Esta obra retuerce lo que resta de nuestra conciencia y produce sensaciones hasta ahora arrinconadas por la gran mayoría de la recepción, arrastrando involuntariamente nuestra imaginación hacia los aspectos más miserables de la existencia humana.
"La glándula de Ícaro. El libro de las metamorfosis" escrito por Anna Starobinets en la editorial de Nevsky (ISBN: ISBN 978-84-941637-9-1) con 221 páginas. Desde Rusia y presentado en 2014 se encuadra en el género Ficción fantástica Enlace Relacionado:Nevsky Valoración: 10 sobre 10
Anna Starobinets (1978), alabada por su estilo personal impregnado de una irrefutable fantasía con matices perturbadores, es la más destacada escritora de la nueva generación de literatos rusos en el campo de la ficción fantástica. La presente antología “La glándula de Ícaro” se mueve en el impreciso umbral que no distingue sueño de vigilia, razón de locura y lo orgánico de lo mecánico y ha sido galardonada con el premio NatsBestNachalo, uno de los más prestigiosos premios rusos para jóvenes.
La fascinación por la ciencia y su relación con lo monstruoso, junto con la minuciosidad y la sofisticación de la técnica, construyen un universo alternativo donde se producen todo tipo de transformaciones en sus inquietantes marionetas del reino de lo marginal. El drama presente utiliza la ciencia ficción como telón de fondo.
En un tono puntualmente humorístico y en absoluto convencional se oculta una sombría revelación sobre la naturaleza del deseo, sus consecuencias y la constante e irresoluble tensión entre éste y la razón. El presentimiento de lo sobrenatural asoma junto con el extraño ser que aparece cuando rechazamos nuestra naturaleza y negamos a nuestro instinto lo que sabe que necesita. El insecto aparece como metáfora de una vergonzosa verdad difusa entre manipulaciones consentidas.
Starobinets tiene la capacidad de mostrar al otro como si se tratase de un reflejo en un espejo que no ha sido modificado, para mostrarnos una realidad distorsionada y poder así contar lo más descabellado sin romper con el pacto de lectura realista. Expone despiadadamente los horrores que nos empeñamos en ocultar tras una realidad virtual, donde nos sentimos perdidos porque sabemos que en ese mar de infinitas posibilidades todo es una mentira disfrazada de fantasía.
Al igual que sucede tras la visita de un gabinete de curiosidades, sin necesidad de la hormona que produce la metamorfosis en los insectos, el lector no queda al margen del cambio que engendran estas historias con respecto a nuestro conocimiento del mundo. Lo absurdo de los sistemas racionales nos demuestra que es necesario seguir soñando. Sin embargo, mucho cuidado con las pesadillas que hacen dudar de la propia realidad.
Sólo han sido alucinaciones, susurré y por un momento, el mundo volvió a ser sencillo e inteligible. Sin embargo… las cosas no son tan sencillas. Sobre todo en los cuentos.