El proyecto polaco Horologium continúa imparable en su producción musical. Sin lugar a dudas el proyecto Postindustrial más rico y creativo del momento.
"Du Grand Désir" es un trabajo de Horologium editado en Ur Muzik (Ref: UR007) en Noviembre de 2012. Interpretado por Grzegorz Siedlecki como programador & Monica G. Victrix como vocalista desde Polonia y se centra en el estilo Postindustrial y tiene una duración de 42,54 minutos. Enlace Relacionado:Ur Muzik Valoración: 9 sobre 10
En mi anterior reseña sobre Ô Paradis hacía referencia a cómo la poesía tradicional había transmutado en los tiempos que corren en lo que comúnmente se denomina música popular. Per hay también muchas otras formas de crear poesía.
La poesía de la que hoy quiero hablar es una poesía quizá algo más compleja, aquélla trazada con fragmentos musicales superpuestos unos a otros, quizá el término “collage” musical sería el adecuado. Esta forma de componer música toma diversos elementos sonoros que bien pueden ser fragmentos melódicos, rítmicos, diferentes sonidos reconocibles o incluso letanías vocales. Dentro de la música oscura y que, por lo tanto, utiliza elementos musicales relacionados con la nostalgia, la melancolía, la muerte, la locura... el estilo concebido con este collage es a lo que frecuentemente se designa como Postindustrial.
Pues bien, a mi juicio, Horologium serían unos genios del collage musical oscuro. Y es que la clave de la música de Horologiumes la elección de esos elementos del collage y la manera de colocarlos: un acorde de guitarra acústica que se repite, tan solo variando el tono, superpuesto con un toque de trompeta son capaces de generar una canción -‘My Tundra’- que nos transmite frío, aislamiento y desolación.
De la simplicidad a la complejidad. ‘Le Chant d'Ivresse’, por ejemplo, se compone de muchas más capas: varias líneas rítmicas, corales escondidas y el caer de la lluvia. Y sobre todo ello unos versos recitados en castellano, con un acento latino:“como una lágrima, que cae al suelo, sintiendo los latidos de la Tierra, estoy aquí, donde pertenezco”. Pieza magistral.
El tercer ejemplo que traigo a colación es ‘Siris Zu’ que esta vez combina elementos orientales: distintas percusiones y cuerdas que se repiten de forma casi mántrica. Voces y sonidos puntuales se colocan perfectamente en los huecos que va dejando la música, como si fueran los colores que rellenan las líneas de un dibujo.
Por si no fuera suficiente, en ‘The Enemy’, son capaces de adentrarse en un paraíso artificial: trompetas solemnes y graves tubas, seguidas de una marcha militar sirven para abrazar un poema del divino Baudelaire. No se puede pedir más.
Así es Horologium y así siempre han sido. Sin duda mi grupo favorito dentro de la escuela Postindustrial actual. Evádete, escucha, siente.