el éxito alcanzado con sus capítulos de la primera temporada de "24", vuelve de nuevo al cine para hacer lo que buenamente ha podido con esta historia en la que ciencia y fe libran una batalla a muerte.
"La Cosecha - The Reaping" dirigida por Stephen Hopkins con la distribución de Warner Bros y presentada 2007. Interpretada por Hilary Swank como Katherine Winter & David Morrissey como Doug & Idris Elba como Ben & AnnaSophia Robb como Loren McConnell & Stephen Rea como padre Costigan desde Estados Unidos y transcurre entre los géneros Thriller Sobrenatural & Terror , tiene una duración de 96,00 minutos. Enlaces Relacionados:Web oficial (España) & Web oficial (USA) Valoración: 5.5 sobre 10
Stephen Hopkins lleva ya demasiados años en esto del cine como para conocer a la perfección un buen puñado de artimañas que diferencian a los grandes directores de los más mediocres. En ese sentido, el hombre siempre ha tenido bastante claro el resultado que esperaba conseguir en cada una de sus películas y hasta ha sido capaz de filmarlo con cierta solvencia.
La pega que le encuentro y que de nuevo se vuelve a dar en esta ocasión, es que los guiones que han caído en sus manos han sido en su gran mayoría auténticos pastiches difíciles de coger por ningún lado y que terminaban por difuminar su buen hacer detrás de la cámara. Sirvan de ejemplo títulos tan conocidos como “Depredador 2”(1990) o “Perdidos En El Espacio” (1998).
No obstante Hopkins siempre ha tenido una estrecha relación con el cine de terror, hasta tal punto manifiesta que le tocó vérselas con uno de los personajes más carismáticos del género. Nada menos que el mismísimo Freddy Krueger, y fue concretamente alla por su quinta entrega “Pesadilla en Elm Street 5: El Niño del Sueño” (1989). Tampoco dudo mucho a la hora de comandar tres episodios de la aclamada serie para TV “Historias De La Cripta”.
Y digo esto porque sucede con “La Cosecha” exactamente lo mismo que con la película suya que más me ha gustado hasta la fecha, “Los Demonios De La Noche” (1996). Es decir, ninguna de las dos cintas puede considerarse propiamente como cine de terror al uso pero sin embargo en ambas da la sensación de haber sido concebidas para responder a ese fin, recurriendo además sin ningún miramiento a buena parte de esos tópicos que siempre ha ofrecido el género.
Katherine Winter (Hilary Swank), es una mujer que perdió la fe en Dios cuando su marido y su hija fueron asesinados trágicamente mientras cumplían una misión religiosa en Sudán. Dicho acontecimiento marcará su vida hasta el punto de reconvertirla en profesora universitaria especializada en refutar supuestos milagros, encontrando razones científicas y racionales para fenómenos que otras personas considerarían intervenciones divinas. Doug (David Morrissey), conocedor de los excelentes resultados que ha cosechado, valga la redundancia, Katherine en su campo, la invita a investigar los extraños acontecimientos, muy similares a los descritos en las plagas bíblicas, que está sufriendo un pequeño pueblo de Luisiana.
Queda patente durante muchos minutos ese talento que siempre ha tenido el director para filmar los momentos de acción de un modo dinámico y eficiente, arrancando la película de forma inteligente y dando muy poca tregua al espectador al que busca mantener siempre en tensión. Además, ha sabido jugar muy bien las escasas bazas que le ha ofrecido el flojo guión, introduciendo cada una de las plagas justo cuando parecía que la historia iba a decaer en interés. Plagas por otro lado de una magnifica factura visual en el caso del agua convertida en sangre o con la lluvia de ranas y que llegan a su punto álgido con una pantalla inundada por langostas. Extraordinaria toda la escena y muy loable la valentía de un Hopkins girando y jugando con el zoom para hacerla visualmente impecable mientras se encontraba rodeado por buena cantidad de insectos reales.
Y aunque resultaba previsible, no es menos pena comprobar como conforme nos vamos acercando al final, y especialmente después de la aparición de los citados saltamontes, la historia, que desde hacía un buen rato estaba pillada por los pelos, termine cayendo de forma estrepitosa en el más espantoso de los ridículos. Incluso las prisas, malas consejeras, acaban enturbiando esos efectos especiales que hasta ahora se habían mostrado notables.
En el apartado interpretativo se le ha dado tantísimo protagonismo al personaje que encarna Hilary Swank que prácticamente le ha tocado soportar todo el peso del film. Y aun siendo una de esas caras guapas de Hollywood, he de confesar que la chica tiene muchos recursos a la hora de sacar a flote todo tipo de papeles. Pero no deja de resultarme una incógnita como una actriz de esa categoría, que pese a su juventud ya atesora dos de las más preciadas estatuillas, se acerca a Dark Castle, una de las productoras capaz de hacer mayor cantidad de pijadas por segundo y cuyo nombre es el verdadero motivo para provocar miedo en el espectador. Muy bien Anna Sophia Robb en el papel de la enigmática Loren, dotando a la niña de un halo de misterio e incertidumbre que hace dudar hasta el último momento del lado en que se encuentra. Formidable repuesto a una Dakota Fanning que empezaba a hacerse un tanto pesadita. La presencia de Stephen Rea como el padre Costigan no deja de ser algo puramente anecdótico y pese a que en los primeros compases de la película será a quien veamos haciendo presagiar un papel consistente, el tiempo demostrará que tiene una relevancia irrisoria. Una pena comprobar hasta que niveles son capaces de arrastrarse actores de semejante calibre.
“La Cosecha” es un quiero y no puedo, fallando por completo en el contenido que no en la forma. Stephen Hopkins vuelve a realizar una buena labor de dirección pero el guión es tan desastroso que no hay forma humana de afrontar el enfoque realista del principio de la historia con el puramente fantástico del final, y ni aun tratando de disimular intencionadamente el estropicio bajo la piel de grandes clásicos como “La Profecía” (1976), “El Exorcista” (1973) o “La Semilla Del Diablo” (1968) se han conseguido salvar los muebles de la quema.