Aunque se trata de un disco que salió hace ya bastante tiempo, el segundo trabajo de Roma Amor reúne el suficiente interés como para que os lo traigamos hoy hasta aquí.
"Femmina" es un trabajo de Roma Amor editado en Old Europa Cafe (Ref: OECD 122) en 2009. Interpretado por Euski como cantante e instrumentista & Candela como instrumentista desde Italia y se centra en el estilo Neofolk y tiene una duración de 31,20 minutos. Enlaces Relacionados:Roma Amor & Old Europa Cafe Valoración: 7.5 sobre 10
Roma Amor, este proyecto de tan singular nombre, es un dúo italiano que practica un estilo musical a medio camino entre el neofolk, el dark cabaret y aquello que se ha dado en llamar “chanson noir”. Guitarras acústicas, acordeones y otros instrumentos similares pueblan la música de Roma Amor, produciendo en el oyente un efecto más inquietante que otra cosa, pues el dulce sonido que se suele extraer de ese tipo de instrumentos es aquí retorcido por unas melodías extrañas oscuras y una voz que lo es todo menos dulce y angelical.
“Femmina” es un disco dedicado al lado oscuro de la feminidad, expresado a lo largo de nueve temas propios y una versión de ‘Nightporter’, tema de los británicos Japan, incluído en su disco de 1983 “Oil on Canvas”. Para trasladar al plano musical ese lado oscuro femenino Roma Amor se apoya en gran medida en el acordeón, presente en casi todos los cortes de “Femmina”. Debo decir que a mi no me gusta el sonido de este instrumento, no al menos para incluirlo en un disco que se pretende sea de música oscura o que al menos esté relacionado con ella de alguna forma. Por eso mi primera reacción ante este cd fue negativa, pues cuando lo escuché por primera vez sólo era capaz de oír el sonido del acordeón, acompañado a veces de castañuelas ( otro instrumento que no me gusta ). Pero, como todas las reacciones viscerales, esta mía fue notoriamente injusta, pues debajo del muy presente sonido del acordeón se escondían unas melodías atrayentes y embrujadoras, capaces de construir canciones donde la melancolía y la tristeza se daban la mano con un elegante sentido de la decadencia.
Así ocurre en ‘La belda’, una de las mejores canciones del disco, en la que melodías teñidas de oscuridad se agitan temblorosas, rodeando tenuemente la voz frágil y aguardentosa de la cantante. Inquietantemente dulce, este es el corte en el que se integra mejor el acordeón dentro de la música, convirtiéndose en elemento imprescindible, tanto como los suaves teclados, que crean un cierto ambiente entre el sueño y la pesadilla que resulta francamente estimulante.
Pero donde Roma Amor triunfa absolutamente en este disco es en la bellísima canción que da título al mismo. Aquí no suena en absoluto el acordeón; solo teclados, guitarra acústica y una voz triste, tristísima. Entre todos estos elementos construyen lo que podría ser una nana, una nana espectral y melancólica que nos arropará en nuestros más profundos sueños, protegiéndonos de la angustia y el dolor que nos rodean y proporcionándonos unos minutos de dulce y ansiada paz. Destacable es también ‘Nightporter’, otro de los cortes en los que no hay presencia de acordeón; son el piano y el violín los encargados de crear una atmósfera muy próxima a la de la versión original de Japan, trufada de una ensoñadora y melancólica belleza, deliciosamente amarga.
Del resto del disco quizá podría destacar ‘Lo lo lo’, con su aire de perversa canción infantil y con unas percusiones programadas que parecen latigazos, acompañadas por el acordeón. Realmente se trata de una canción extraña, con una alta capacidad de crear perturbadoras imágenes en la mente del oyente. Los demás cortes me resultan un poco difíciles todavía de escuchar, y eso que llevo bastantes repasos al cd. La verdad es que “Femmina” no es un disco fácil de oír, pero quizá sea eso mismo lo que haga que cuando por fín consigues penetrar en su interior haya canciones que se te claven en lo más profundo de tu alma y permanezcan allí por siempre jamás.
Pero donde 