Tras más de seis años de ausencia Faith and the Muse regresan con tremenda fuerza y un trabajo absolutamente grandioso, sin duda uno de los mejores de su larga y fructÃfera carrera.
"Ankoku Butoh" es un trabajo de Faith and the Muse editado en Danse Macabre Records (Ref: MGMM008DE) en 2010. Interpretado por William Faith como cantante,compositor e instrumentista & Monica Richards como cantante,compositor e instrumentista & Paul Mercer al violÃn y a la viola & Marzia Rangel al cello desde Estados Unidos y navega entre los estilos Gothic Rock & Darkwave y tiene una duración de 46]#[120 minutos. Enlaces Relacionados:Faith and the Muse & Faith and the Muse MySpace & Danse Macabre Records Valoración: 8.5 sobre 10
La larga espera ha merecido la pena. William Faith y Monica Richards han regresado al primer plano de nuestra actualidad musical con un sensacional trabajo, casi tan brillante como los gloriosos "Annwyn, beneath the waves" o "Elyria". Pero, por si la magia de la música que contiene este "Ankoku Butoh" fuera poco, se nos incluye un dvd de más de dos horas de duración en el que la banda nos ofrece una amplia variedad de razones que hacen absolutamente obligatoria la compra de este disco, bien sea en su edición normal ( cd más dvd ) o bien en su edición limitada ( cd más dvd más libro ).
Tras el contundente instrumental 'Bushido', una maravillosa exhibición de todo tipo de percusiones, llega otra de las canciones más destacadas de este disco. 'Nine Dragons', la primera intervención vocal de William Faith, podrÃa haber recibido el subtÃtulo de 'The trauma coil II' pues recuerda muchÃsimo, tanto en sus percusiones tribales como en la rabia y el furor con la que es cantada, al magistral tema mencionado. El dulce instrumental 'Harai' sirve de portal para 'When we go dark', un elegante medio tiempo más inmerso en el gothic rock tradicional que abandona por completo los aires tribales o japoneses escuchados hasta ahora. 'The Red Crown' vuelve a dejarse llevar por la percusión, solemne y sobria, mientras que Monica recita y una guitarra, en la tradición de los mejores Mephisto Walz, se lamenta de fondo. La especial magia que consigue este corte se rompe un poco hacia la mitad, cuando guitarras un tanto pesadas se apoderan del ambiente.