Veinticinco años de historia se subían al escenario para guiarnos, a través de los temas con los que The Mission brilló en los '80, hacia la cumbre del Gothic Rock
Veinticinco años han pasado desde que salió a la luz el aclamado “Gods Own Medicine”, primer disco de The Mission. Wayne Hussey, miembro fundador de la banda, cabeza visible y único componente que ha permanecido siempre en ella, reunía para la ocasión a Craig Adams, co-fundador del grupo junto a Hussey tras la salida de ambos de The Sisters of Mercy, y a Simon Hinkler, bajista en los primeros cinco años de la historia del grupo, para hacer una gira de conciertos que una vez más los traía a Madrid.
A lo largo de los años, la calidad de la banda ha ido decayendo claramente en sus discos de estudio, si bien en los directos siguen manteniendo un nivel más que aceptable. Hussey se ha ido rodeando de músicos, que si bien no han participado en la creación de los temas cumbre del grupo, en directo cumplen sobradamente las expectativas. Esta vez, los acompañantes fueron los originales, con la excepción del baterista Mick Brown, y aunque las canas de Hussey y la calvicie de Adams hacían patente el paso del tiempo, el repertorio y la ejecución nos trasladaba a la segunda mitad de la década de los ’80, la época dorada de los Mission y la cuna de todas las canciones que iban a sonar esa noche.
Para acompañarles, la banda elegida fue otro grupo clásico del Gothic Rock de los '80: Gene Loves Jezebel, que hicieron una dignísima actuación en la que repasaron sus temas más conocidos, con ‘Heartache’ y la genial ‘Desire’ a la cabeza. Muy buen aperitivo para la celebración que íbamos a vivir de mano de Hussey y compañía.
Como no podía ser se otra forma, el concierto empezaba con ‘Beyond The Pale’, seguida de ‘Hands Across The Ocean’ que mostraba su lado más melódico. El lado más salvaje venía de la mano de “The First Chapter”, su segundo disco. Primero lo hacía con ‘Serpent Kiss’, después un momento de calma con la suave ‘Naked And Savage’ (geniales los coros de Adams) y remataba con ‘Garden Of Delight’.
‘Severina’ y la imprescindible ‘Butterfly On A Wheel’ daban paso al que para mí fue el mejor tema de la noche: ‘Stay With Me’. Calma otra vez con ‘Wake’ y paso a la furia con ‘Wasteland’, tema con el que Hussey se explayó para mostrarnos su faceta más acentuada de Rock N’ Roll Star. Mientras los temas se iban deslizando uno a uno por la sala, las imágenes se sucedían en la pantalla situada tras los músicos: desde los anagramas del grupo hasta portadas como la del directo “No Snow, No Show (For The Eskimo)”.
Tras el arrebato de estrella de Hussey, tramo final con ‘The Crystal Ocean’ y la grandísima ‘Deliverance’, que fue coreada de buena gana por todo el público que allí se congregaba.
Para los bises, Hussey rompió la norma, y acompañado de su guitarra acústica, apareció en solitario para interpretar ‘Like A Child Again’ (del año 92), muy buen tema pero que en mi opinión debería ser interpretado en su forma original. Ya con el resto del grupo, ‘Like A Hurricane’ y ‘Tower Of Strength’, himno entre los himnos.
Aún aparecieron otra vez para interpretar ‘Blood Brother’, con otra dosis de divismo de Hussey, y ‘1969’, recuperada de su época en The Sisters of Mercy.
En resumen, un grandísimo concierto y una buena oportunidad para que la gente que ama la música oscura de los '80 recuerde el por qué. Una banda legendaria con veinticinco años de historia, una historia con buenos y malos momentos, pero que aún puede mostrar en un directo demoledor, por qué siempre estará en el olimpo del Gothic Rock.