Ardath Bey atrae a Helen a su casa y mediante hipnosis hace aflorar el espÃritu de Ankhesenamon. Trata de convencerla de que debe someterse al sacrificio de su cuerpo mortal para que su alma se reencarne en su cuerpo original, algo a lo que la princesa, deseosa de vivir una nueva vida en el mundo actual, se opone radicalmente. Ardath Bey parecerá controlarla pero ella se levantará en el último momento e invocando a los dioses antiguos conseguirá que el resucitado Ardath Bey se convierta en polvo.
Cuando la Universal puso en marcha el proceso de realización de esta pelÃcula todavÃa no se habÃan apagado los ecos provocados por el descubrimiento, en 1922, de la tumba del faraón Tutankamón, un acontecimiento que llenó páginas y páginas de periódicos tanto por su valor histórico como por el morbo provocado por la nunca demostrada maldición que supuestamente cayó sobre el equipo de Howard Carter y Lord Carnavon, los descubridores de dicha tumba, y que en pocos años causó la muerte de una veintena larga de personas directa o indirectamente relacionadas con el acontecimiento, en circunstancias a veces poco claras. A pesar de los años transcurridos desde el hecho, el morbo seguÃa intacto y el público estaba preparado para una nueva ración de sustos y maldiciones con origen en el misterioso y atrayente Antiguo Egipto.
La edición en dvd de este clásico inmortal del cine de terror que aquà os presentamos viene bien cargadita de interesantes extras. En el dvd que contiene la pelÃcula podemos disfrutar de un documental de media hora de duración en el que se nos revelan numerosas anecdótas del rodaje, convertido en un infierno por la mala relación entre Karl Freund, el director, y Zita Johann, y en el que además se cuenta con testimonios de personas que conocieron a los protagonistas, lógicamente todos ya fallecidos. En el dvd extra veremos un interesantÃsimo documental, de dos horas de duración, en el que se nos hace un extenso repaso sobre la historia de la Universal y de su maravilloso archivo de pelÃculas terrorÃficas, producidas entre los años veinte y cuarenta del pasado siglo. Os aseguro que esas dos horas se hacen asombrosamente cortas ante el caudal de información y de imágenes que nos presenta este sensacional documento.