Sin dar mucho tiempo de descanso más que el necesario para ordenar otra cerveza, arribaron los Ordo Rosarius Equilibrio ataviados por una vestimenta totalmente negra e iluminados por unas luces rojas que entre la oscuridad permitÃan ver unas percusiones apocalÃpticas que al pie tenÃan una hermosa vela blanca. Los temas que desfilaron abarcaron los discos más representativos del grupo, pero abundaron los temas de corte pop caracterÃsticos de la última etapa del proyecto sueco, destacando 'I M B E C I L E, My Idiot Lover', 'A Song 4 Hate & Devotion', 'Three is an Orgy, Four is Forever' (con Simone nuevamente en el escenario), pero sin demeritar el júbilo que despertaron otros como '(Mercury Rising) Seduced by the Kisses of Cinnabar Sweet', 'Hell is where the Heart is - The Gospel of Tomas' y 'The Perplexity of Hybris'. La interpretación de ORE fue la de un Tomas entregado en cada verso, siempre acompañado en los coros por su eterna prometida Rose-Marie Larsen y, haciendo perfecto embalaje con la guitarra Ronnie Bäck, el último miembro agregado al grupo parecÃa que tenÃamos enfrente a los dioses del neofolk. De destacar es la disposición tras bambalinas de Fredrik Leijström, quien al calor del after y mucho alcohol se ganó el mote de "Federico loco".
Gustosamente reconocemos que valió la pena el viaje al bajÃo mexicano. Estuvimos en un concierto cercano a las tres horas de duración, con excelente audio, grupos interesantes para mà e idolatrados por otros, todo en un clima de amistad donde la distancia entre músico y público fue prácticamente imperceptible.