En el artículo trataré sobre la presencia de Orfeo en el cine del siglo XX. En primer lugar haré una referencia a los mitos sobre muerte y resurrección; a continuación enumeraré una serie de películas, entre ellas algunos orfeos del siglo XXI; finalmente trataré sobre las tres películas que forman el núcleo central del mito: "Orfeo negro" de M. Camus y "Orfeo" y "El testamento de Orfeo" de Jean Cocteau.
Mitos relacionados con los misterios órficos, numerosos mitos sobre la muerte y resurrección se han dado a lo largo de la historia de la humanidad en todas sus civilizaciones. En la Antigua Mesopotamia hace unos 4000 años se narraba La epopeya de Gilgamesh en la que Enkidu, amigo del héroe Gilgamesh baja a los infiernos en busca de la hierba que le devuelva la inmortalidad. Sólo pudo regresar su espíritu como ráfaga de viento, para despedirse de Gilgamesh.
Pero la leyenda que abre el camino al posterior mito griego de Orfeo es la de la diosa sumeria Inana, que bajó a los infiernos para rescatar de la muerte a su amante Tammuz, lo que suponía la base de la liturgia que llevaba a dicha civilización a conmemorar que “el joven dios moría al llegar el otoño-invierno y resucitaba en primavera”, celebrándose así la triunfal anábasis (subida) de ambos a comienzos del Año Nuevo, mientras que la catábasis (descenso) al infierno se celebraba en las fiestas de difuntos.
Estos mitos de muerte y resurrección se han dado en todas las civilizaciones: en Fenicia, la muerte y resurrección de Adonis, en Frigia, los misterios de Atis, en Egipto de Osiris, en la antigua Grecia, los misterios de Orfeo, Dioniso y Eleusis, en los celtas Dagda posee una cachiporra mágica que mata por un extremo y da la vida por el otro. En los hindúes Vishnú es el creador y Shiva el destructor. Entre los griegos Dioniso era a la vez creador y destructor. En los cristianos Cristo representa la muerte y la vida a través de la resurrección. En los chiíes musulmanes se celebra la pasión y muerte del imán Husayn. En los aztecas y los mayas el maíz es símbolo de vida y se considera divino al dispersar los dioses las semillas de maíz por todo el mundo, Tlaloc las siembra en el campo y así surge de nuevo la vida.
Películas sobre mitos griegos y leyendas e historias romanas
Con respecto a la película Orfeo negro es de destacar la originalísima y extraordinaria adaptación que el cineasta francés Marcel Camus realizó sobre el mito de Orfeo. Las fuentes originales griegas son imprecisas al respecto, aunque hay tres elementos que se repiten en su constitución y que Camusadopta de forma más o menos fiel: en primer lugar la música. Orfeo, en todas las versiones, fue un músico virtuoso y gracias a ello logró ablandar el corazón de los dioses, que le permitieron volver a ver a su amada Eurídice gracias a ese talento que lo redimió. En 2º lugar el amor puro o verdadero. Y, por último, en tercer lugar, el castigo que separó definitivamente a los amantes. En la tradición griega este castigo se debe a su cobardía final, en el film de Camus, esa falta de valentía se expresa mediante su dificultad, o incapacidad, para enfrentarse a su prometida.
Numerosas adaptaciones han hecho los cineastas sobre los mitos griegos. Destacamos las películas Edipo rey de Pasolini (1967), Las Troyanas de Michael Cacoyannis (1971). Una bellísima película de cine mudo, Cabiria (1914) de G. Pastrone, que es una leyenda romana. Y de cine de romanos, la bellísima tragedia de Shakespeare, Julio César (1953) de J. L. Mankiewicz y otra tragedia de Shakespeare, Titus(1999) de Julie Taymor. También merecen ser destacadas Historias de Nueva York (1989) de Francis Ford Coppola y Martin Scorsese basada en la eterna relación madre-hijo en la tragedia de Sófocles, Edipo rey. También Poderosa Afrodita (1995) de Woody Allen. La mayoría de las películas sobre los mitos sólo ofrecen derramamiento de sangre y carecen de lirismo. Y en pleno siglo XXI, caracterizado por la disgregación de todas las certezas, la zona cero del pensamiento, la suplantación de lo real por lo virtual y la mutación incesante de lo urbano, es natural que el mito siga dando frutos reflexivos: en Monstruoso (Matt Reeves, 2008), un Orfeo neoyorquino se empeña en rescatar a su particular Eurídice en mitad de un Hades con sospechosas resonancias al 11S con la cámara de vídeo de un amigo que ya no es sino pasado ruinoso. En Of Time and the City (2009), Terence Davis documenta la decadencia de la Liverpool de su infancia singularizada por la clase obrera y la industria naviera, aunque la música de Mahler sugiera la posibilidad de renacimiento.
Pero la leyenda que abre el camino al posterior mito griego de Orfeo es la de la diosa sumeria Inana, que bajó a los infiernos para rescatar de la muerte a su amante Tammuz, lo que suponía la base de la liturgia que llevaba a dicha civilización a conmemorar que “el joven dios moría al llegar el otoño-invierno y resucitaba en primavera”, celebrándose así la triunfal anábasis (subida) de ambos a comienzos del Año Nuevo, mientras que la catábasis (descenso) al infierno se celebraba en las fiestas de difuntos.
