“A esta casa la tendría que purificar el fuego; purificarla hasta que quedase reducida a cenizas.” Nathaniel Hawthorne.
"La casa de los siete tejados" escrito por Nathaniel Hawthorne en la editorial de Alianza Editorial (ISBN: 978-84-206-8402-4) con 408 páginas. Desde Estados Unidos y presentado en 2013 se encuadra en el género Terror Enlace Relacionado:Alianza Editorial Valoración: 9 sobre 10
De todos es sabida la importancia de verificar bien el terreno antes de construir una casa para que los pilares de nuestra morada sean firmes y así pueda perpetuarse en el transcurso de los tiempos. De esa premisa se nutren innumerables historias que muchas veces guardan una importante moraleja, como era la intención de su puritano autor, y uno de los padres de la literatura norteamericana, Nathaniel Hawthorne (1804-1864), que no dudó en ubicar el relato de “La Casa de los siete tejados” en su ciudad de origen, una ciudad marcada por la historia y la brujería, que no podía ser otra que la famosa Salem en todo su esplendor, siglo XVII.
Si ya de por sí la ubicación de la historia es de lo más conveniente, añadamos un hilo argumental al que la literatura gótica se sirve en numerosos relatos, basado en historias sobre familias malditas y de rancio abolengo que parecen repetir una y otra vez la misma maldición en sus descendientes a modo de purgar un pecado arcaico concentrado en una adusta edificación.
Pues bien, este será el punto de partida de “La Casa de los siete tejados”, que, entre los enseres típicos de estas historias también contendrá el omnipresente retrato del patriarca de tan maldito legado, el puritano coronel Pyncheon, que, al igual que en otras historias, presenciará y será partícipe del maligno y opresor espíritu de la legendaria propiedad.
Sabemos que la sangre es un vínculo de unión y no solo de lo genético y lo material, sino de algo más trascendental como es el destino y del que es difícil escapar, a no ser que en el caso de “La Casa de los siete tejados”, los actuales herederos sean capaces de expiar y purificar la afrenta original.
Todo un clásico norteamericano con ciertas reminiscencias del Romanticismo oscuro, que se perpetúa a través de los tiempos, al igual de la casa a la que da nombre, que aún sigue en pie para quién aún hoy la quiera visitar.