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| | Amor más allá de la muerte
La momia | | MN Simple MN Avanzado | Publicado 2011-10-10 | | Maravillosa recreación del mito de la momia de la mano del gran director Terence Fisher y de una Hammer en su mejor y más espléndida época. | |
La pelÃcula comienza en 1895 en una excavación arqueológica en Egipto, donde un grupo de arqueólogos encabezados por los hermanos Banning, Joseph y Stephen, y por John, el hijo de este último, encuentran la tumba de una princesa real llamada Ananka. Justo antes de entrar asisten impertérritos al torrente de amenazas que les lanza un egipcio llamado Mehemet acerca de los tremendos peligros que les va a comportar interrumpir el eterno descanso de la princesa. Despreciando las palabras de este hombre los Banning entran en la tumba, quedándose solo Stephen en la cámara mortuoria. Minutos más tarde unos tremendos alaridos atraen a Joseph y a John al sepulcro de Ananka, descubriendo allà a un Stephen completamente enloquecido de terror. Ante tal situación la expedición prepara su regreso a Inglaterra mientras Mehemet les espÃa y promete vengarse de aquellos que han profanado la tumba de Ananka.
Tres años más tarde, ya en Inglaterra, la locura de Stephen Banning se toma un respiro para advertir a su hijo que una momia va a matar a todos los que han entrado en la tumba de la princesa. Y dicho y hecho; la momia de Kharis, sacerdote cuyo cadáver estaba también enterrado en la cámara de Ananka y que ha sido traÃda a Inglaterra por Mehemet, irrumpe violentamente esa noche en la habitación del manicomio donde está recluido Stephen Banning, asesinándolo con violencia. Tras estos sucesos, un largo flashback nos retrotrae al Egipto antiguo, al fastuoso entierro de la princesa. Kharis, sacerdote enamorado de ella, es descubierto en la cámara mortuoria intentando resucitar a la princesa con el Pergamino de la Vida, lo que le cuesta ser momificado vivo junto al cadáver de Ananka.
De nuevo en 1898, la momia estrangula a John Banning en la mansión familiar frente a un atónito John, quien intenta matar al cadáver ambulante a balazos, obviamente sin éxito. Tras la huida de Kharis, un nuevo flashback nos permite asistir a la resurrección del sacerdote, provocada accidentalmente por Stephen Banning, y a como Mehemet se lleva a la momia y al pergamino antes que John y Joseph aparezcan. Otro salto a la Inglaterra victoriana nos muestra al Banning superviviente intentando convencer a un escéptico policia de la identidad del asesino de su tÃo y de su padre. El agente de la ley en principio no le cree, pero tras sucesivos interrogatorios a otros personajes de la historia sele va introduciendo poco a poco la sombra de la duda.
Kharis intenta matar a John Banning, pero la irrupciónen la escena de Isobel, la esposa de éste, quien guarda un asombroso parecido con la fallecida Ananka, pone en fuga a la momia, quien regresará más tarde acompañada por Mehemet. Sin embargo, las cosas no saldrán como éste último esperaba, pues Kharis, abrumado por la semejanza de Isobel con su amada, se rebela contra él y lo asesina. En la confusión general, la momia huye con la esposa de John Banning en brazos, quien les persigue acompañado por la policÃa hasta un lugar cenagoso. Allà Isobel se aprovechará de su semejanza con Ananka para manipular a Kharis, consiguiendo que la suelte y que se hunda él solo, cosido a balazos por la policÃa, en la profundidades de la ciénaga llevando en la mano la clave para su resurrección, el Pergamino de la Vida.
Estamos sin duda ante uno de los grandes clásicos de la Hammer, una de esas piezas que han grabado a fuego en la mente de los aficionados la leyenda inmortal de la Casa de la Sangre. Y eso es debido sin duda a que para rodar este clásico el director Terence Fisher contó con el mismo equipo, a excepción de James Barnard a la banda sonora, con el que creó pelÃculas tan imprescindibles como La maldición de Frankenstein ( 1957 ), Drácula ( 1958 ) o El perro de los Baskerville ( 1959 ). En suma, un equipo bien conjuntado, acostumbrado a exprimir al máximo presupuestos muy exiguos y a levantar con ellos pelÃculas inolvidables. Todo brilla a gran altura aquÃ; el ágil y trepidante guión de Jimmy Sangster, la espléndida música de evocadores matices orientales de Franz Reizenstein, la dirección de arte de Bernard Robinson, quien consigue crear aquà algunos decorados espléndidos, como la mansión de los Banning, mucho más amplia y decorada de lo que era habitual en la mansiones victorianas de la Hammer…
Siguiendo con la dirección de arte, justo es mencionar en esta ocasión el extremo cuidado puesto en la recreación del entierro y de la tumba de Ananka. El cortejo fúnebre, claramente inspirado en el que se puede ver en La Momia ( Karl Freund, 1932 ) protagonizada por Boris Karloff, va mucho más alla en los detalles, los sÃmbolos, los tocados, las vasijas, las pinturas, todo recreado con un realismo fascinante. AsÃmismo el sepulcro de la princesa, también similar al de la pelÃcula de la Universal, contiene una buena cantidad de detalles, además de mostrarse limpio y esplendoroso en el flashback y ruinoso y ajado en el presente de la pelÃcula. Se trata de un detalle, quizá simple, pero que a mi juicio pone de relieve el interés, el mimo y el cuidado puestos en la realización de esta pelÃcula.
El paralelismo ya apuntado con el clásico americano rodado veintisiete años antes de esta pelÃcula se puede ver también en la resurrección de Kharis, muy similar en ambos films. Sin embargo, Terence Fisher, como ya hiciera a la hora de recrear a otros monstruos que en su dÃa popularizaron las pelÃculas de la Universal, se esfuerza en darle a su nueva criatura un aspecto muy diferente. Entre él y el maquillador diseñan una criatura de aspecto más mugriento y sucio que la de Karloff, más realista quizá pero sin duda un poco menos imponente. Sin embargo, la soberbia interpretación de Christopher Lee hace que nos olvidemos enseguida de su aspecto. Realmente estremece ver como sólo con sus ojos y con algún puntual movimiento de hombros, Lee sea capaz de transmitir con tanta intensidadodio, furia, venganza e incluso amor.
¿Escenas destacadas? Pues muchas. Aparte del ya mencionado cortejo fúnebre de Ananka, yo destacarÃa el enfrentamiento verbal entre John Banning y Mehemet en el que el primero acaba descubriendo todo el plan del segundo. El maravilloso y sutil diálogo que los dos personajes sostienen es admirable y embriagador; dos inteligencias combatiendo con una fiereza envuelta en una educación y un fair play exquisitos… También me encanta el trepidante ( y un tanto apresurado ) final en la cienaga, magnÃficamente fotografÃado.
Uno de los grandes clásicos de la Hammer, su más bien corta duración, su ritmo trepidante, la fluidez de sus diálogos y lo suntuoso de su estética hacen de La Momia una pelÃcula alta, altÃsimamente recomendable y que no defraudará a quien busque pasar un rato entretenido frente a la pantalla de su televisor, su ordenador o cualquiera que sea el soporte en el que se siente a ver este clásico. |
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