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 Muchos piensan que es un truco de la mente. ¿Y si no lo fuera?

Dèjá Vu

 
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Publicado
2007-01-15
 
Tras los nefastos resultados cosechados por Tony Scott después de su malograda Domino, auna fuerzas con uno de los pesos pesados de Hollywood, el productor Jerry Bruckheimer, tratando de rememorar viejas glorias.
 

"Dèjá Vu" dirigida por Tony Scott con la distribución de Buena Vista Internacional y presentada 2006.
Interpretada por Denzel Washington como Doug Carlin & Val Kilmer como Andrew Pryzwarra & Paula Patton como Claire Kuchever & Bruce Greenwood como Jack McCready & Jim Caviezel como Carroll Oerstadt desde Estados Unidos y transcurre entre los géneros Thriller & Ciencia Ficcion , tiene una duración de 128 minutos.
Enlaces Relacionados: Dèjá Vu España & Dèjá Vu USA
Valoración: 6.5 sobre 10
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      Comenzaré diciendo que me he permitido el lujo de pasar por alto los absurdos comentarios que he podido leer en distintas publicaciones en los que varios lumbreras pregonan de forma totalmente gratuita que el término “dèjá vu” hace referencia, nada más y nada menos, que a la idea que Neo y Trinity dejaron caer en “Matrix” (1999).

Dicho lo cual me centraré más en una traducción literal de dicha acepción y con la que se obtendría algo parecido a un "ya visto". Y aunque es un término internacional, utilizado mayormente en psicología, se emplea de una forma mucho más habitual para expresar la sensación de haber visto antes algo que en teoría se está viviendo por primera vez. Y es precisamente con este sentido último como debería ser interpretado para que tenga cierta coherencia con el título de la nueva película de Tony Scott.

Confieso que con el paso del tiempo, el respeto que hace años le perdí al amigo Ridley produjo de forma involuntaria un mayor acercamiento hacia la figura del pequeño de los hermanos Scott. De tal manera que desde que empecé a interesarme por sus trabajos, he ido experimentando una amplia gama de sensaciones cambiantes. Sorpresa inicial con “El Ansia” (1983) donde además de poder ver de forma fugaz a los mismísimos Bauhaus se abordaba de forma inteligente y renovada el mito del vampiro. Diversión con las posteriores “Top Gun (Ídolos Del Aire)” (1986) y “Superdetective En Hollywood II” (1987) demasiado tópicas y predecibles pero tremendamente entretenidas. Y finalmente admiración cuando visioné por primera vez la imprescindible “Amor A Quemarropa” (1993). Bien es cierto que sus trabajos posteriores han dejado mucho que desear en unos casos e incluso, por qué no decirlo, decepcionado en otros, pero la mayoría de las veces el director tenía algo interesante que contar y hasta ha sido capaz de conectar con el público.
Dèjá Vu
Observo no obstante determinados patrones a los que Tony recurre de forma habitual y que en “Dèjá Vu” (2006) vuelven a repetirse:

1) Desarrollo trepidante del guión en sus primeros compases desembocando en algún acontecimiento que a la larga será trascendental para la resolución posterior de la película.
2) Fascinación desmedida por la tecnología más moderna y avanzada e incluso, como es el caso, por la que podría llegar en un futuro.
3) Roles muy marcados de los protagonistas principales; siempre aparece el héroe salvador y el antihéroe que encarna alguno de los muchos males que arrastra la sociedad americana y que como no podía ser de otra manera, termina por recibir un duro correctivo.

En Dèjá Vu, el gobierno de los Estados Unidos ha conseguido desarrollar un programa informático usado por el FBI y mediante el cual es capaz de ver el pasado. Lógicamente el software no es perfecto y ofrece considerables limitaciones pero es el vehículo ideal para permitir a Doug Carlin y su equipo desvelar los entresijos del brutal atentado acontecido en un trasbordador en Nueva Orleáns.

Para tamaña empresa, Tony Scott vuelve a contar en el papel protagonista con el doblemente oscarizado Denzel Washington, quién ya había colaborado con el director en “Marea Roja” (1995) y “El Fuego De La Venganza” (2004). En esta ocasión le acompañan unos secundarios de lujo como son Bruce Greenwood, Jim Caviezel o un deformadísimo y difícil de reconocer Val Kilmer. La experiencia es un grado y queda patente en la correcta resolución de las interpretaciones de cada uno de ellos.

El principal problema que encontré en Dèjá Vu, fue su productor, Jerry Bruckheimer. Incapaz de omitir en ninguna de las películas en las que echa el guante persecuciones motorizadas con profusión de coches volando, sucesión de explosiones que en la mayoría de ocasiones ni siquiera vienen al caso, cámaras inquietas que parecen tener vida propia, juegos desconcertantes de zoom, pareja protagonista que termina teniendo un romance y lo peor, ese sentido de patriotismo extremo.

Dèjá VuY efectivamente, todo esto y mucho más aparece en la película, pero si se tiene en cuenta que las cicatrices del atentado del 11-S todavía se mantienen demasiado frescas, siempre que se vuelva a plantear una situación parecida, solo podrá acabar de un modo. El invasor sera eliminado de forma contundente para que sirva de lección a las próximas oleadas enemigas y de paso, permita recobrar una parte de esa felicidad perdida.

El guión juega el doble de papel de baza negativa y positiva a la vez. Negativa en cuanto a que resulta absolutamente impensable que se pueda llegar a ver el pasado con ningún aparato por muy moderno que este sea. Y más impensable todavía si encima con el mismo se puede interactuar en sucesos que ya han ocurrido con el fin de alterar acontecimientos venideros. Además si se analiza la historia con detenimiento se observan errores graves de consistencia que el director sencillamente se ha pasado por el forro. Y positivo porque lo que se presentaba como una estructura de thriller de toda la vida, gana peso específico al ser combinada con una especie de ciencia ficción. Ejercicio que obliga a los guionistas a ir cerrando infinidad de nuevas puertas abiertas pero que sobre todo dota a la historia de un ritmo bastante más ágil.

A nivel de dirección he de resaltar, como casi siempre, esos primeros quince minutos de metraje orientados al trágico incidente y en los que se ceba de forma desmedida con las estampas idílicas familiares y las sonrisas Profident para tocar la fibra sensible del sufrido espectador. Igualmente loable la habilidad mostrada al haber sabido combinar la imagen. Acción real rodada mediante el uso de cámara convencional y cámara de vídeo siempre que el visionado se produce desde el ordenador y por tanto hace referencia al pasado. De hecho, buena parte de la actuación de Claire Kuchever usa este sistema, que finalmente será combinado. El resto, como ocurriera con los actores, se puede considerar correcto, salvo los momentos Bruckheimer y las incongruencias que tiene el guión. Si se es capaz de dejar al margen estos detalles, Dèjá Vu vuelve a ser esa película que sin ser una maravilla, de nuevo conecta con el público, tiene algo bueno que contar y por encima de todo, llega a entretener.

Artículos que también podrían interesarte:Metraje Comentado por: Javicicleta  {MN}

Información Relativa al Artículo
Distribuidores: Buena Vista Internacional
Estilos: Thriller & Ciencia Ficcion
Nacionalidades: Estados Unidos
Más detalles sobre:
Bauhaus

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