Las últimas investigaciones sobre la copa de la Última Cena nos llevan a León: En San Isidoro parece encontrarse el verdadero Grial. Las pruebas documentales así parecen atestiguarlo.
"Los Reyes del Grial" escrito por Margarita Torres Sevilla & José Miguel Ortega del Río en la editorial de Reino de Cordelia (ISBN: 978-84-15973-29-4) con 253 páginas. Desde España y presentado en 2014 se encuadra en el género Ensayo Enlace Relacionado:Reino de Cordelia Valoración: 9.5 sobre 10
Ya había conocido la noticia: todo apuntaba a que el cáliz de Cristo, el Santo Grial, el verdadero, está custodiado en León. Conocía los argumentos para tal atribución y resultaban sin duda más que convincentes. Programé una visita a León en mis vacaciones para ver el prodigio con mis propios ojos. Cuando lo vi, en penumbra, en una sala dedicada sólo a él, en el tesoro de San Isidoro de Leónme quede dé impresionado. Quise abstraerme de los dorados y enjoyados que lo recubrían y hacerme a la idea como esas dos piezas de ónice pudieron presidir la última cena. Fue algo emocionante.
El itinerario a León pasaba por dos visitas previas al noroeste peninsular durante las cuales pude devorar con avidez este libro. Quería llegar a León y disfrutar del hallazgo con todos los datos posibles, con la narración de su origen, de su historia y, sobre todo de las fuentes, las cuales constituían la prueba capital de que el de León era el cáliz verdadero.
El libro se halla dividido en dos partes. La primera está dedicada al periplo trazado por el cáliz de Cristo tal y como lo narran las diferentes crónicas, como son los Evangelios, o como pudo ocupar un lugar preponderante en la comunidad cristiana de Jerusalén. Es muy prolija la narración de todos los conflictos que se suceden en la Ciudad Santa después de la muerte de Cristo hasta la llegada del dominio islámico en el siglo XI. Este es el punto clave de la historia: la posesión del cáliz en manos musulmanas que va a servir de intercambio de favores en la Península Ibérica.
Una penosa cosecha en la región de la Jerusalén musulmana llevan a pedir ayuda y alimento a la Taifa de Denia. Como recompensa por su valiosa ayuda la taifa pide el Grial custodiado en Jerusalén y que le va a servir para negociar con el Reino de León un pacto de no agresión. Las fuentes encontradas nos llevan a conocer cómo Fernando I de León recibe el Cáliz de Cristo.
Otra prueba todavía más contundente permite corroborar que el cáliz de San Isidoro es el Santo Grial. Existe una carta de Saladino, siglos después de la entrega de la copa, en el que éste pide a Jerusalén una esquirla del Grial para sanar a su hija. Esta esquirla que le falta al cáliz al que alude Saladinole falta también a la del tesoro de León. Dos pruebas por dos caminos distintos identifican la copa de León con el Santo Grial.
La segunda parte del libro nos sitúa ya en la península, en el Reino de León, y contextualizan el entramado dinástico y las pugnas por el poder, además de señalar a Doña Urraca como poseedora última del santo cáliz y que lo donará al tesoro de San Isidoro. No menos espectacular es cómo el Grial aparece representado, a la vista de todos durante siglos, en las manos del escanciador en el fresco de la Última Cena de San Isidoro de León.
Por último, el libro hace un repaso por los cálices que se han tenido por el Santo Grial hasta la fecha, como el cáliz de Valencia, los cálices británicos, italianos o el Cáliz de Antioquía. En este análisis refutan las posibles pruebas que servían para designarlos como auténticos griales.
Todo parece casar, todo parece cuadrar, como así lo demuestra el entusiasmo de Margarita Torres Sevilla y José Miguel Ortega del Río en la escritura de este libro pero creo que adolecen de una cierta cautela. Cierto es que el cáliz de León se posiciona como el más verosímil de los pretendidos griales pero bien es verdad que hay un periodo de neblina en el que se pierde la pista del Grial y es el tiempo más antiguo, desde el establecimiento de las primeras comunidades cristianas en Jerusalén hasta su toma por los musulmanes. ¿Cómo sabemos que el cáliz que llega a manos islámicas es el Santo Grial? Los argumentos presentados en el libro son plausibles pero no irrefutables. Queda por tanto una sombra que no nos deja asegurar qué el cáliz de León sea el Grial al ciento por ciento.
Quiero felicitar a los investigadores por tan valioso hallazgo y por su plasmación en tan magnífico libro como es este, pero creo que falta cierta cautela a la hora de asegurar taxativamente que estamos ante el hallazgo definitivo del Grial. En cualquier caso recomiendo la lectura de "Los Reyes del Grial" así como la peregrinación a León para la contemplación de este tesoro, casi con seguridad el cáliz de la Última Cena.