www.mentenebre.com: Natasha Luna

Me complazco hoy en presentaros a Natasha Luna, una joven peruana que sin haber llegado a cumplir los treinta años ya es profesora universitaria y además ha completado su formación con un master en París. Pero el haber alcanzado estos logros con su relativamente poca edad no es suficiente para Natasha Luna; tanto es así que también ha probado suerte en el mundo de la música, habiendo grabado hasta el momento dos discos. Y esto lo ha hecho sin someterse al dictado de ninguna discográfica, controlando ella misma el producto en todas sus fases y asegurándose una independencia total durante todo su proceso creativo.

Sus dos trabajos hasta la fecha, "Emilio" y "N", pueden ser encontrados en soporte físico únicamente en Perú. El resto del mundo tiene que conformarse con adquirirlos a través de páginas de descargas musicales legales, eso sí, a precios realmente asequibles. Es precisamente esa escasa distribución fuera del territorio peruano, así como el hecho de no contar con el apoyo de una discográfica, lo que creo que ha sido la causa de que más de un año después de su aparición "N" haya llegado a nuestras manos. Aún así, y contraviniendo la norma que tenemos en esta casa de comentar discos relativamente recientes, me he decidido a reseñar este segundo trabajo de Natasha Luna porque es sencillamente impresionante y creo que merece la pena que os hable de él.

¿Cómo calificar la música de Natasha Luna? ¿Cómo encajarla dentro de un género musical determinado? Eso es algo que está totalmente fuera de mis capacidades. Baste decir que las canciones de "N" beben de diversas fuentes estilísticas, casi todas ellas oscuras, pero imposibles de encuadrar dentro de un estilo concreto. Tenemos pasajes inquietantes, atmósferas decadentes, melancolía embriagadora, guitarras potentes, ritmos contundentes… toda una variedad de elementos que conforman un collage atrayente y embrujador.

Para abrir "N" Natasha Luna nos propone uno de los mejores temas del disco, 'Not even Vronsky', en el que los ritmos y los envolventes teclados crean un clima de tensión creciente. A destacar la parte final, a cargo de unos teclados deliciosamente tenebrosos. Por su parte 'The milk has gone cold' nos ofrece el lado más melancólico de la música de Natasha Luna; la triste voz y el grave piano fabrican una atmósfera tan sofocante como llena de dolor. 'The frog is out of frogness' cambia radicalmente de tercio, zambulléndose de lleno en terrenos semijazzísticos, no exentos de ciertos apuntes oscuros.

Natasha Luna - "N"

'Reves d’Absinthe' es uno de las canciones más sobresalientes de todo "N" y una de las que con menos dificultades podríamos calificar como "góticas". Sus ritmos fluidos, sus guitarras, su ambientación, todo se une para crear un tema absolutamente grandioso. 'Petite fille' es sin duda el tema más siniestro de todo el disco gracias a ese ambiente inquietante de nana perversa que se respira durante toda su escucha. 'Out of Machtecheb'regresa a los rítmos góticos y a los teclados de sonoridades eclesiales, mezclándose en perfecta y oscura armonía con unas voces de tonos agudos y angelicales. Dichos tonos conviven en la parte final de la canción con unos sorprendentes alaridos en plan blackmetalero y con una maravillosa melodía de extraordinaria belleza.

Los aires siniestros vuelven con el comienzo de 'Their time will come'; pocas veces se pueden oir sonidos de piano que transmitan tal sensación de opresiva y amenazadora oscuridad. Dichos sonidos se van suavizando hasta convertirse en delicados y melancólicos al final de la canción. Espectacular comienzo el de 'Someday the lake will come to me', en la mejor tradición del doom metal más pesado, oscuro y fúnebre, con contundentes percusiones y guitarras afiladas yduras. La percusión hace un trabajo magnífico mientras unos oscurísimos teclados nos van preparando para la segunda parte del tema, en la que los ritmos se aceleran al estilo del black metal mientras que bellos teclados tratan de suavizarlos y la voz recita un texto con profunda tristeza y melancolía. La mezcla de esos elementos tan dispares resulta realmente sugerente y convierte a esta canción en una de las más brillantes de todo "N", sin duda alguna.

Tras esta explosión, 'Waltz for an Albatros', con sus bellas melodías y su dulce flauta, suponen un remanso de paz, interrumpido en algún momento por ráfagas de oscuridad en percusiones e instrumentación. 'The art of stillness and the slow pupil' juega magistralmente con las dos facetas más evidentes de la música de este disco; en su primera parte es calmado, pero inquietante, y en su segunda se convierte en una contundente y furiosa amalgama de sonidos. El disco se cierra con 'Persephatta', un delicioso instrumental en el que el piano, el violín y los teclados consiguen crear la más bella y dulce ambientación melancólica de todo el disco.

Con aromas, conscientes o inconscientes, de músicos como Deynonichus, Sopor Aeternus o Christian Dörge, este disco de Natasha Luna debería ser la puerta perfecta para conseguir una mayor difusión de la extraordinaria musica de esta peruana en todo el mundo. Esperemos que su tercer larga duración, que debe estar a punto de caer, le consiga traer a esta joven todo el reconocimiento que su arte le merece.

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Natasha Luna - "N"