Este relevante pensador nos ofrece de alguna manera un punto de apoyo estético para cimentar la categoría de lo siniestro, que tan bien se amolda a nuestras preferencias.
"Lo Bello y lo Siniestro" escrito por Eugenio Trías en la editorial de DeBOLS!LLO (ISBN: 84-9793-905-0) con 168 páginas. Desde España y presentado en 2006 se encuadra en el género Filosofía Enlaces Relacionados:Eugenio Trías & DeBOLS!LLO Valoración: 9.5 sobre 10
Resulta difícil resumir en unas pocas líneas la trayectoria de este magistral filósofo y catedrático español pues su trayectoria es longeva y su producción cuantiosa.
Diremos que nació en Barcelona en 1942, estudiando Filosofía en Barcelona, Pamplona, Madrid, Bonn y Colonia. Pronto pasará a ser docente en las Universidades Central y Autónoma de Barcelona. De allí pasará a ser profesor de Estética y Composición en la Escuela Técnia Superior de Arquitectura de Barcelona donde obtendrá la Cátedra. Su trayectoria docente se continúa en la Facultad de Humanidades de la Universidad Pompeu-Fabra de Barcelona también como Catedrático. Actualmente es Vicepresidente del Patronato del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (Madrid) y Presidente del Consejo Asesor del Instituto de Filosofía del Centro Superior de Investigaciones Científicas de España (CSIC). Entre sus obras podemos destacar "Drama e identidad" (1974), "El artista y la ciudad" (1975) o "La edad del espíritu" (1995).
Como podréis comprender enjuiciar un trabajo de una persona de esta categoría requiere que exprese en primer lugar mi admiración por su trabajo y en segundo que enuncie mis juicios con la suficiente prudencia, eso si vertiendo mis impresiones honestamente como lector y admirador de su obra.
Estudiando Historia de las Ideas Estéticas en la facultad se trató en clase la cuestión de las categorías estéticas, poniéndose un énfasis en categorías como lo bello o lo sublime, pero sin ni siquiera tocar algunas categorías “negativas” que yo esperaba encontrar en el transcurso de esa cuestión. El caso es que este hecho me generó inquietud y comencé a investigar a ver dónde podría encontrar alguna categoría estética donde enmarcar mis preferencias “oscuras” hacia el arte y por tanto hacia la música. Fue así como unos meses después me encontré con este libro. Nada más ojearlo me di cuenta de que era lo que estaba buscando: un libro de filosofía que se encargaba de las categorías estéticas y cuyo título rezaba "Lo Bello y lo Siniestro". Así que ávido de conocer fundamentalmente en qué consistía aquello de lo siniestro me hice con este libro.
Voy a aprovechar este comentario para trasladaros el germen de la idea trazada en el libro acerca de esta cuestión con la única pretensión de despertar vuestro interés e invitaros a leer este libro para que podáis entender perfectamente esta reflexión.
A mi juicio hay dos puntos clave en este texto, en primer lugar la primera parte en donde va a definirse lo siniestro a partir de lo bello, lo siniestro como límite y ausencia de lo bello, partiendo del análisis del término alemán empleado por Freud, das Unheimliche. Y la quinta parte donde Trías plantea una serie de constelaciones en las que domina una categoría estética en concreto, a saber: lo bello, lo sublime y lo siniestro.
A modo de poner a prueba la categoría estética de lo siniestro, Trías lo aplica a dos ejemplos de momentos históricos diferentes: por una parte a las obras de Botticelli "El Nacimiento de Venus" y "Alegoría de la Primavera" y por otra al cine de Hitchcock en su film "Vértigo". Su análisis es muy interesante aunque me surgía la pregunta de por que razón había acudido a esos ejemplos cuando en la Historia del Arte hay otras obras donde la condición de lo siniestro es más evidente. Se me venían a la cabeza El Bosco, Caravaggio, las pinturas negras de Goya o todo el Simbolismo. En cine me era inevitable pensar en el expresionismo alemán. Pero bueno, yo considero que esa es una puerta abierta para analizar todos esos ejemplos desde esta perspectiva filosófica.
No obstante aborda una cuestión en la que me parece que da absolutamente en el clavo, y es su estudio de la tragedia griega, pues esta es para mí la primera manifestación artística de la historia del arte occidental donde la cualidad negativa, el drama, es recogida. Cuanto no acertarían los griegos en este género cuando los arquetipos psicológicos allí mostrados son el punto clave de las teorías psicológicas contemporáneas, véase los mitos de Edipo y de Electra. Trías describe magistralmente la estructura de las tragedias y cómo desde un primer momento logran la identificación de la audiencia con el protagonista y como a través de la catarsis liberan su vínculo con el despertando una emoción interior.
Un aspecto que no he comprendido bien del ensayo es su parte final en la cual establece el principio de lo infinito vinculado al Barroco, pues desde un punto de vista artístico me deja bastante descabalado. He de reconocer aquí mi falta de conocimiento del campo filosófico que no me ha permitido entenderlo bien. No obstante en el eje del discurso del libro no termino de comprender por qué el ensayo concluye con esta cuestión.
Por las razones aquí expuestas animo a haceros con este libro a todos aquellos que queráis profundizar en las razones filosóficas que de algún modo sustentan el concepto de lo siniestro, en el que se fundamenta claramente el por qué de nuestra búsqueda de lo oscuro en sus diversas manifestaciones culturales.
Estudiando Historia de las Ideas Estéticas en la facultad se trató en clase la cuestión de las categorías estéticas, poniéndose un énfasis en categorías como lo bello o lo sublime, pero sin ni siquiera tocar algunas categorías “negativas” que yo esperaba encontrar en el transcurso de esa cuestión. El caso es que este hecho me generó inquietud y comencé a investigar a ver dónde podría encontrar alguna categoría estética donde enmarcar mis preferencias “oscuras” hacia el arte y por tanto hacia la música. Fue así como unos meses después me encontré con este libro. Nada más ojearlo me di cuenta de que era lo que estaba buscando: un libro de filosofía que se encargaba de las categorías estéticas y cuyo título rezaba "
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