El controvertido director británico Ken Loach recurre de nuevo al drama histórico para realizar una reflexión sobre el poder polÃtico e ideológico, siempre observado desde la perspectiva socialista de la lucha de clases.
Nadie duda de la excelente capacidad de Ken Loach para rodar impresionantes frescos humanos, coloreados de un realismo muchas veces atroz, que impactan de súbito en la retina del espectador. Lo que si se le crÃtica es su especial punto de vista comprometido con las realidades sociales más duras. Se le acusa una y otra vez de maniqueÃsmo, de ser un director sensacionalista y poco objetivo. De esto último si que puede dar fe cualquier persona que haya visto alguna pelÃcula del director británico.Si, es un director comprometido, poseedor de una personal forma de ver el mundo y sus problemáticas, pero: ¿No es esto precisamente lo que hace ser quien es dentro del mundo del cine?; ¿Hay alguna pelÃcula, sobre todo dentro de los dramas históricos o polÃticos, de la que podamos predicar su objetividad?.
La cuestión es, como nos dice uno de los personajes, que si bien resulta fácil reconocer las cosas a las que uno se opone, es mucho más complicado concretar aquellas por las que se está a favor. ¿Un poco crÃptico?: Id a ver la pelÃcula.