Autopsia presentó en agosto de dos mil seis su vigésima segunda publicación llamada "The Berlin Requiem", bajo los pseudónimos de dark ambient, industrial, neo clásico, aunque difícilmente encajaría en tales categorías ya que el lado industrial está demasiado enterrado en la música ambiental oscura y el neoclásico se limita a la ejecución de dos o tres notas que en realidad no expresan gran cosa. Quizás el resultado funesto alcanzó no solo el fluir sino, al parecer, la ejecución de los instrumentos en el primer track 'Funeral Music I' que nos describe a manera de mis primeras lecciones de piano dark ambient un tétrico encuentro social con gente viva y desechos humanos listos para ser delicadamente acomodados bajo el suelo cual basura.
Con el segundo track, 'Retorten Genese' el cambio es radical, toda vez que la simplicidad es dejada de lado para presentar una canción mucho más compleja en la cual se descubren una variedad claroscura de atmósferas electro ambient a lo que se le podría describir como chill out cause you're already dead. 'Funeral Music II', con un poco de imaginación, escucharán a Diamanda Galás interpretar su famosísimo 'Let My People Go', pero la diva oscura se tendrá que contener porque es tan sólo otra desafortunada pieza inspirada en los teclazos góticos de la satánica predilecta del movimiento Dark, hasta que los platillos y flautas nos desvían la atención para crear minimalismo catastrófico. 'Radical Machine' es una catedral gótica de espacios viciados por un intento inútil de industrializar el alma de los difuntos, aunque la precocidad actúa en su contra contando con menos de tres minutos de existencia, 'Funeral Music III', do, re, do, re, sí, bien, ya aprendiste las primeras notas oscuras, ahora prepárate para grabar un cedé, ésta canción pudo haber cometido un pecado, el dilema es, fue demasiado pretenciosa o exageradamente sencilla. 'Sounds for Remembering Death', es quien cierra la producción con afiladas lenguas metálicas deslizándose sobre zumbantes vientres putrefactos a punto de estallar haciendo de éste requiém berlinesco un sabroso aperitivo para comenzar un verdadero festín oscuroambiental rodeado de mórbidos amigos con gélidas intenciones.
El resultado final es un arcoiris de colores pálidos, casi invisibles, en combinación con tonos fuertes y chillantes, con la presunción de que el minimalismo cala y la certeza de que el ruido ensordece. La rudeza de la ejecución de los instrumentos, lo, digámoslo de alguna forma, simple, de las canciones es algo, no fresco, sino bastante seco y crudo que algunos podemos disfrutar sin vino ni mujeres ni siquiera compañía, pero sí con algunas imágenes de muertos ya sean de accidentes, masacres, o simples paros cardiacos. "The Berlin Requiem", de Autopsia, es un disco bienvenido en todos los hogares funestos donde la música ambiental oscura siempre es y será recibida con calor y buenos deseos. |