Faith and the Muse volvieron a Madrid para presentar "Ankoku Butoh" su último disco. En sus conciertos música y teatro se combinan brillantemente. Este grupo, de larga vinculación con la escena oscura, continúa evolucionando, tanto en su concepción sonora y estética como vital, mientras exploran nuevas fronteras.
El activismo de William y Mónica: la permacultura.
William además de su faceta como músico compositor, ingeniero de sonido y productor, se ha convertido en un activista de la lucha por los derechos de los animales, el cuidado de la tierra y la justicia social. Tras el descubrimiento en 2005 de la permacultura, actividad que consiste en el diseño de hábitats humanos sostenibles, mediante el seguimiento de los patrones de la Naturaleza (también definida como la revolución disfrazada de jardinería ecológica), se involucró en Ars Terra, un proyecto de granja sostenible en California. “Yo había pasado muchos años explicando contra qué estaba; lo que me parecía mal en el mundo. Con mi descubrimiento de la permacultura, me di cuenta de que es imposible avanzar hacia una visión positiva si te pasas todo el tiempo en un estado mental meramente de contra-reacción. Creando los cambios positivos que queremos ver y ayudando a otros a hacer lo mismo, podemos ver realmente que el cambio ocurre a nuestro alrededor. Lo que me importa no es tener un estatus o las posesiones materiales, sino las relaciones que tengo con los demás. Lo realmente importante en las vida son las conexión con los otros, con los animales y con el medio que te rodea, ya se que sueno como un hippy excéntrico…” (William)
Mónica además de cantar y componer, es ilustradora y escritora de novela grafica. En Anafae, de la que es coautora, los dragones aparecen relacionados con la Diosa Madre y la Naturaleza. Sus temas de investigación discurren alrededor del matriarcado y la mitología.
“Siempre he querido vivir en el bosque o en una granja, lejos de las ciudades, y tener animales a mi alrededor. Parecía un sueño imposible, hasta que descubrimos la permacultura. Ars Terra es todo lo que quería desde niña, pero no sabía cómo se podía hacer. Mi objetivo final es crear una granja, donde todo el mundo sea parte de una gran familia porque todo puede ser posible con amor y paciencia. Nuestra Primera Dama tiene un huerto en la Casa Blanca… se está volviendo serio. Vivimos un momento de transición pero el cambio esta sucediendo.” (Mónica)
Ankoku Butoh
El 6 de Agosto de 1945, se lanzó sobre Hiroshima el primero de los dos bombardeos nucleares que se han registrado en la historia sobre objetivos civiles. El avión norteamericano Enola Gay se alejaba del sitio del ataque mientras un enorme hongo radiactivo se elevaba desde el suelo nipón. En la ciudad, los supervivientes desorientados caminaban dando tumbos con sus cuerpos quemados, blancos, desnudos. Murió un tercio de la población. Tres días después, se lanzó sobre Nagasaki la segunda bomba. La imagen de aquellos cuerpos moviéndose entre ruinas es una de las más fuertes influencias visuales que recibieron los creadores del Ankoku Butoh: Tatsumi Hijikata (1928-1986) y Kazuo Ohno (1906- ). Así nació “la danza en la oscuridad” posteriormente conocida en Occidente como Butoh. Este nuevo lenguaje se aleja del ideal de belleza y perfección del bailarín occidental ya sea clásico o moderno. Contiene en sí una poderosa concepción crítica sobre el conocimiento del cuerpo y su uso como herramienta de expresión. La temática del butoh es tan amplia como difusa, refiriéndose a aspectos fundamentales de la existencia humana como la vida y la muerte, la unión del cuerpo con la naturaleza o la transición entre estados anímicos.
Faith and the Muse en este trabajo estilística y temáticamente se acercan a los mitos y creencias de la cultura japonesa. En sus actuaciones la influencia oriental se manifiesta tanto el baile como en los sonidos. “El butoh es un estilo de danza abstracto y revolucionario que tiene ambos aspectos: la belleza y el horror, lo que conecta con el asunto del que trata el nuevo álbum. El álbum va de la belleza del sonido ethereal al tipo extremo de sonido marcial de los tambores taiko. Nos encontramos en un tiempo realmente violento como en una guerra. La música comunica esto sin tener que usar palabras para decirlo.” (William). “En las creencias sintoístas, que se encuentran en los antiguos relatos japoneses, la mayoría de los espíritus vengadores proceden de la falta de respeto del hombre por la naturaleza. Nos ha interesado recuperar el concepto sintoísta japonés del honor, del ritual y la reverencia por la naturaleza y los misterios de la vida.” (Monica)