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 25 años desayunando napalm

Genocide Organ - The 25th Anniversary Performance

 
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Publicado
2010-05-03
 
Veinticinco años han pasado desde la primera referencia publicada por una formación que, hoy por hoy, es uno de los principales exponentes del género industrial. Y en todo ese tiempo no han hecho más que mejorar constantemente, hecho que merecía una celebración a la altura de las circunstancias.
 

A veces, el destino es tan caprichoso e imprevisible como la misma naturaleza. ¿Quién podía pensar que un volcán situado en un remoto lugar de Islandia e inactivo por más de doscientos años pondría en serio peligro un momento tan perseguido durante años, justo cuando iba a ser alcanzado?

Desde el principio, nuestro viaje dio pistas de lo accidentado que iba a resultar, comenzando por el amago de cancelación de vuelo en Palma de Mallorca. Por suerte, se le dio vía libre in extremis y pudimos llegar a Leipzig sin mayor problema. El hostal donde nos hospedamos mi camarada y yo, se encontraba en pleno centro de la ciudad, a cinco minutos de la estación central y a diez del club donde tendría lugar el evento. Así pues, el día anterior y el posterior, nos dedicamos a visitar los lugares más notables de la ciudad -que sólo conocíamos por el nombre del famoso festival que se celebra allí cada año- y sus alrededores. En caso de que alguien se anime, recomiendo fervientemente visitar el monumento -denominado Völkerschlachtdenkmal- conmemorando la batalla de 1813 entre franceses y alemanes, el museo de la Stasi o el Grassi, la antigua prisión para oficiales aliados en la cercana localidad de Colditz o, entre paseo y paseo, tomar por el centro un refrigerio en la taberna Auerbach, brindando de paso por el alma de Fausto o por Mefisto, ya puestos.

Ya el sábado -además de tener la seguridad de que, por desgracia, un tercer compañero de fatigas no podría llegar a la ciudad al cerrarse el aeropuerto de Leipzig y del resto de Alemania- al no saber cuánta afluencia de público esperar, ni conocer el aforo del local, decidimos irnos con suficiente antelación para llegar a la hora de apertura, a las ocho de la tarde. Supuestamente el comienzo de las actuaciones sería una hora después. Supuestamente.

La sala donde tendría lugar un evento tan especial era el club Lagerhof, dentro de una especie de polígono industrial –muy apropiado, por otra parte- y sin otros locales a su alrededor, a excepción de otras naves próximas.

Durante la primera hora de espera, nos concentramos en las proximidades de la entrada al club prácticamente todos los asistentes –de muy diverso pelaje, cosa que me sorprendió gratamente-, era evidente que nadie quería perderse ni un instante de las actuaciones del cartel.
Genocide Organ - The 25th Anniversary Performance
El tiempo pasaba, las puertas permanecían cerradas, tan solo alguien del personal del local estaba allí para decirle a todo el que se acercaba a preguntar, que aún estaba cerrado. Ya sospechamos que habría algún problema cuando a la hora de apertura aún se estaban realizando pruebas de sonido. Pruebas que se prolongaron durante casi dos horas entre una formación y otra. Es decir, la hora de apertura pasó de ser de las ocho a más de las diez y media, retraso que todos los presentes tuvimos que soportar de pie con un frío cada vez más intenso. Posteriormente, averiguamos que todo el retraso en el horario –algo muy raro por aquellos lares- se debió a que cuando llegó la gente de la organización y el grupo, sobre la una de la tarde, el técnico encargado del sonido de la sala sufrió un accidente eléctrico y tuvo que ser hospitalizado, dejando además a la sala sin energía eléctrica, lo que es un problema muy serio cuando ninguno de los conciertos programados son precisamente acústicos. Para agravar aún más la situación, ese fin de semana tenía lugar en la ciudad el NRJ-Clubzone, un evento que congregaba a montones de clubs de la ciudad y que mantendría ocupados a prácticamente todos los técnicos a los que se pudiera recurrir para salvar la situación aunque finalmente, la suerte nos sonrió –me incluyo en esta circunstancia- y sobre las seis, la organización pudo localizar a un técnico que solventó el problema a la mayor brevedad posible, aunque a los que estuvimos a las puertas del club desde las ocho, la espera se nos hizo eterna.

Una vez accedimos al local, comprobamos que aún conservando el espíritu que transmitía su exterior, por dentro era algo más acogedor, habilitado perfectamente para un pequeño aforo pero suficiente para albergar a los aproximadamente ciento cincuenta -puede que llegasen a doscientos- visitantes allí congregados. Había varios sofás de múltiples plazas dispuestos a ambos lados del escenario y a distintos niveles, además de los taburetes alrededor de la barra aunque la inmensa mayoría del público tuvo que permanecer de pie.

Después de realizar la obligada visita al stand de merchandising donde me hice con una copia de un nuevo vinilo editado para conmemorar el evento y algún que otro artículo más con mis ya exiguas existencias, optamos por atrincherarnos en la barra para recuperarnos un poco del dolor de espalda producido por la larga espera para entrar. Mientras observaba a la gente desde la barra, reconocí a algunas personalidades dentro del mundillo, como la plana mayor de Tesco USA, Volker de Eternal Soul o a mi pareja favorita, el matrimonio Arafna –aproveché para saludar a Roland- con lo que uno puede hacerse una idea aproximada de la importancia del evento -aún a nivel underground- tanto por el grupo protagonista, como por la rareza de sus apariciones en directo o por el motivo de celebración que servía de excusa -tan buena como cualquier otra- para la celebración del concierto.
Genocide Organ - The 25th Anniversary Performance
Según el cartel original, los que arrancaban la noche –debutando además en directo- debían ser los fineses Pain Nail, desafortunadamente no pudieron hacer acto de presencia debido a las mismas razones que casi nos dejan a nosotros en tierra. En su lugar, hicieron acto de presencia Shift, dúo británico con un estilo plenamente enraizado en el Power Electronics, que se las arreglaron bastante bien sobre el escenario, uno de los componentes permaneció de espaldas al público en todo momento, manipulando diverso aparataje, mientras su compañero se centraba en la voz –distorsionada, claro-, aunque también interpretó el último tema de espaldas al público, imprimiendo un curioso aspecto a una actuación que consistió en no más de dos o tres temas que superaron escasamente los quince minutos pero que sirvieron perfectamente para calentar motores con vistas a todo lo que quedaba por venir.
Genocide Organ - The 25th Anniversary Performance
Después de un breve receso, a las once y media se suponía que debíamos ver sobre el escenario a Tho-so-aa, pero quizás por la brevedad de la actuación precedente o debido a que ya lo tenían planeado a modo de pequeña sorpresa, aparecieron en el escenario la mitad de Genocide Organ, W. Herich y B. Moloch, y lo que en principio pensé que se trataba de Anenzephalia –proyecto paralelo de ambos también-, en realidad era otro nuevo proyecto denominado Ke/hil. Durante unos veinte minutos interpretaron tres temas, siendo el último más extenso y de carácter más experimental que los dos primeros, que siguieron la línea de Power Electronics estructurado pero no tan agresivo como el de su proyecto principal, presentando no obstante algunas similitudes con Anenzephalia. Visualmente resultó más entretenido que la primera formación, al proyectarse detrás del escenario diversos videos que ayudaban de alguna forma a complementar el espacio de actuación.
Genocide Organ - The 25th Anniversary Performance
Sobre las doce de la noche, esta vez sí, hizo acto de presencia Lutz Rach, más conocido por el nombre de su proyecto, Tho-so-aa, que durante unos cuarenta minutos, cambió de tercio lo escuchado hasta el momento, sumergiéndonos en una densa –y a ratos, opresiva- atmósfera con toques industriales, combinada con una tensa calma construída con sonidos de bella factura que en ocasiones conformaban sutiles melodías. Las proyecciones, que en todo momento iban parejas a la música, funcionaban como el complemento perfecto para introducirse en el complejo mundo de este artista. En lo que duró su actuación, quedó patente la altísima calidad con que este músico contribuye a un género como el dark ambient en su concepción más amplia.
Genocide Organ - The 25th Anniversary Performance



Concluída la actuación de Tho-so-aa, por fin llegaba el momento de los protagonistas de la noche, Genocide Organ. El problema es que pasaba el tiempo y teniendo en cuenta que ya era bastante tarde, cerca de la una de la madrugada, el público comenzó a exasperarse, con algún silbido que otro –también del que suscribe, qué demonios- para que no nos hicieran esperar más a los que estábamos allí aguantando el tipo. Fue cuando alguien del personal de la sala nos explicó desde el escenario que al parecer se había extraviado un módulo de sonido sin el cual no podía comenzar la actuación, lo cual pareció no importarle demasiado a una parte del público que comenzó a increpar al técnico… en fin, que la situación se volvía tensa por momentos, sobre la una salió un componente del grupo para poner a punto el equipo que tenía y meter la señal de video para que se proyectara, inmóvil, el escudo de la ciudad de Mannheim, inspiración para el logo del grupo.
Genocide Organ - The 25th Anniversary Performance
Por fin, tras veinte minutos más de espera llegó el momento ineludible que todos esperábamos y los cuatro componentes de Genocide Organ hicieron acto de presencia en el escenario. Comenzaron con toda una declaración de principios: Industrial Strife, tema de su último LP de estudio, apropiada tanto por lo representativo del título como por la naturaleza algo más ambiental del tema, con sonidos de maquinaria de guerra en movimiento, con una cadencia infernal, mientras todos los miembros permanecían hieráticos, ocultos tras máscaras de las usadas por ejército en condiciones de frío extremo, lo que añadía un punto aún más amenazador a su aspecto. A los pocos minutos, los dos componentes más cercanos al público iniciaron la actividad de modo casi ritual, uno levantando en peso lo que parecía ser una pieza de metal –¿artillería?-, golpeándola contra un bidón de metal, produciendo un fuerte impacto que obtenía respuesta un doble golpe por parte de su compañero… fue el bautizo a sangre y fuego para lo que vino a continuación, que sin pretender caer en tópicos, es difícil de describir con palabras…
Genocide Organ - The 25th Anniversary Performance
No se trataba sólo de la indumentaria y la presencia –especialmente la de W. Herich- de los miembros del grupo sobre el escenario, ni la combinación de las proyecciones -de todo tipo de conflictos armados, propaganda de diversos servicios de inteligencia o guerrilla urbana- en conjunción con un sonido -incluyendo voces distorsionadas- que invocaba un estado mental más propio de una tormentosa contienda bélica que de un concierto, donde los latigazos de pura energía te traspasan y simultáneamente te atrapan y no había forma -ni ganas- de librarse de su inexorable garra: era ese sonido en ese lugar, quien se encontrase allí o haya tenido la suerte de asistir a alguna otra actuación del grupo, sabrá a lo que refiero.
Genocide Organ - The 25th Anniversary Performance



El público de las primeras filas –una veintena- se mostró enfervorizado y no paró de agitarse hasta el final. El repertorio no daba un momento de respiro, entrando en él desde temas de su primer trabajo -Stalins Orgeln, 1... 2... Tot- al último LP –además del mencionado anteriormente, We Care For You, Conditio Humana-, su más reciente siete pulgadas -Prayer of St. Augustine-, temas inéditos -Highly Mecanized, Tamil Eelam, It’s over-, incluso una versión de The Grey Wolves -Beyond Hypocrisy- y más temas clásicos como el ultraviolento The Elders of Zion o con el que cerraron el concierto, White Power Forces, donde echaron el resto.
Genocide Organ - The 25th Anniversary Performance



Por si todo esto fuera poco, a los pocos instantes de terminar el último tema y ante la demanda –casi hostil, diría yo- del público, pusieron el punto y final añadiendo un bis que colmó las expectativas de todos los que queríamos más: Vive La Guerre, tema reservado exclusivamente para sus directos.

Poco quedaba ya que hacer allí, todo quedaba dicho. Dudo que alguna otra formación llegue al nivel de este colectivo que ha hecho del terrorismo sobre el escenario, todo un arte.

Al otro día, confiábamos en volver a nuestro destino de vuelta sin mayores incidencias: craso error, pero eso es otra historia y tampoco tenía ya mucha importancia…

Agradecimientos para Klaus (Tesco Organisation) y Stephan (Eis&Licht) por la información adicional suministrada para la elaboración de esta reseña y a los camaradas que sirvieron de apoyo (uno en cuerpo, otros en alma). Prost!

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