Dedicado a la vida y muerte de los aviadores Antoine de Saint-Exupéry y Amelie Hedwig Besse, el hasta ahora último disco de Darkwood es un catálogo de las reglas del neofolkmás clásico, perfumadas por un leve aroma de experimentación que aporta al conjunto una frescura poco vista en el género.
"Schicksalsfahrt" es un trabajo de Darkwood editado en Heidenvolk (Ref: HV13) en 2013. Interpretado por Henryk Vogel como compositor,cantante e instrumentista desde Alemania y se centra en el estilo Neofolk y tiene una duración de 38,30 minutos. Enlaces Relacionados:Darkwood & Heidenvolk Valoración: 8.5 sobre 10
Cierto día, repasando las cientos de reseñas que tenemos archivadas en nuestra web, nos dimos cuenta que teníamos un hueco que cubrir ( bueno, tenemos muchos en realidad pero al menos nos hemos dado cuenta de uno… ) y es que teníamos reseñada toda la discografía de este grupo alemán de neofolk a excepción de su último trabajo, el aquí presente “Schicksalsfahrt”. Así que, evocando el paso de Darkwood por Madrid a finales de febrero de 2015 y teniendo en cuenta que el abajo firmante aprovechó tal evento para hacerse con un ejemplar de ese disco en su versión en vinilo, pues hemos decidido subir su correspondiente reseña a pesar de que ya hace un par de años que "Schicksalsfahrt" vió la luz.
El vinilo viene presentado en un bonito color dorado y con un elegante artwork a base de fotos antiguas de temática militar relacionada con la aviación. No en vano el trabajo está dedicado a dos aviadores, el francés Antoine de Saint-Exupéry y la alemana Amelie Hedwig Beese, cuyo rostro en piedra decora la portada de “Schicksalsfahrt”. La sobriedad de la presentación se corresponde a la perfección con la sobriedad del contenido, un neofolk de corte clásico, con la dosis justa de experimentación para no resultar ni aburrido ni lineal sino todo lo contrario.
La preciosa ‘Secret places’ hace comenzar este trabajo de manera inmejorable; una melodía sencilla, una percusión delicada, una guitarra espléndida y una acariaciadora voz masculina, complementada magníficamente en el estribillo por una hermosa voz femenina, conforman una canción deliciosa, un disparo directo al corazón repleto de momentos de una belleza y de una dulzura difíciles de medir y más aún de explicar. ‘Nightshade’ se adentra en terrenos algo más experimentales, recordando a los primeros Der Blutharsch o a losDeath in June de “Take care and control”. Por su parte ‘Fliegergedicht’ vuelve a los terrenos del neofolk más ortodoxo, contando con la sensacional participación de un violonchello y con la sabia utilización de unos coros masculinos.
‘Scattered clouds’ es, junto con ‘Secret places’, mi canción favorita del disco. Realmente, dado lo escuchado hasta el momento, no me esperaba una canción tan darkwave como esta, con esas lánguidas cajas de ritmos y esos bajos tan fríos y siniestros, pero tampoco me sorprende demasiado puesto que en todos los discos de Darkwood, tan ortodoxos ellos, siempre hay espacio para las sorpresas, cosa que además de ser de agradecer es también muy refrescante. Una vez más, el duo de voces masculina-femenina aumenta todavía más el tremendo potencial de este auténtico temazo, realzándolo y llevándolo a niveles estratosféricos. Después de esta maravilla regresa de nuevo el neofolk más puro con ‘Der letzte flug’, una dulce y reflexiva pieza llena de encanto.
Ya en la cara b del vinilo, mucho menos dada a la experimentación que la cara a, nos encontramos con la melancólica ‘Flughymne’, a la que sigue ‘Silence at night’, más animada y con una percusión en segundo plano que le aporta ese plus de vida y nervio tan necesario para no caer en la linealidad que siempre amenaza a los discos de neofolk. ‘Nightwind’, sin salirse de los cánones del género, insufla todavía más energía al ambiente general del disco merced a una animada percusión y a un enérgico violonchello. ‘Broken wings’ da el protagonismo a una hermosa guitarra acústica que, ayudada por las voces, dibuja unas melodías de gran emotividad y de una irresistible belleza; parece mentira que con una guitarra acústica, dos voces bien empastadas y unos sutílisimos arreglos se pueda crear tanta hermosura sonora. El disco se cierra con la muy clásica y muy sobria ‘Dream of flowers’, un buen broche final.
Sin duda, este disco está a la altura de la carrera de Darkwood, si es que no la supera. Fiel a su estilo y con el toque justo de experimentación para no quedarse anclados en un legado al que tampoco quieren renunciar, este proyecto germano ya se está haciendo de rogar para sacar un nuevo trabajo; llegue cuando llegue, estoy convencido de que lo próximo de Darkwood será, como mínimo, tan bueno como este “Schicksalsfahrt”, lo que ya es mucho.