Vuelve Mark Steven Johnson en otra vuelta de tuerca con otro héroe de la Marvel. Segundo intento que ayudado por otro apasionado del comic, Nicholas Cage, consigue un resultado más catastrófico que el anterior.
"El Motorista Fantasma" dirigida por Mark Steven Johnson con la distribución de Sony Pictures y presentada 2007. Interpretada por Nicolas Cage como Johnny Blaze & Eva Mendes como Roxanne Simpson & Wes Bentley como Blackheart & Sam Elliott como Sepulturero & Donal Logue como Mack & Peter Fonda como Mefistófeles desde Estados Unidos y transcurre entre los géneros Acción & Ciencia Ficcion , tiene una duración de 114 minutos. Enlaces Relacionados:Página Oficial España & Página Oficial USA Valoración: 5 sobre 10
Johnny Blaze (Nicholas Cage), es un motorista que en su juventud vendió su alma al diablo para salvar la vida de su padre, el cual muere poco después en una exhibición acrobática. Atormentado por su muerte y el pacto firmado, se juega la vida en proezas acrobáticas cada vez más arriesgadas ante la atenta mirada del diablo, el cual le exige el cumplimiento de su pacto como cazarecompensas cuando Blackheart (Wes Bentley) y sus secuaces buscan el contrato de San Venganza. Este contrato otorga el poder de las almas malvadas del pueblo de San Venganza a su portador, lo cual desencadenaría el infierno en la tierra. Mientras tanto, Roxanne (Eva Mendes), su amor de juventud, aparece de nuevo en la vida de un Johnny Blaze convertido ya en el Motorista Fantasma, el cual tendrá la doble misión de proteger al mundo de la amenaza y a la mujer que ama.
Otra de la Marvel
Tres grandes géneros se están explotando hasta la saciedad: Fantasía, comic y terror, y ninguno va por buen camino. Parece ser que en lo que al género del comic se refiere, Hollywood se ha propuesto exprimir a todos los héroes de la Marvel hasta que no quede ninguno vivo, y en esto último no me refiero a los superhéroes, sino a los espectadores que morimos de puro aburrimiento ante auténticos bodrios que no tienen más que fachada y cartel. Y aunque Spiderman, cuya adaptación cinematográfica de este mi superhéroe favorito tampoco es que me haya hecho rasgarme las vestiduras (aunque indudablemente mucho más sarcástico y con más personalidad sobre el papel, hasta los dibujos animados recogen mejor su espíritu), pues está aguantando bastante bien y mantiene más o menos las expectativas. No puede decirse lo mismo de otros héroes de la Marvel como el de la presente crítica, ya que tan sólo con mencionar a Nicholas Cage como Motorista Fantasma es que es para tragar saliva. Vale, muy de acuerdo con el Oscar que se llevó por Leaving Las Vegas (1995), que para hacerle justicia la verdad que me encantó en esa cinta y me gustó en el Corazón Salvaje (1990) de David Lynch. Pero echando un vistazo a su carrera la verdad que el tipo, que por lo general es que no le soporto, parece un rey Midas a la inversa o algo así: todo lo que toca lo convierte en truño.
Ahora nos viene como cazarecompensas del diablo, que habiendo vendido su alma, pues casi que se acerca a la realidad del Nicholas Cage como actor, porque es lo que mejor le describe: un tío nulo para transmitirte emociones en pantalla, al que Jordi Brau como doblador oficial lo enfatiza en ese aspecto (si querían hacerlo adrede, no podía haberles salido mejor). En el Motorista Fantasma, tanto el doblador como el actor parece que han saltado directamente del alcohol a las drogas, porque el Cage interpreta a Johnny Blaze como si se hubiera fumado un porro o algo, dando origen a otra actuación insulsa y embobada tal y como nos tiene acostumbrados, cosa que se eleva al cubo con una relación amorosa con Eva Mendes (Roxanne) más que anodina. Muy monina la minina por cierto, pero no aporta absolutamente nada más allá de lo que sus notables atributos y su corte latino deja ver.
Aunque esta es la tónica general en lo que a actuaciones se refiere, la verdad es que la película en un principio empieza con buen pie, aunque eso del pueblo de San Venganza (de chiste, y qué malo) ya te anuncia la cutrada. El demonio tiene ese toque western que le da cierto carisma, de hecho es el más sugerente en un principio, sin que llegue por eso al listón que la calidad exige. Para nada, ya que muy lejos de ir a más, no tarda en unirse a la insipidez general dejando al demonio más bien como a un "pobre diablo", cosa que unida a una historia floja y sospechosamente similar a la de "Angeles Y Demonios" (1995) en su trama, ya te deja flipando literalmente al final, y no para bien. Porque es la primera vez en toda historia de pactos demoníacos, ya sea en literatura, cine o rito satánico al uso, en donde el demonio es el que rompe el pacto "por propia voluntad" para devolverle el alma al que lo ha firmado. Y no solo eso, para colmo del ridículo y lo estrambótico el tipo no quiere que le devuelvan el alma, porque vamos, ni muerto la cambia por la chupa y la pedazo de moto, y eso dejando aparte que se ha pasado toda la película llorando por una segunda oportunidad para revocar el pacto. Absurdo, aunque lo de pasar del alma, tratándose de Nicholas Cage, se entiende.
De los enfrentamientos es que mejor ni hablar, porque fueron más que patéticos. Los demonios, bastante bien caracterizados según su rol - elemento, consiguen que ese logro resalte más por la decepción que por sus poderes a la hora de verlos en escena. Porque mira que uno ve malos de pacotilla, pero demonios tan blandengues que mueren uno tras otro al primer golpe, deja al infierno como una escuela de nenazas. Y por cierto, ¿alguien se explica cómo es que Blackheart, malo malísimo que de los cuatro demonios es el elemento fuego, recibe daño del "fuego" que le lanza el motorista fantasma, ¿no sería más lógico que lo volviera más fuerte?. ¿O que al demonio del agua lo mate en su propio elemento, en el cual lógicamente tendría una ventaja aplastante?. Estas cosas dejan a uno con el sarcasmo de que, con tantos poderes y tanta historia pues a ver, ¿pero quién es aquí el fantasma?.
Así que bueno, haciendo un esfuerzo por sacar cosas positivas -que cada vez cuesta más- de estas películas trilladas, recicladas y comprimidas en 2 horas sin mucho tino y sin profundizar en nada, tengo que decirles que conseguí refugiarme en todo lo referente al mundo de las motos que a mí personalmente me encanta, aún sin tener ni idea de carburadores, bujías y manguitos refrigerantes. Debo reconocer cierta excitación por mi parte cuando Johnny Blaze estaba a punto de saltar sobre una línea interminable de trailers en una exhibición acrobática, con el genial Crazy Train de Ozzy Osbourne sonando a toda leche, y que ofrecía un cócktel que siempre me ha gustado: motos, acrobacias y rock´n´roll. Otro pinito fue el punto acrobático sobre una fila de helicópteros, bastante emocionante, aunque lo soberbio fue el motorista fantasma en sí mismo. Si te gustan las motos, ver a un tío con una calavera en llamas por cabeza dejando una estela de fuego a 200 km/h, te hará soltar más de un 'yeah!'. Espectacular -aunque un tanto fantasma, valga la redundancia- la subida en moto por toda la fachada acristalada de un rascacielos, con una chopper del infierno que es que casi me haría pagar a mí también el alma. En esa tesitura, los efectos son lo más notable de todo como viene siendo norma general, cosa que me hizo centrarme más en este motorista del infierno y sus espectaculares cabalgadas. Por mi parte, en ese aspecto su encanto lo tiene garantizado, aunque algunas transformaciones Blaze - Motorista según esté a la luz o en la oscuridad son bastante ridículas e infantiles.
Otro punto negativo para el personaje es la prácticamente nula explotación del mismo como vengador, ya que si fueramos a hacer un cuentacuerpos entre Spidey y el Motorista por ver quién se lleva a más rufianes por delante, la cosa quedaría en Spiderman (300 y pico) / Motorista (1). Por cierto, ¿no les recuerda lo de la mirada de castigo a Eric Draven en "El Cuervo. The Crow" (1994)?.
¿Sobre la banda sonora?. Excepto algún momento que otro, pasa totalmente desapercibida. Hubiera quedado genial mostrar el lado más rockero de todo motero que se precie -y mucho más el de este motorista que bien podría ser el santo patrón de los Ángeles Del Infierno-, pero siguiendo el corte general de la película, simplemente no profundiza ni hace marca que haga diferencia. La única marca aquí es la de la casa, y que puede reconocerse en todos sus productos por lo siguiente: millonada que te pego, película hecha de fábrica, historia que no vale ni un duro, diálogos insustanciales, supermegaestrellas que no pegan ni con cola, efectos digitales hasta para el aire que respiran, y que deja tremendo cuadro enmarcado en la previsibilidad de lo políticamente correcto. Se ven venir sucesivas entregas del Motorista Fantasma, que cuenta con no pocos fans a través del comic y que seguramente saldrán del cine con idéntica conclusión: lo mejor de todo, el Motorista,lo peor, la película en sí misma. Esperemos que la respuesta del público sea la justa como para hacer "reflexionar" a los responsables (si es que tal cosa es posible), y mirar con más calidad segundas y terceras partes. En caso contrario, recemos para que el Diablo le devuelva el alma a Nicholas Cage y así matamos dos pájaros de un tiro, o mejor dicho tres: sin una segunda parte más mala que la primera, un Cage con algo de alma para lo próximo que le venga y esa pedazo de chopper, que me la quedo yo.
Tres grandes géneros se están explotando hasta la saciedad: 
