Adéntrate en el mundo de Kazeria de mano de su creador. Tras el lanzamiento de la nueva edición de "Discipline of the Shadows" os ofrecemos una intensa entrevista donde ahondaremos en todo lo que rodea a este proyecto puntero.
Hoy más que nunca el arte es oscuro. El contexto social, económico y político influencia al artista, impacta en su producción. Se puede negar el presente pero no desaparecerá: está allí, ejerciendo presión directa o indirectamente en nuestras vidas. El amor al medievalismo, a las eras de espadas y magia, puede ser agradable en lo estético mas no en lo práctico de la vida cotidiana. También existe un grupo de seres humanos que refutan el modernismo y buscan recuperar las tradiciones o protegerlas del viento ácido de la tecnología digital, aquella que pretende barrer lo que considera obsoleto. Entre los diversos artistas que exploran la sombra para extraer de ella la sabiduría arcaica encontramos a [S], músico de origen argentino, creador de atmósferas y sensaciones profundas. Trazar su recorrido en el ámbito del neofolk/marcial nos da la excusa ideal para entrevistarlo y de esta forma conocer sus orígenes.
¿Cuándo comenzó Kazeria?
Entre 2007 y 2008 comencé a plantearme el transitar una dirección musical vinculada a los estilos que significan mucho para mí desde lo estético y lo filosófico. Si bien compongo música desde muy joven y desde hace casi dos décadas –y en un marco ecléctico pero que en su inspiración general podemos considerar como oscuro - fue entre estos años cuando Kazeria comenzó a tomar forma hasta su desarrollo actual.
¿Por qué la elección del nombre Kazeria?
El nombre surge de una forma distorsionada de escribir la palabra “cacería”; como un signo de contra-cultura. La “K” y la “Z” no son caracteres demasiado usados y me agradaba la idea de algo alternativo y, en cierto modo, más agresivo. Por otro lado, la esencia del término tiene que ver con una actividad primaria, esencial, de la especie humana y del reino animal: la cacería es necesaria para sobrevivir. Cazar y evitar ser cazado; a eso se redujo el drama de la humanidad por millones de años. Alrededor de la cacería surgieron tribus, etnias y pueblos. Y también su cultura: su arte, sus rituales, su religión e iniciaciones. Esto puede verse en todos los continentes y en las culturas más arcaicas. La cacería puede ser un paso anterior a la guerra; la experiencia más dramática y límite de la humanidad. La cercanía con la destrucción y con la trascendencia. Con el fin, y con el principio de otra cosa. Por alguna razón existieron siempre deidades de la caza. El ser humano se ubica entre los animales y los dioses. Y ellos también cazan.
¿Cómo fue la creación de "Discipline of the Shadows", tu primer CD?
Comencé a indagar en los sonidos, en estructuras musicales que me transmitiesen lo que hoy –con más madurez- vino a ser Kazeria. Comencé con ideas, con imágenes mentales, pero también influido por un entorno de literatura, cine, música y muchos estímulos que giraban alrededor de las ideas principales del disco: la guerra, el sacrificio, lo épico, lo espiritual y trascendente, la destrucción y construcción del mundo.
¿Cómo y por qué surgió la nueva edición de DOTS?
Varios amigos me sugirieron reeditarlo –principalmente Gabriel de Twilight Records y Avencio de Gradual Hate– e insistieron en que el disco, que había tenido una edición limitada de cincuenta copias a través de SkullLine en 2008, debía seguir conservando el espíritu de culto pero al mismo tiempo contar con una edición más poderosa y actualizada. Por eso decidí remasterizar el disco y agregar nuevos tracks, un videotrack dirigido por el artista argentino y amigo de Kazeria, Diego Arandojo, que también diseñó la nueva gráfica. De alguna manera, quise profundizar en el concepto de la obra, potenciándola.
¿Cómo fue el proceso de remastering y creación de los nuevos tracks de DOTS?
Fue trabajoso y artesanal. Luego de cinco años uno vuelve a escuchar el material y encuentra muchas cosas para corregir y para mejorar. Uno aprende día a día a trabajar mejor y a perfeccionar lo que hace. Y lleva bastante tiempo. Los nuevos tracks surgieron de piezas e ideas sueltas que venía trabajando –para un futuro disco, quizás- pero que creo que llevaban ya el espíritu de DOTS y por eso decidí conectarlos con los tracks originales y ubicarlos entre ellos. Y creo que logré un resultado interesante.
¿Tienes algún track predilecto en DOTS? En caso afirmativo: ¿por qué?
Todos los tracks me gustan a medida que los vuelvo a escuchar –luego de una larga pausa para desintoxicar los oídos por tanto trabajo de mezcla y edición-. Quizás 'The Rising of a New Utopia' sea una buena síntesis de lo que Kazeria es desde los inicios (2007) hasta hoy. Es un track que recoge experiencia, influencias y crecimiento. El título también es irónico: cada tanto observamos el surgimiento de una nueva utopía política, social, económica, civilizacional; de un Nuevo Mundo, solo para que vuelva a hundirse y desaparecer desatrosamente. Por eso es una utopía… y quise que el track reflejase un sentimiento nihilista y pesimista, pero con ironía.
¿Cómo fue el desarrollo del video clip de 'Song for a black sun'?
Divertido. Diego Arandojo es un excelente artista y profesional. Y siempre trabajamos del mismo modo, que da buenos resultados: yo le propongo un track sobre el cual Diego trabaja lo visual y luego vamos desarrollando juntos la idea; aunque él tiene total libertad para trabajar. No me gusta estar en control de todo y respeto a los artistas que colaboran con Kazeria porque son mis pares y parte del proyecto. Repito, la filmación del video fue muy divertida aunque tuvo sus momentos solemnes y bien oscuros, sobre todo cuando en pleno verano se cubre el cielo, comienza un viento frío y una llovizna deprimente. Realmente inspirador.
En tu intimidad, ¿cuáles son las cosas, elementos o imágenes que te inspiran para trabajar lo musical?
Creo que fui respondiendo esta pregunta. Principalmente una concepción de la vida basada en lo no-moderno. Valorizo lo histórico, lo arcano, lo que está cargado de épica, heroísmo, trascendencia. La influencia del ocultismo, lo esotérico y el paganismo son muy fuertes en mí, así como el sentimiento trágico (por supuesto en su acepción griega, no decadente ni romántica) y una fuerte dosis de acidez nihilista. Creo que estoy cerca de lo que Nietzsche llamaba nihilismo activo y de un pesimismo cultural que también me arranca risas. Soy solemne, pero también dionisíaco. Las lecturas, imágenes, cine y música vinculadas con lo antiguo y con las civilizaciones pretéritas son una fuerte influencia. El mundo perdió brillo desde la caída de Roma, y con la llegada del poder religioso monoteísta y la aparición de la domesticación capitalista, sin dudas. Visto desde ahí, Kazeria es parte de una especie de resistencia cultural individual.
¿Estás satisfecho con el resultado del producto?
Sí, aunque jamás dejo de ser autoexigente.
Tienes un público en especial? ¿O es aquel que sigue corrientes marciales-neo folk? ¿Lo identificas con más fuerza en algún país/región en especial?
Creo que mucha gente que gusta de las corrientes estéticas oscuras se pueden identificar con Kazeria, no solo aquellos que gustan –como yo- del marcial, industrial, neo-folk, dark folk, dark ambient, etc. En mi caso también soy un fanático cultivador del Black Metal, del Funeral Doom, del Drone y otros estilos que musicalmente pueden estar lejanos de Kazeria (aunque sugiero escuchar el último track de Liber Corvus para notar cierta influencia de esto) pero que tratan sobre los mismos temas, visiones e inquietudes que Kazeria. Tiene una fiel audiencia en varios lugares del mundo, aunque principalmente en Europa occidental y oriental, en Rusia, inclusive en China y Japón. Hay gente en lugares llamativos, al menos para mí, como en Malta y Capri. También en Argentina, por supuesto. A todos les agradezco su apoyo.
Cuáles son tus proyectos o futuros planes en torno a Kazeria?
Principalmente seguir componiendo música y editando discos. Sumo a esto las ediciones especiales que hemos lanzado con Logia 933 y Gradual Hate, así como lo trabajos conceptuales con Diego Arandojo. Pero también me gustaría hacer presentaciones en vivo, sobre todo en otros países, para intercambiar experiencias con otras bandas y con otras personas que compartan, mas allá de la geografía, los valores e ideas que sustentan a Kazeria.
[S] es un hombre cultivado, un verdadero intelectual abocado a la producción de un arte personal y a la vez conectado con una realidad que atraviesa el plano ordinario. En esa “otra dimensión”, Kazeria despliega su artillería de manera implacable. La magia ceremonial, los sonidos de un ejército invisible o la disciplina de las sombras aprietan nuestro corazón. La síntesis de todo esto la hallamos en la frase que corona su último CD: Art – War – Sacrifice. Kazeria nos demuestra de que es posible llevar adelante un proyecto musical desde el Cono Sur del continente americano, comunicando un mensaje al resto del globo, mediante un léxico musical comprensible por todos.
