Si eres un lector asiduo de Mentenebre debes contar entre tus lecturas con esta obra. Para todos los que tenemos preferencia por lo oscuro y decadente debemos tener a Baudelaire como lectura imprescindible.
"El esplín de París (Pequeños poemas en prosa)" escrito por Charles Baudelaire en la editorial de Alianza Editorial (ISBN: 978-84-206-8451-2) con 195 páginas. Desde Francia y presentado en 2014 se encuadra en el género Poesía en prosa Enlace Relacionado:Alianza Editorial Valoración: 9.5 sobre 10
Enfrentarse a Baudelaire es enfrentarse a un coloso, a alguien que ha supuesto muchísimo, no sólo en lo que concierne a las letras contemporáneas sino a lo que fue la configuración de la Modernidad en el París de mediados del XIX.
La obra que hoy nos compete sería quizá la segunda en importancia después de ese libro tan explosivo y potente que inyectó aquellos versos de “Las flores del Mal”, que supuso sin duda un antes y un después, un auténtico cataclismo. Aparte de esta obra clave, conviene citar otras dos facetas de Baudelaire: la de crítico artístico –ahí están sus reseñas de los Salones del Louvre- y la que es más importante, la traducción al francés de su adorado Edgar Allan Poe –por cierto, fueron los textos en francés de Baudelaire los que desembarcaron en España y dieron a conocer al gigante norteamericano en nuestro país-.
Con “El esplín de París”, Baudelaire se saca de la manga una fórmula poética sin parangón: textos en prosa pero construidos con la sonoridad del verso. De ahí esa denominación de poemas en prosa.
El esplín o hartazgo de la vida –ya lo vimos enunciado en la primera parte de “Las flores del mal”- es un término grato a Baudelaire y que representa quizá su sentir primario: un descontento con su sociedad, con sus hábitos, con su cultura. Se siente extraño en un París que está eclosionando pero en el que Baudelaire descubre su lado más negro. Así lo desvelan estos “Pequeños poemas en prosa”.
Las figuras de unos extraños diablos con forma de dioses griegos le visitan una noche para ofrecerle tentaciones, las cuales rechaza en un primer momento y, cuando ya es demasiado tarde, irónicamente invoca a Dios para que vuelvan a aparecer y sucumbir a ellos. Esta es una de las deliciosas paradojas en que nos sitúa el poeta. También nos hace viajar al mundo en que las hadas conceden dones a las almas de los recién nacidos hasta que el último se queda sin don y le es concedido, también de forma paradójica, el don de agradar. En otra ocasión nos enseña al ricachón granuja que da una moneda falsa a un pobre mendigo y por un momento el autor nos hace pensar en las trágicas consecuencias que ese acto engreído y cruel puede acarrear.
Todas estas conjeturas de Baudelaire, según indica el título, acontecen en el París del XIX, pero no hay referencia a lugares, a calles, a plazas o personajes conocidos. Es el París fantasma el que Baudelaire dibuja con ambigüedad y donde su imaginación concibe sus pequeños poemas.
La traducción y la introducción de la presente edición corre a cargo de Francisco Torres Monreal, Catedrático de Filología Francesa en la Facultad de Letras de Murcia. La traducción es magnífica, pues, aparte de la literalidad del texto, ha logrado una musicalidad a la altura del original de Baudelaire. La edición de Alianza es en bolsillo, lo cual la hace muy cómoda y económica, aunque nos hubiera gustado más en tapa dura. Lectura, más que recomendable, yo diría imprescindible.