El dolor no se va nunca A7ie - "The Shattering" MN Simple MN Avanzado Publicado 2010-07-05 A7ie lo ha hecho. Con un disco perfecto, una producción de quién sino él, el señor de los bombos infernales, Jan L. in person, ha conseguido hacerme recordar por qué sentà lo que sentà cuando escuché Suicide Commando allá por los primeros noventa. A7ie lo ha hecho. Miro dentro de mà y te reconozco: ¿Sigues ahÃ, verdad? Claro que sÃ, el dolor no se va nunca, sólo lo dejamos hablar como a los locos.
Camuflamos el dolor con verbenas y sonrisas rasuradas, maquillaje mañanero y agradecidas confituras a la hora de la lisonja, que no es cuestión de mal quedar, y somos lo que no somos, sombra de lo que somos… camuflamos el dolor con bailes abotargados de desparramada estulticia, alabanzas que nos desquician para que no nos miren mal, pero el dolor tiene que reventar de alguna forma.
BR "The Shattering " semeja ese reventón, ese resquebrajo a la vida , un maldito estallido a modo de beats per minute que, no por consabido, deja de ser digno de admiración. ¿Y por qué admirar una vez más esta propuesta de electrónica (EBM , no cabe duda) oscura u oscurÃsima? ¿Que por qué? ¿Es que tiene siempre que ser la novedad quien maneje el volante, la que decida lo que vale y lo que no? Menuda mierda de criterio serÃa éste. A7ie ha pergeñado un disco con letras mayúsculas , un ejercicio de auto mutilación no exento de paisajes comunes, letras reconocibles, teclados ya escuchados… ¿y qué? Me da igual que esto no forme parte del selecto grupo de lo heterogéneo, porque cada vez estoy más seguro de que el siglo XXI no nos dará la ocasión de cambiar nuestras vidas, de ver algo distinto, de alcanzarnos a nosotros mismos.
Es parte del dolor resignarse a ser uno más , a comprender que los sueños, sueños son , y que esto se acaba sin que las promesas que nos hicieron o que nos hicimos a nosotros mismos se columbren siquiera en el horizonte. Colocar este compacto digital en el reproductor es ya de por sà una reafirmación del ego extraño y caótico que nos habita –o más bien nos dormita– y nos rÃe la máscara, la cosmética que hemos heredado… no, no pretendo ponerme profundo, es que busco la manera de hacerles comprender la razón, el motivo para escuchar esta violencia sintética, orgánica no obstante, partitura de ceros y de unos, y qué forma de golpear las sienes, atragantar las composturas, qué real es todo esto, 'Scars ' (Cicatrices), una primera zambullida en la sangre de nuestra piel lacerada, la agonÃa de ser uno más , solos en este mundo de almas suplicantes, 'Words of violence ' (Palabras de violencia), mis puños permanecen ahora cerrados a cal y canto, ansiando descargar el odio acumulado, 'I, Liar ' (Yo, el mentiroso) otra brutal canallada a uno mismo, todo esto es un refinado acto de consentido cercenamiento, una cirugÃa cerebral de desmedido odio por los infinitos universos que nos aguardan.
Sinceramente, este nuevo disco de A7ie no propone o no dispone de una fórmula magistral para sacarnos del agujero digital en el que nos vamos sumiendo. No escucharán aquà postulados frescos como rosas, esto está podrido , siempre lo estuvo. Aquà se pudren los secretos, las vanas apariencias, es impop barroco , que no manierista, impop que se niega a mancharse las manos de púas o de cordajes, nada de rock o de celebraciones; seamos honestos por una vez en nuestra vida. ¿Cómo expresar ese dolor que nos desfigura por dentro? ¿Cómo sacar esa rabia que con tanto denodado esfuerzo hemos digerido para envenenarnos con tamaña meticulosidad? Sólo se me ocurre una alternativa , se llama Aseptie y es un acto sincero de desprecio por quiénes somos y hacia dónde no vamos. La música con guitarras (por muy pesado calibre del que éstas puedan estar armadas) no alcanzarÃa jamás a canalizar esta podredumbre porque es demasiado armónica, demasiado dada a levantar los ánimos, incluso la del más despiadado, ése en el que están muchos de ustedes pensando…, no, siempre saldrá a flote la sexualidad, y con ella la vida y su deseo imperecedero de postergarse. Como gusanos en un plato . Sólo mediante estos instrumentos derrelictos puede un ser humano lanzarse a la locura de un baile en honor a la muerte. Es un sonido frÃo, obsceno, triste y monótono . Es la forma que tengo de decirme que todo sigue igual de mal y que nada tiene arreglo. Y te produce vértigo reconocerlo mientras te mueves descoyuntado al son de su desafecto arpegio.
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