Con sus garras hundidas en lo más profundo del deathrock, la batcave y el afterpunk estos cinco estadounidenses nos ofrecen su primer larga duración, un trabajo variado y ameno en el que, además de lo ya indicado, introducen abundantes elementos electrónicos.
"The decadent requiem" es un trabajo de Tragic Black editado en Strobelight Records (Ref: Strob021) en Febrero de 2006. Interpretado por Vision como cantante & Vile a los teclados y el bajo & Hex en la guitarra & Ashe a la guitarra y a los coros & Seputos como batería desde Estados Unidos y navega entre los estilos Death Rock & After Punk y tiene una duración de 64,37 minutos. Enlaces Relacionados:Tragic Black & Strobelight Records Valoración: 7.5 sobre 10
Hasta que el sello Strobelight, punta de lanza del movimiento deathrock, les fichó para su cada vez más interesante escudería, esta banda de impactante imagen se había dedicado a sacar varios cds por su cuenta y riesgo desde el año 2000. Su estilo, por si alguno de vosotros todavía no los conoce, se podría encuadrar en ese amplio campo delimitado por el deathrock, la batcave, el glam, el punk y numerosos subgéneros musicales más. Aunque en algunos momentos semejante amalgama podría llegar a ser indigesta, lo cierto es que Tragic Black consigue salir a flote con una dignidad más que notable.
El principio del disco no ayuda en absoluto a sacar una impresión positiva de lo que estamos escuchando; ‘Intoxicnation’ tiene un desagradable aroma a los infumables Marilyn Manson que echa para atrás a cualquier oyente bien dispuesto. La voz del cantante tampoco ayuda pues su desesperado intento de imitar a Dani Filth, el cantante de Cradle of Filth, pone los pelos de punta sin necesidad de usar las toneladas de laca que se gastan Tragic Black. La situación mejora un poco con ‘Circuit’, con unas acertadas bases electrónicas que, junto con las guitarras, consiguen crear un tema muy dinámico que ni siquiera la voz consigue estropear.
‘Surreal catharsis’ ya entra plenamente en los terrenos del deathrock más clásico, con planeantes y oscuras melodías a cargo de unos excelentes teclados, unas guitarras y un bajo afilados y certeros y una sección rítmica excelentemente llevada. Hasta la voz encaja bien aquí. ‘Suburbian dystopia’ es un tema punk ortodoxo hasta en su escasa duración. Con ‘Incinerate’ vuelve el deathrock de manual, con un magnífico aire a los mejores Cinema Strange. Y con la siguiente canción, ‘Mad hatter’, no queda más remedio que quitarse el sombrero. Un aire siniestro, perverso y malsano inunda el tema; una voz, por fín, en estado de gracia, un ritmo entrecortado y amenazante y una melodía terrorífica van tejiendo en torno al oyente una tela de araña de la que ni quiere ni puede escapar.
‘Lost time’ es otra pieza destacada; mucho más suave que cualquiera de sus predecesoras, no es sin embargo una balada. La suavidad viene dada por una voz menos cabreada de lo habitual y por unas melodías de teclados que acercan el sonido de Tragic Black al darkwave de bandas como Ghosting o lo más suave de Cancer Barrack. ‘Fading echoes’ es otro tema de deathrock con un impactante estribillo, el más pegadizo y obsesivo de todo este “The decadent requiem”.
Las programaciones electrónicas, bien manejadas, vuelven a hacer acto de presencia en ‘Faith in decay’, otro de los temas en los que guitarras y electrónica consiguen hacer un buen maridaje. El siniestrismo asoma su rostro de nuevo en ‘Elegy’, arrastrada y enferma.‘Smeared eyes’ es, al parecer, la “balada” del disco. La verdad es que tira por los suelos el nivel medio del trabajo; se la podían haber guardado para otra ocasión.
El breve tema que dá titulo al cd no es más que un puente de transición hacia el final del mismo. Cruzado ese puente nos encontramos con un corte muy afterpunk, ‘Parasitism’, y con uno de los cortes más electrónicos y pinchables del disco, ‘Holding hands’, lleno de secuencias y de ritmos que harán las delicias de los más aficionados a las pistas de baile. Como final se incluye un largo corte sin acreditar, que tiene dos partes; una es un largo parlamento de una voz tratada y que habla como al revés y la otra es una melodía muy oscura, ideal para cerrar un trabajo como este “The decadent requiem”.
A pesar de su recargadísima estética (ver los vídeos que se incluyen en el disco) y de cometer de vez en cuando algún que otro exceso verbal cuando describen el amor que sienten por la figura de Nuestro Señor Rozz Williams, Tragic Black es un grupo interesante que los amantes tanto del deathrock y derivados como de la electrónica más bailonga no deben dejar de escuchar.